/ domingo 11 de junio de 2023

Sin novedad en el frente, pero…el diablo está en los detalles 

Tal y como fue pronosticado con mucha anticipación por los analistas, la “pelea del siglo” en su versión 2023 para nuestro mundillo político, la contienda electoral por el gobierno del Estado de México fue ganada por MORENA y Coahuila, por la coalición PRI-PAN-PRD.

Según parece, no se reportaron mayores incidentes que pudieran desencadenar en disputas judiciales e incluso, los resultados fueron aceptados de inmediato por cada una de las partes, es decir, cada uno se quedó conforme con su golpe y daños, sin perder tiempo en lamerse las heridas se fueron a celebrar sus sendas victorias. Los procesos no estuvieron exentos de hechos curiosos como la inexplicable declaración triunfalista de Alejandra del Moral y lo ridículo de calificar la elección en Coahuila como de estado, a pesar de la maltratada que le dieron en las urnas al candidato morenista.

Por otra parte, ni el triunfo del Estado de México fue lo apabullante que se esperaba ni bastó el torcerles la mano a los dirigentes del PVEM y PT, cinco minutos antes del sufragio, para que apoyaran al candidato de MORENA con el fin de obtener un mejor resultado en los comicios de Coahuila. En efecto, los siempre “acertados” encuestadores pronosticaban que, en el Estado de México, Delfina Gómez, obtendría una diferencia a su favor de 15 a 20 puntos con respecto Alejandra del Moral, lo que no sucedió, pues si bien fue una victoria holgada e indiscutible no fue aplastante como los “aprendices de videntes” sentenciaban. Por lo que respecta a la diferencia en Coahuila, ni echándole montón a Manolo Jimenez le hubieran ganado y también los hubiera apaleado, aunque Mario Delgado haya clamado que el descalabro se dio porque no lo obedecieron.

No hay duda en lo que cuantitativamente significa ganar una u otra entidad federativa, por lo que, ambos equipos se regresaron a sus vestidores para planear la estrategia en el segundo tiempo, es decir, la selección de sus respectivos campeones. Por lo que se refiere al partido del presidente, es claro que solo tres tienen posibilidades reales y no tardan en ungirla o ungirlo a la afortunada como el mejor ser humano de este planeta después de Andrés Manuel, con la seguridad de que casi tendrá la presidencia en la bolsa, apenas den a conocer su identidad, de ahí que personalmente espero más competencia entre los morenistas que en la confrontación con la coalición opositora que salvo ellos, nadie imagina como pueden ganarle a los lopezobradoristas en el 2024.

En efecto, muy atrasados, aun conforme a los “tiempos del señor”, diría Adán Augusto, pues apenas están buscando la fórmula para ponerse de “acuerdo en cómo ponerse de acuerdo” para elegir su David que enfrentará sin honda al Goliat moreno, este sí, armado hasta los dientes y apoyado totalmente por su papá, que es todavía más grande y poderoso. Dado que el 2024 está a la vuelta de la esquina, es fácil vaticinar el resultado de la elección presidenciales.

Así las cosas, lo aconsejable sería que la oposición apoye a la corcholata que, para iniciar, garantice mejorar las deficiencias reprochadas a la presente administración, entre las que se encuentran la estrategia de combate a la inseguridad, el abasto de medicamentos, el apoyo a la investigación científica, el respeto al poder judicial y órganos autónomos, pero sobre todo, primero los pobres, no solo dándoles de comer como si fueran animalitos sino permitiéndoles aspirar a una mejor calidad de vida, no viéndolos solo como votos a favor, si no puedes contra el enemigo... únete a él.


Pero esa…ya es otra historia.


napoleonef@hotmail.com

Tal y como fue pronosticado con mucha anticipación por los analistas, la “pelea del siglo” en su versión 2023 para nuestro mundillo político, la contienda electoral por el gobierno del Estado de México fue ganada por MORENA y Coahuila, por la coalición PRI-PAN-PRD.

Según parece, no se reportaron mayores incidentes que pudieran desencadenar en disputas judiciales e incluso, los resultados fueron aceptados de inmediato por cada una de las partes, es decir, cada uno se quedó conforme con su golpe y daños, sin perder tiempo en lamerse las heridas se fueron a celebrar sus sendas victorias. Los procesos no estuvieron exentos de hechos curiosos como la inexplicable declaración triunfalista de Alejandra del Moral y lo ridículo de calificar la elección en Coahuila como de estado, a pesar de la maltratada que le dieron en las urnas al candidato morenista.

Por otra parte, ni el triunfo del Estado de México fue lo apabullante que se esperaba ni bastó el torcerles la mano a los dirigentes del PVEM y PT, cinco minutos antes del sufragio, para que apoyaran al candidato de MORENA con el fin de obtener un mejor resultado en los comicios de Coahuila. En efecto, los siempre “acertados” encuestadores pronosticaban que, en el Estado de México, Delfina Gómez, obtendría una diferencia a su favor de 15 a 20 puntos con respecto Alejandra del Moral, lo que no sucedió, pues si bien fue una victoria holgada e indiscutible no fue aplastante como los “aprendices de videntes” sentenciaban. Por lo que respecta a la diferencia en Coahuila, ni echándole montón a Manolo Jimenez le hubieran ganado y también los hubiera apaleado, aunque Mario Delgado haya clamado que el descalabro se dio porque no lo obedecieron.

No hay duda en lo que cuantitativamente significa ganar una u otra entidad federativa, por lo que, ambos equipos se regresaron a sus vestidores para planear la estrategia en el segundo tiempo, es decir, la selección de sus respectivos campeones. Por lo que se refiere al partido del presidente, es claro que solo tres tienen posibilidades reales y no tardan en ungirla o ungirlo a la afortunada como el mejor ser humano de este planeta después de Andrés Manuel, con la seguridad de que casi tendrá la presidencia en la bolsa, apenas den a conocer su identidad, de ahí que personalmente espero más competencia entre los morenistas que en la confrontación con la coalición opositora que salvo ellos, nadie imagina como pueden ganarle a los lopezobradoristas en el 2024.

En efecto, muy atrasados, aun conforme a los “tiempos del señor”, diría Adán Augusto, pues apenas están buscando la fórmula para ponerse de “acuerdo en cómo ponerse de acuerdo” para elegir su David que enfrentará sin honda al Goliat moreno, este sí, armado hasta los dientes y apoyado totalmente por su papá, que es todavía más grande y poderoso. Dado que el 2024 está a la vuelta de la esquina, es fácil vaticinar el resultado de la elección presidenciales.

Así las cosas, lo aconsejable sería que la oposición apoye a la corcholata que, para iniciar, garantice mejorar las deficiencias reprochadas a la presente administración, entre las que se encuentran la estrategia de combate a la inseguridad, el abasto de medicamentos, el apoyo a la investigación científica, el respeto al poder judicial y órganos autónomos, pero sobre todo, primero los pobres, no solo dándoles de comer como si fueran animalitos sino permitiéndoles aspirar a una mejor calidad de vida, no viéndolos solo como votos a favor, si no puedes contra el enemigo... únete a él.


Pero esa…ya es otra historia.


napoleonef@hotmail.com

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