/ miércoles 8 de mayo de 2024

Yucatán le ganó a CDMX

Uno de los sueños de todo sistema de transporte es que uno sepa cuándo va a llegar el siguiente autobús. Esto puede funcionar con relativa simpleza en ciudades con poca congestión y de hecho es algo que muchos países hacen: colocan una tabla con los horarios en cada parada y se cumplen. Sin embargo, en ciudades grandes los horarios dependen de semáforos y el tráfico, en esas urbes la solución son las apps y los tableros en las paradas.

Este domingo, en la capital yucateca, dos horas antes de tomar mi vuelo a México llegué a la parada del autobús dos minutos antes de ver un flamante vehículo azul, de entrada baja, aire acondicionado y asientos cómodos. Yo sabía el horario de esa ruta gracias a una sencilla app, Vayven, que es el nombre del sistema de transporte de la Zona Metropolitana de Mérida.

El Vayven está aún en etapas de instrumentación, pero ya logró una gran cobertura con autobuses de muy buena calidad, muy superiores a los de casi cualquier ruta del país. Además, los vinculó a un sistema de información, a mejoras en espacios públicos, y a un servicio que conecta la zona central de la ciudad con el Tren Maya, llamado IETRAM.

En número de autobuses, sin duda las compras de Servicio de Transportes Eléctricos y la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) de la Ciudad de México supera a las del Gobierno de Yucatán. Sin embargo, como proporción del servicio, y considerando las limitaciones presupuestales relativas, lo que lograron en la Península es un hito para todo el país.

Podrá hacer un calorón en Mérida, pero el autobús llega en unos cuantos minutos y el servicio abarca toda la ciudad y los municipios conurbados.

Esto es algo que Ciudad de México, con más recursos, no ha podido lograr, pese a que al inicio del gobierno alardeaban acerca de la instalación de GPS en el transporte público concesionado y el operado por el gobierno. Al final no sirvió de nada, la Agencia Digital de Innovación Pública o no pudo o no hizo el esfuerzo de dar información en tiempo real, ni generar data pública sobre la operación. Uno puede esperar 45 minutos un autobús de la RTP o claudicar y tomar otro modo de transporte: una app simplificará todo.

Si los datos existen, quiero decir, si los GPS a bordo del transporte público se están generando y recibiendo en algún servidor del Gobierno de la Ciudad de México, entonces bastaría con abrirlos, generar “APIs” que cualquier científico de datos pudiera utilizar en una app. Sólo basta disposición, ni siquiera recurso porque si la data (APIs) están abiertas, cualquiera puede diseñar su propia app y no el gobierno.

En la modernización del transporte de Yucatán hubo voluntad del gobernador Mauricio Vila, capacidad política en un entorno adverso, capacidad técnica, tres elementos de los cuales careció Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno. Hoy podemos decirlo, el sistema de transporte de Mérida es mejor y más moderno que el de la CDMX, y se vuelve un referente para lo que debe ocurrir en la capital mexicana entre 2024 y 2030. Se puede.

Uno de los sueños de todo sistema de transporte es que uno sepa cuándo va a llegar el siguiente autobús. Esto puede funcionar con relativa simpleza en ciudades con poca congestión y de hecho es algo que muchos países hacen: colocan una tabla con los horarios en cada parada y se cumplen. Sin embargo, en ciudades grandes los horarios dependen de semáforos y el tráfico, en esas urbes la solución son las apps y los tableros en las paradas.

Este domingo, en la capital yucateca, dos horas antes de tomar mi vuelo a México llegué a la parada del autobús dos minutos antes de ver un flamante vehículo azul, de entrada baja, aire acondicionado y asientos cómodos. Yo sabía el horario de esa ruta gracias a una sencilla app, Vayven, que es el nombre del sistema de transporte de la Zona Metropolitana de Mérida.

El Vayven está aún en etapas de instrumentación, pero ya logró una gran cobertura con autobuses de muy buena calidad, muy superiores a los de casi cualquier ruta del país. Además, los vinculó a un sistema de información, a mejoras en espacios públicos, y a un servicio que conecta la zona central de la ciudad con el Tren Maya, llamado IETRAM.

En número de autobuses, sin duda las compras de Servicio de Transportes Eléctricos y la Red de Transporte de Pasajeros (RTP) de la Ciudad de México supera a las del Gobierno de Yucatán. Sin embargo, como proporción del servicio, y considerando las limitaciones presupuestales relativas, lo que lograron en la Península es un hito para todo el país.

Podrá hacer un calorón en Mérida, pero el autobús llega en unos cuantos minutos y el servicio abarca toda la ciudad y los municipios conurbados.

Esto es algo que Ciudad de México, con más recursos, no ha podido lograr, pese a que al inicio del gobierno alardeaban acerca de la instalación de GPS en el transporte público concesionado y el operado por el gobierno. Al final no sirvió de nada, la Agencia Digital de Innovación Pública o no pudo o no hizo el esfuerzo de dar información en tiempo real, ni generar data pública sobre la operación. Uno puede esperar 45 minutos un autobús de la RTP o claudicar y tomar otro modo de transporte: una app simplificará todo.

Si los datos existen, quiero decir, si los GPS a bordo del transporte público se están generando y recibiendo en algún servidor del Gobierno de la Ciudad de México, entonces bastaría con abrirlos, generar “APIs” que cualquier científico de datos pudiera utilizar en una app. Sólo basta disposición, ni siquiera recurso porque si la data (APIs) están abiertas, cualquiera puede diseñar su propia app y no el gobierno.

En la modernización del transporte de Yucatán hubo voluntad del gobernador Mauricio Vila, capacidad política en un entorno adverso, capacidad técnica, tres elementos de los cuales careció Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno. Hoy podemos decirlo, el sistema de transporte de Mérida es mejor y más moderno que el de la CDMX, y se vuelve un referente para lo que debe ocurrir en la capital mexicana entre 2024 y 2030. Se puede.