/ jueves 26 de abril de 2018

No necesitamos ninguna educación

Hace unos días, Matt Bevin, gobernador republicano y conservador de Kentucky, perdió la cabeza. Miles de maestros en su estado abandonaron sus puestos de trabajo, obligando a las escuelas a cerrar por un día, en protesta por la oposición a recibir más financiamiento para la educación. Bevin arremetió en su contra con una acusación extraña: “Les garantizo que en algún lugar de Kentucky un niño fue abusado sexualmente porque se quedó solo en casa y no había nadie que lo cuidara”.

Después se disculpó, pero su arrebato estaba muy arraigado, la obsesión con los recortes fiscales han obligado al Partido Republicano a entrar a lo que equivale a una guerra contra la educación y, en específico, contra los maestros. Esta batalla es la razón por la cual hemos visto huelgas de maestros en varios estados. Es por ello que a personas como Bevin les cuesta mucho trabajo lidiar con la realidad que han creado.

Para entender cómo llegamos a este punto, necesitamos saber qué hace el gobierno en Estados Unidos con los impuestos que pagan los contribuyentes.

El gobierno federal, como dice una frase, es una compañía de seguros con un ejército. El gasto que no se destina a la defensa, se asigna a la Seguridad Social, Medicare y Medicaid. No obstante, los gobiernos estatales y locales son distritos escolares con departamentos de policía.

La educación es más de la mitad de la fuerza laboral estatal y local; los servicios de protección como los departamentos de policía y bomberos representan buena parte del resto.

Así que, ¿qué sucede cuando conservadores inflexibles gobiernan un estado, tal como sucedió en buena parte del país después de la ola del Tea Party en 2010? Insisten constantemente en que se aprueben enormes recortes fiscales. Por lo general, se promueven con la promesa de que los impuestos más bajos darán un impulso enorme a la economía estatal.

No obstante, esta promesa nunca se cumple, la creencia de la derecha en los beneficios mágicos de los recortes fiscales representa el triunfo de la ideología sobre la abrumadora evidencia negativa.

En cambio, los recortes fiscales reducen los ingresos de manera súbita, causando estragos en las finanzas estatales, ya que la legislación exige a una gran mayoría de los estados equilibrar sus presupuestos. Esto quiere decir que cuando los ingresos fiscales se desploman, los conservadores (a nivel estatal) no pueden hacer lo que hace Trump y sus aliados en el Congreso, dejar que el déficit fiscal se incremente. En cambio, tienen que recortar el gasto.

Dada la importancia que tiene la educación en los presupuestos estatales y locales, los maestros están en la mira.

Después de todo, ¿cómo pueden ahorrar dinero en educación los gobiernos? Pueden reducir la cantidad de maestros, pero eso significa que la cantidad de alumnos en los salones de clases debe aumentar, lo cual molestaría a los padres. Han recortado programas para los estudiantes con necesidades especiales, pero, dejando de lado la crueldad, eso solo puede dejar al margen un poco de dinero. Así que lo que los gobiernos conservadores estatales han hecho, principalmente, es apretarles el cinturón a los maestros.

Hace unos días, Matt Bevin, gobernador republicano y conservador de Kentucky, perdió la cabeza. Miles de maestros en su estado abandonaron sus puestos de trabajo, obligando a las escuelas a cerrar por un día, en protesta por la oposición a recibir más financiamiento para la educación. Bevin arremetió en su contra con una acusación extraña: “Les garantizo que en algún lugar de Kentucky un niño fue abusado sexualmente porque se quedó solo en casa y no había nadie que lo cuidara”.

Después se disculpó, pero su arrebato estaba muy arraigado, la obsesión con los recortes fiscales han obligado al Partido Republicano a entrar a lo que equivale a una guerra contra la educación y, en específico, contra los maestros. Esta batalla es la razón por la cual hemos visto huelgas de maestros en varios estados. Es por ello que a personas como Bevin les cuesta mucho trabajo lidiar con la realidad que han creado.

Para entender cómo llegamos a este punto, necesitamos saber qué hace el gobierno en Estados Unidos con los impuestos que pagan los contribuyentes.

El gobierno federal, como dice una frase, es una compañía de seguros con un ejército. El gasto que no se destina a la defensa, se asigna a la Seguridad Social, Medicare y Medicaid. No obstante, los gobiernos estatales y locales son distritos escolares con departamentos de policía.

La educación es más de la mitad de la fuerza laboral estatal y local; los servicios de protección como los departamentos de policía y bomberos representan buena parte del resto.

Así que, ¿qué sucede cuando conservadores inflexibles gobiernan un estado, tal como sucedió en buena parte del país después de la ola del Tea Party en 2010? Insisten constantemente en que se aprueben enormes recortes fiscales. Por lo general, se promueven con la promesa de que los impuestos más bajos darán un impulso enorme a la economía estatal.

No obstante, esta promesa nunca se cumple, la creencia de la derecha en los beneficios mágicos de los recortes fiscales representa el triunfo de la ideología sobre la abrumadora evidencia negativa.

En cambio, los recortes fiscales reducen los ingresos de manera súbita, causando estragos en las finanzas estatales, ya que la legislación exige a una gran mayoría de los estados equilibrar sus presupuestos. Esto quiere decir que cuando los ingresos fiscales se desploman, los conservadores (a nivel estatal) no pueden hacer lo que hace Trump y sus aliados en el Congreso, dejar que el déficit fiscal se incremente. En cambio, tienen que recortar el gasto.

Dada la importancia que tiene la educación en los presupuestos estatales y locales, los maestros están en la mira.

Después de todo, ¿cómo pueden ahorrar dinero en educación los gobiernos? Pueden reducir la cantidad de maestros, pero eso significa que la cantidad de alumnos en los salones de clases debe aumentar, lo cual molestaría a los padres. Han recortado programas para los estudiantes con necesidades especiales, pero, dejando de lado la crueldad, eso solo puede dejar al margen un poco de dinero. Así que lo que los gobiernos conservadores estatales han hecho, principalmente, es apretarles el cinturón a los maestros.