/ jueves 19 de julio de 2018

Republicanos vs. pobres

El Consejo de Asesores Económicos de Trump emitió un informe sobre la pobreza, en el cual reconoció lo que la mayoría de los expertos en el ramo han dicho: la medida estándar de la pobreza tiene muchos defectos, y una mejor medida muestra avances sustanciales. De hecho, esos asesores se aventuraron a decir que la pobreza ya no es un problema (¿esta gente alguna vez pone un pie en el mundo real?).

Así que sin importar las evidencias, los republicanos siempre llegan a la misma conclusión en materia de políticas públicas. ¿Que la guerra contra la pobreza fue un fracaso? Dejemos de ayudar a los pobres. ¿Que fue un éxito? Dejemos de ayudar a los pobres.

Hay que decirlo claramente: estamos hablando de todo el partido, no sólo del gobierno de Trump. En específico, a los gobernadores republicanos les encanta recortar los beneficios para los residentes de bajos ingresos. ¿Qué hay detrás de la guerra en contra los pobres del Partido Republicano?

No se trata de incentivos. Puede que el argumento persistente de la derecha de que Estados Unidos está lleno de “aprovechados” que viven de los programas sociales cuando deberían estar trabajando sea lo que los conservadores quieren creer, pero no es cierto.

Tampoco tiene que ver con el dinero. A nivel estatal, muchos gobernadores republicanos todavía se niegan a expandir Medicaid aunque les costaría poco y llevaría dinero a las economías de sus estados. A nivel federal, se requerirían recortes draconianos de prestaciones que impondrían un inmenso sufrimiento para ahorrar todo el dinero que casualmente el Partido Republicano regaló el año pasado con el recorte fiscal.

¿Qué me dicen de la respuesta tradicional de que en realidad se trata de la raza? Los programas sociales suelen verse como ayuda para “esa gente”, los que no son estadounidenses blancos. Eso seguramente sigue siendo parte de lo que está sucediendo.

Sin embargo, esa no puede ser toda la historia, ya que a los republicanos les encanta recortarles la ayuda a los menos afortunados incluso en lugares como Maine, cuya población está compuesta en su mayoría por blancos no hispanos.

Entonces, ¿de qué se trata la guerra contra los pobres? Como yo lo veo, es necesario hacer una distinción entre lo que motiva a la base del Partido Republicano y lo que motiva a los políticos conservadores.

Muchos obreros blancos todavía piensan que los pobres son flojos y prefieren vivir de la asistencia social. Sin embargo, como lo demuestra lo sucedido en Maine, dichas creencias no son clave para la guerra contra los pobres, misma que impulsan las élites políticas.

Lo que motiva a estas élites es la ideología. Sus identidades políticas, por no mencionar sus carreras, giran en torno a la idea de que expandir el gobierno siempre es malo. Así que se oponen a los programas que ayudan a los pobres debido a una hostilidad general hacia los “aprovechados”, pero también a que odian la idea de que el gobierno le ayude a alguien. Y si se salen con la suya, la sociedad dejará de auxiliar a decenas de estadounidenses que necesitan esa ayuda desesperadamente.


El Consejo de Asesores Económicos de Trump emitió un informe sobre la pobreza, en el cual reconoció lo que la mayoría de los expertos en el ramo han dicho: la medida estándar de la pobreza tiene muchos defectos, y una mejor medida muestra avances sustanciales. De hecho, esos asesores se aventuraron a decir que la pobreza ya no es un problema (¿esta gente alguna vez pone un pie en el mundo real?).

Así que sin importar las evidencias, los republicanos siempre llegan a la misma conclusión en materia de políticas públicas. ¿Que la guerra contra la pobreza fue un fracaso? Dejemos de ayudar a los pobres. ¿Que fue un éxito? Dejemos de ayudar a los pobres.

Hay que decirlo claramente: estamos hablando de todo el partido, no sólo del gobierno de Trump. En específico, a los gobernadores republicanos les encanta recortar los beneficios para los residentes de bajos ingresos. ¿Qué hay detrás de la guerra en contra los pobres del Partido Republicano?

No se trata de incentivos. Puede que el argumento persistente de la derecha de que Estados Unidos está lleno de “aprovechados” que viven de los programas sociales cuando deberían estar trabajando sea lo que los conservadores quieren creer, pero no es cierto.

Tampoco tiene que ver con el dinero. A nivel estatal, muchos gobernadores republicanos todavía se niegan a expandir Medicaid aunque les costaría poco y llevaría dinero a las economías de sus estados. A nivel federal, se requerirían recortes draconianos de prestaciones que impondrían un inmenso sufrimiento para ahorrar todo el dinero que casualmente el Partido Republicano regaló el año pasado con el recorte fiscal.

¿Qué me dicen de la respuesta tradicional de que en realidad se trata de la raza? Los programas sociales suelen verse como ayuda para “esa gente”, los que no son estadounidenses blancos. Eso seguramente sigue siendo parte de lo que está sucediendo.

Sin embargo, esa no puede ser toda la historia, ya que a los republicanos les encanta recortarles la ayuda a los menos afortunados incluso en lugares como Maine, cuya población está compuesta en su mayoría por blancos no hispanos.

Entonces, ¿de qué se trata la guerra contra los pobres? Como yo lo veo, es necesario hacer una distinción entre lo que motiva a la base del Partido Republicano y lo que motiva a los políticos conservadores.

Muchos obreros blancos todavía piensan que los pobres son flojos y prefieren vivir de la asistencia social. Sin embargo, como lo demuestra lo sucedido en Maine, dichas creencias no son clave para la guerra contra los pobres, misma que impulsan las élites políticas.

Lo que motiva a estas élites es la ideología. Sus identidades políticas, por no mencionar sus carreras, giran en torno a la idea de que expandir el gobierno siempre es malo. Así que se oponen a los programas que ayudan a los pobres debido a una hostilidad general hacia los “aprovechados”, pero también a que odian la idea de que el gobierno le ayude a alguien. Y si se salen con la suya, la sociedad dejará de auxiliar a decenas de estadounidenses que necesitan esa ayuda desesperadamente.