/ lunes 11 de marzo de 2019

Poder legislar juntos

Por: Ma. de los Ángeles Huerta

Nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador llega a los primeros 100 días de su gobierno con un índice de aprobación del 78 por ciento. Esto se debe a que, por primera vez en mucho tiempo, los ciudadanos percibimos que hay un gobierno incluyente, en el que se inicia un cambio radical en la forma de hacer política: lo que este gobierno busca hoy son estrategias que beneficien a una gran parte de la población que ha sido marginada y lastimada gravemente.

En esta 4a transformación, lo que más importa es hacer un combate frontal a la corrupción, anidada por décadas en casi todos los niveles gubernamentales. Sólo así podemos empezar a resolver los graves problemas de este país. Las medidas contra el huachicoleo, por ejemplo, evidenciaron que, en ésta, como en muchas otras arenas, existe una amplia confianza ciudadana a las decisiones de nuestro presidente, en el caso de la austeridad se predica con el ejemplo.

Otro de los grandes temas es el de la violencia e inseguridad. La nueva perspectiva es atender las causas y el origen de la pobreza y la desigualdad. Para ello, se implementa un programa de becas para que los jóvenes estudien y aprendan nuevos oficios. Se fortalece la entrega de apoyos directos a las madres y padres de familia para el cuidado de sus hijos. Se brinda ayuda directa a más millones de personas mayores y el sistema de refugios para mujeres se fortalece más que nunca. El presidente entiende muy bien lo que hay que hacer y sabe que el estado de bienestar social se construye en las políticas gubernamentales que apoyen con eficacia a los que realmente lo necesitan.

En el congreso hemos acompañado al poder ejecutivo con la aprobación de otras leyes como la de extinción de dominio para recuperar los bienes producto de ilícitos, así como la ley federal de remuneraciones y la aprobación de la prisión preventiva oficiosa para los delitos de feminicidio, robo de hidrocarburos y corrupción. Se ha nombrado al Fiscal General de la Nación y se creó la Guardia Nacional. El presupuesto se cristalizó con orientación social, el modelo de parlamento abierto a la participación de todos los sectores sociales está ya funcionando. Es cierto que falta mucho por hacer para crear la estructura normativa que demanda la altura de esta 4a trasformación, pero seguimos avanzando. En el futuro cercano tenemos a la vista las reformas educativa, laboral y de Pemex.

Hay quienes se resisten a entender el cambio y pretenden analizar las acciones de gobierno con esquemas rígidos e inflexibles. Tal vez es momento de entender que todas las evaluaciones contienen elementos subjetivos y por ende, pueden ser erróneas. En el equipo del gobierno actual estamos haciendo todo lo posible por levantar el terrible desastre heredado. Las declaraciones de las calificadoras no son como la verdad de un oráculo, no podemos olvidar que sus diagnósticos también han errado. Tal vez va siendo hora de que se elaboren nuevas metodologías para analizar a un gobierno honesto y austero que le apuesta a la participación del pueblo en la vida pública y principalmente a combatir la corrupción como nunca antes se había hecho. A 100 días, el gobierno nos está demostrando que sí se puede. El estado de derecho irá ganando espacios y se van a imponer las nuevas reglas. En ese camino estamos.

Bajo la idea central de Alexis de Tocqueville, que indica que beneficia más a una nación la democracia que el despotismo ilustrado, podemos concluir que la democracia instituida por la Revolución Mexicana de 1910 fue gradualmente sustituida por un despotismo disfrazado, y agravado en el pasado reciente, por una carencia total de ilustración…estamos.

Diputada Federal del Grupo Parlamentario de Morena

Por: Ma. de los Ángeles Huerta

Nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador llega a los primeros 100 días de su gobierno con un índice de aprobación del 78 por ciento. Esto se debe a que, por primera vez en mucho tiempo, los ciudadanos percibimos que hay un gobierno incluyente, en el que se inicia un cambio radical en la forma de hacer política: lo que este gobierno busca hoy son estrategias que beneficien a una gran parte de la población que ha sido marginada y lastimada gravemente.

En esta 4a transformación, lo que más importa es hacer un combate frontal a la corrupción, anidada por décadas en casi todos los niveles gubernamentales. Sólo así podemos empezar a resolver los graves problemas de este país. Las medidas contra el huachicoleo, por ejemplo, evidenciaron que, en ésta, como en muchas otras arenas, existe una amplia confianza ciudadana a las decisiones de nuestro presidente, en el caso de la austeridad se predica con el ejemplo.

Otro de los grandes temas es el de la violencia e inseguridad. La nueva perspectiva es atender las causas y el origen de la pobreza y la desigualdad. Para ello, se implementa un programa de becas para que los jóvenes estudien y aprendan nuevos oficios. Se fortalece la entrega de apoyos directos a las madres y padres de familia para el cuidado de sus hijos. Se brinda ayuda directa a más millones de personas mayores y el sistema de refugios para mujeres se fortalece más que nunca. El presidente entiende muy bien lo que hay que hacer y sabe que el estado de bienestar social se construye en las políticas gubernamentales que apoyen con eficacia a los que realmente lo necesitan.

En el congreso hemos acompañado al poder ejecutivo con la aprobación de otras leyes como la de extinción de dominio para recuperar los bienes producto de ilícitos, así como la ley federal de remuneraciones y la aprobación de la prisión preventiva oficiosa para los delitos de feminicidio, robo de hidrocarburos y corrupción. Se ha nombrado al Fiscal General de la Nación y se creó la Guardia Nacional. El presupuesto se cristalizó con orientación social, el modelo de parlamento abierto a la participación de todos los sectores sociales está ya funcionando. Es cierto que falta mucho por hacer para crear la estructura normativa que demanda la altura de esta 4a trasformación, pero seguimos avanzando. En el futuro cercano tenemos a la vista las reformas educativa, laboral y de Pemex.

Hay quienes se resisten a entender el cambio y pretenden analizar las acciones de gobierno con esquemas rígidos e inflexibles. Tal vez es momento de entender que todas las evaluaciones contienen elementos subjetivos y por ende, pueden ser erróneas. En el equipo del gobierno actual estamos haciendo todo lo posible por levantar el terrible desastre heredado. Las declaraciones de las calificadoras no son como la verdad de un oráculo, no podemos olvidar que sus diagnósticos también han errado. Tal vez va siendo hora de que se elaboren nuevas metodologías para analizar a un gobierno honesto y austero que le apuesta a la participación del pueblo en la vida pública y principalmente a combatir la corrupción como nunca antes se había hecho. A 100 días, el gobierno nos está demostrando que sí se puede. El estado de derecho irá ganando espacios y se van a imponer las nuevas reglas. En ese camino estamos.

Bajo la idea central de Alexis de Tocqueville, que indica que beneficia más a una nación la democracia que el despotismo ilustrado, podemos concluir que la democracia instituida por la Revolución Mexicana de 1910 fue gradualmente sustituida por un despotismo disfrazado, y agravado en el pasado reciente, por una carencia total de ilustración…estamos.

Diputada Federal del Grupo Parlamentario de Morena