/ lunes 6 de septiembre de 2021

Pulso CDMX | Diputadx 501

En nuestra democracia representativa es muy común que las personas que elegimos representen primero a intereses corporativistas o partidistas. La falta de transparencia, de escucha, de participación, de incidencia real de la ciudadanía y de la sociedad civil, que conocen, viven o padecen las problemáticas sociales actuales, es uno de los síntomas de la crisis de confianza que persiste hacia las y los diputados.

La participación ciudadana es clave para el fortalecimiento de nuestra democracia, no sólo en tiempos electorales, frecuentemente caracterizados por arreglos partidistas, prácticas clientelares y violaciones electorales resueltas con unos millones de pesos. A la par de las elecciones, la Constitución establece mecanismos que permiten presentar ante el Congreso propuestas de modificación o de impulso de iniciativas legislativas. Sin embargo, en la práctica estos medios no se usan o llegan difícilmente a su fin por la complejidad de sus requisitos; como con la iniciativa popular que debe agrupar burocráticamente 125 mil firmas de manera física. Las pocas veces en que el ejercicio llegó a lograrse, se ha ignorado. Las comisiones son quienes deciden lo que se dictamina: lo que pasa o no. En 10 años de existencia únicamente se ha dictaminado y debatido una: la histórica y aprobada Ley 3 de 3.

Estas prácticas se replican en lo local como fue el caso de la Ley Chambeando Ando sobre los derechos de las y los trabajadores del comercio popular que, a pesar de alcanzar las firmas físicas necesarias, fue ignorada por el Congreso de la Ciudad de México.

Hace unos días activistas, personas políticas y públicas se aliaron y lanzaron la colectiva Diputadx 501, proyecto de iniciativa popular que conseguirá las 125 mil firmas físicas necesarias para presentar ante el Congreso una reforma que permitirá la recaudación digital de firmas ciudadanas para la realización de estos ejercicios. Diputadx 501 insistirá para que estas iniciativas sean tratadas con prioridad como lo indica la ley: 40 días desde su recepción. Entre sus participantes, Alessandra Rojo de la Vega, Laura Ballesteros, Alain Pinzón, Lila Abed, María Elena Morera, Fernando Dworak, Gerardo Carrasco, Eunice Rendón y Arnold Ricalde defienden causas distintas, pero se unen atinadamente.

Gracias a una plataforma digital de apoyo, Diputadx 501 nace para impulsar y fortalecer iniciativas ciudadanas con difusión y organización transversal. Busca también fortalecer la información, el interés de la ciudadanía para las temáticas públicas e incidir en la toma de decisión legislativa. Contribuirá a posicionar necesidades colectivas y visibilizar una agenda de causas que no necesariamente responde a la lógica partidista u oficialista actual del Congreso, fuertemente mecido desde Palacio Nacional.

Frente al escenario de polarización y radicalización de la política, esta innovación digital contribuirá, con más pluralidad y mejor representatividad, a mejorar la resolución de problemáticas públicas que nos afectan. Es una invitación para que activistas, vecinas, vecinos, jóvenes, organizaciones de la sociedad civil o de la iniciativa privada, personalidades públicas o políticas nos sumemos para lograr este avance histórico para la democracia participativa en México y en el mundo.

En nuestra democracia representativa es muy común que las personas que elegimos representen primero a intereses corporativistas o partidistas. La falta de transparencia, de escucha, de participación, de incidencia real de la ciudadanía y de la sociedad civil, que conocen, viven o padecen las problemáticas sociales actuales, es uno de los síntomas de la crisis de confianza que persiste hacia las y los diputados.

La participación ciudadana es clave para el fortalecimiento de nuestra democracia, no sólo en tiempos electorales, frecuentemente caracterizados por arreglos partidistas, prácticas clientelares y violaciones electorales resueltas con unos millones de pesos. A la par de las elecciones, la Constitución establece mecanismos que permiten presentar ante el Congreso propuestas de modificación o de impulso de iniciativas legislativas. Sin embargo, en la práctica estos medios no se usan o llegan difícilmente a su fin por la complejidad de sus requisitos; como con la iniciativa popular que debe agrupar burocráticamente 125 mil firmas de manera física. Las pocas veces en que el ejercicio llegó a lograrse, se ha ignorado. Las comisiones son quienes deciden lo que se dictamina: lo que pasa o no. En 10 años de existencia únicamente se ha dictaminado y debatido una: la histórica y aprobada Ley 3 de 3.

Estas prácticas se replican en lo local como fue el caso de la Ley Chambeando Ando sobre los derechos de las y los trabajadores del comercio popular que, a pesar de alcanzar las firmas físicas necesarias, fue ignorada por el Congreso de la Ciudad de México.

Hace unos días activistas, personas políticas y públicas se aliaron y lanzaron la colectiva Diputadx 501, proyecto de iniciativa popular que conseguirá las 125 mil firmas físicas necesarias para presentar ante el Congreso una reforma que permitirá la recaudación digital de firmas ciudadanas para la realización de estos ejercicios. Diputadx 501 insistirá para que estas iniciativas sean tratadas con prioridad como lo indica la ley: 40 días desde su recepción. Entre sus participantes, Alessandra Rojo de la Vega, Laura Ballesteros, Alain Pinzón, Lila Abed, María Elena Morera, Fernando Dworak, Gerardo Carrasco, Eunice Rendón y Arnold Ricalde defienden causas distintas, pero se unen atinadamente.

Gracias a una plataforma digital de apoyo, Diputadx 501 nace para impulsar y fortalecer iniciativas ciudadanas con difusión y organización transversal. Busca también fortalecer la información, el interés de la ciudadanía para las temáticas públicas e incidir en la toma de decisión legislativa. Contribuirá a posicionar necesidades colectivas y visibilizar una agenda de causas que no necesariamente responde a la lógica partidista u oficialista actual del Congreso, fuertemente mecido desde Palacio Nacional.

Frente al escenario de polarización y radicalización de la política, esta innovación digital contribuirá, con más pluralidad y mejor representatividad, a mejorar la resolución de problemáticas públicas que nos afectan. Es una invitación para que activistas, vecinas, vecinos, jóvenes, organizaciones de la sociedad civil o de la iniciativa privada, personalidades públicas o políticas nos sumemos para lograr este avance histórico para la democracia participativa en México y en el mundo.