/ jueves 14 de diciembre de 2017

¡¡¡Yo te lo garantizo!!!

Decidí arrancar éste, el gran proyecto de mi vida en el lugar donde me formé en lo más importante que conozco; el trabajo y el esfuerzo. En un pequeño zaguán de la vecindad ubicada en Correo Mayor #18 t mi abuelo trabajaba 365 días del año en una pequeña tienda de telas y bonetería y como miles de capitalinos todo lo hacía para cumplir con su gran amor y su gran responsabilidad: su familia.

Al mismo tiempo que lo veía trabajar sin descanso, veía como esta ciudad vibraba a través de los miles de capitalinos que desde la madrugada hasta la noche dejaban el alma por sus seres queridos. Aprendí en esta tienda lo que significaba en realidad ser chilango, significaba rifártela con calor, con frio, con lluvia y hasta con temblores por lo que quieres.

Aprendí también que somos muchos más los buenos que de manera honesta nos ganamos la vida con un trabajo decente y que ser honesto es algo que debe estar en tu corazón, no solo en tu actuar.

Aprendí que tenía que estudiar con dedicación para ser cada día mejor y poder ayudarle más a mi familia y que el estudio me permitiría ayudar a más y más personas. Aprendí a respetar a mis mayores y que hay cosas que solo la edad y la experiencia te enseñan.

Aprendí que la vida se trataba de proponer y escuchar. De proponer lo que crees que es correcto y ser receptivo y humilde cuando tu creencia resulta errónea.

Aprendí que de poco vale la vida cuando no puedes caminar con la frente en alto con la seguridad de nunca haberle hecho el mal a nadie.

Aprendí que si bien la familia es el eje de nuestra comunidad, la comunidad es el gran constructor de la estabilidad familiar.

Aprendí que todos somos iguales independientemente de nuestro color de piel, religión, orientación o genero cuando de trabajar por tu gente se trata.

Aprendí que mientras más libertades tenemos mejores seres humanos somos y mejores sociedades construimos.

Pero llego el momento de irme a aplicar estos valores que había aprendido, Honestidad, Capacidad y Experiencia deberían ser el tesoro a buscar en mi vida.

Y no fue fácil, me encontré con que el camino del bien no es el más fácil, pero si el que mejor te permite vivir en paz contigo y tu comunidad.

Me encontré con que millones de personas trabajaban honestamente día a día y aún así, no lograban llevar el pan a la mesa.

Me encontré con una terrible distribución de la riqueza donde muy pocos tienen casi todo y la gran mayoría tiene casi nada.

Me encontré con el flagelo de la delincuencia que paraliza no solo a las personas, paraliza los sueños y aspiraciones.

Me encontré con la realidad de que ser pobre te podría hacer morir de gripa cuando un rico puede no morir del cáncer más violento.

Me encontré que en la tragedia conviven lo mejor y lo peor del ser humano.

Me encontré con que la contaminación hacia que con el simple hecho de respirar podrías estarte matando poco a poco. Me encontré con que existían dos tipos de justicia, una para los ricos y otra para los pobres.

Me encontré con que la vida era más dura de lo que pensé pero que los valores que aquí aprendí, me han permitido enfrentarla como miles de ustedes.

Para mí ha llegado el momento de las definiciones de vida y decidí volver aquí, a correo mayor 18 y en compañía de mi familia, amigos, compañeros de estudios, de trabajo y de vida enfrentar el reto más grande de mi vida, buscar gobernar esta ciudad, esta fantástica ciudad.

Ha llegado el momento cambiar la idea de que nada se puede hacer y que solo hay que vivir la vida lo mejor que se pueda.

Es posible que todos los hogares de la ciudad tengan agua corriente y constante.

Es posible que además de las libertades que gozamos, tengamos el ingreso necesario para poder vivir bien.

Es posible atacar a la inseguridad y a la delincuencia por todos los flancos, previniéndola con los jóvenes, aumentando el ingreso de los adultos y dotando de información, tecnología y equipo de calidad mundial a nuestra policía.

Es posible disfrutar trasladarse por la ciudad y que moverse en ella sea un placer.

Es posible que la honestidad no tenga adjetivos, es decir, o eres Honesto o no lo eres. Punto.

Es posible encontrar el equilibrio entre la energía que necesitamos para que la ciudad se mueva y contaminar lo menos posible.

Es posible planear esta ciudad para el futuro, pero sin perder el presente.

Todo esto y más, de su mano y con su ayuda.

¡ES POSIBLE!

¡YO SE LOS GARANTIZO!

Decidí arrancar éste, el gran proyecto de mi vida en el lugar donde me formé en lo más importante que conozco; el trabajo y el esfuerzo. En un pequeño zaguán de la vecindad ubicada en Correo Mayor #18 t mi abuelo trabajaba 365 días del año en una pequeña tienda de telas y bonetería y como miles de capitalinos todo lo hacía para cumplir con su gran amor y su gran responsabilidad: su familia.

Al mismo tiempo que lo veía trabajar sin descanso, veía como esta ciudad vibraba a través de los miles de capitalinos que desde la madrugada hasta la noche dejaban el alma por sus seres queridos. Aprendí en esta tienda lo que significaba en realidad ser chilango, significaba rifártela con calor, con frio, con lluvia y hasta con temblores por lo que quieres.

Aprendí también que somos muchos más los buenos que de manera honesta nos ganamos la vida con un trabajo decente y que ser honesto es algo que debe estar en tu corazón, no solo en tu actuar.

Aprendí que tenía que estudiar con dedicación para ser cada día mejor y poder ayudarle más a mi familia y que el estudio me permitiría ayudar a más y más personas. Aprendí a respetar a mis mayores y que hay cosas que solo la edad y la experiencia te enseñan.

Aprendí que la vida se trataba de proponer y escuchar. De proponer lo que crees que es correcto y ser receptivo y humilde cuando tu creencia resulta errónea.

Aprendí que de poco vale la vida cuando no puedes caminar con la frente en alto con la seguridad de nunca haberle hecho el mal a nadie.

Aprendí que si bien la familia es el eje de nuestra comunidad, la comunidad es el gran constructor de la estabilidad familiar.

Aprendí que todos somos iguales independientemente de nuestro color de piel, religión, orientación o genero cuando de trabajar por tu gente se trata.

Aprendí que mientras más libertades tenemos mejores seres humanos somos y mejores sociedades construimos.

Pero llego el momento de irme a aplicar estos valores que había aprendido, Honestidad, Capacidad y Experiencia deberían ser el tesoro a buscar en mi vida.

Y no fue fácil, me encontré con que el camino del bien no es el más fácil, pero si el que mejor te permite vivir en paz contigo y tu comunidad.

Me encontré con que millones de personas trabajaban honestamente día a día y aún así, no lograban llevar el pan a la mesa.

Me encontré con una terrible distribución de la riqueza donde muy pocos tienen casi todo y la gran mayoría tiene casi nada.

Me encontré con el flagelo de la delincuencia que paraliza no solo a las personas, paraliza los sueños y aspiraciones.

Me encontré con la realidad de que ser pobre te podría hacer morir de gripa cuando un rico puede no morir del cáncer más violento.

Me encontré que en la tragedia conviven lo mejor y lo peor del ser humano.

Me encontré con que la contaminación hacia que con el simple hecho de respirar podrías estarte matando poco a poco. Me encontré con que existían dos tipos de justicia, una para los ricos y otra para los pobres.

Me encontré con que la vida era más dura de lo que pensé pero que los valores que aquí aprendí, me han permitido enfrentarla como miles de ustedes.

Para mí ha llegado el momento de las definiciones de vida y decidí volver aquí, a correo mayor 18 y en compañía de mi familia, amigos, compañeros de estudios, de trabajo y de vida enfrentar el reto más grande de mi vida, buscar gobernar esta ciudad, esta fantástica ciudad.

Ha llegado el momento cambiar la idea de que nada se puede hacer y que solo hay que vivir la vida lo mejor que se pueda.

Es posible que todos los hogares de la ciudad tengan agua corriente y constante.

Es posible que además de las libertades que gozamos, tengamos el ingreso necesario para poder vivir bien.

Es posible atacar a la inseguridad y a la delincuencia por todos los flancos, previniéndola con los jóvenes, aumentando el ingreso de los adultos y dotando de información, tecnología y equipo de calidad mundial a nuestra policía.

Es posible disfrutar trasladarse por la ciudad y que moverse en ella sea un placer.

Es posible que la honestidad no tenga adjetivos, es decir, o eres Honesto o no lo eres. Punto.

Es posible encontrar el equilibrio entre la energía que necesitamos para que la ciudad se mueva y contaminar lo menos posible.

Es posible planear esta ciudad para el futuro, pero sin perder el presente.

Todo esto y más, de su mano y con su ayuda.

¡ES POSIBLE!

¡YO SE LOS GARANTIZO!