/ miércoles 22 de noviembre de 2023

La bendición del Nearshoring CDMX 

En días pasados, la Coparmex Ciudad de México y el periódico El Financiero organizaron un foro llamado “Nearshoring Talks”, destinado a destacar las oportunidades para México de este fenómeno de relocalización de los sectores productivos y de servicios.

El presidente de la Coparmex en la capital mexicana, Armando Zúñiga, ha sido insistente en calificar al nearshoring como una bendición, pero quiero destacar que Zúñiga no es líder empresarial en un estado del norte, sino justo del centro del país: claramente la Ciudad de México también se verá beneficiada del “Nearshoring”.

Esto se debe a un hecho fundamental: si bien las nuevas fábricas tenderán a instalarse en estados fronterizos, sus oficinas seguirán buscando la Zona Metropolitana del Valle de México, por la amplia disponibilidad de servicios y la capacidad de relacionarse con otros actores como los bancos, la logística internacional y la capacitación. Ciudad de México, además, tiene los promedios más altos en escolaridad.

Esto habla de que en las venideras campañas políticas el tema tendría que ser uno de los más importantes a discutir: cómo relacionar el Nearshoring con el desarrollo de oportunidades para los habitantes de la Ciudad de México. Creo que vamos atrasados, creo que el actual gobierno no ha dimensionado las oportunidades ni generado estrategias específicas para los sectores económicos con mayores oportunidades.

Me parece que más allá de los centros de negocios tradicionales de la ciudad, como los corredores de Reforma, Insurgentes, Periférico Sur, Centro, Polanco y Santa Fe, esta es la oportunidad de generar empleos de forma horizontal en el territorio de la entidad capital: me refiero a dar facilidades a la creación de centros administrativos relacionados con sectores productivos: por ejemplo, ligados a los parques industriales y centros de logística de las alcaldías Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa y Venustiano Carranza, lo que debería favorecer la creación de empleos bien remunerados cuya participación provenga de personas que se desplacen cortas distancias desde su hogar.

Esta no es la única oportunidad que la Ciudad de México está dejando pasar. En menos de dos años seremos sede de Copa Mundial de Futbol por tercera ocasión. Monterrey y Guadalajara nos llevan la delantera en los preparativos. Sabemos que sin hacer nada, el Mundial y el Nearshoring nos van a traer beneficios, pero no se trata de eso, se trata de llevar la bendición al máximo nivel, como una oportunidad también de recaudar impuestos que financien la inversión en agua y transporte que tanta falta hace.

Regionalmente también puede haber competencia: Toluca, Querétaro y el corredor industrial Puebla - Tlaxcala podrían ser receptores de los beneficios del Nearshoring en el centro del país. Regionalmente eso es positivo porque fomenta un equilibrio entre las 7 entidades de la megalópolis central, pero es fundamental tener en cuenta que el Nearshoring es una ruta clave para reducir las diferencias entre el poniente de la Ciudad de México y el oriente, algo que de hecho describe muy bien las rivalidades políticas de esta capital.

Démosle la bienvenida a la “bendi” y sigamos la pauta que está marcando en esta agenda la Confederación Patronal de la República Mexicana, con el liderazgo de su dirigente local, Armando Zúñiga.


En días pasados, la Coparmex Ciudad de México y el periódico El Financiero organizaron un foro llamado “Nearshoring Talks”, destinado a destacar las oportunidades para México de este fenómeno de relocalización de los sectores productivos y de servicios.

El presidente de la Coparmex en la capital mexicana, Armando Zúñiga, ha sido insistente en calificar al nearshoring como una bendición, pero quiero destacar que Zúñiga no es líder empresarial en un estado del norte, sino justo del centro del país: claramente la Ciudad de México también se verá beneficiada del “Nearshoring”.

Esto se debe a un hecho fundamental: si bien las nuevas fábricas tenderán a instalarse en estados fronterizos, sus oficinas seguirán buscando la Zona Metropolitana del Valle de México, por la amplia disponibilidad de servicios y la capacidad de relacionarse con otros actores como los bancos, la logística internacional y la capacitación. Ciudad de México, además, tiene los promedios más altos en escolaridad.

Esto habla de que en las venideras campañas políticas el tema tendría que ser uno de los más importantes a discutir: cómo relacionar el Nearshoring con el desarrollo de oportunidades para los habitantes de la Ciudad de México. Creo que vamos atrasados, creo que el actual gobierno no ha dimensionado las oportunidades ni generado estrategias específicas para los sectores económicos con mayores oportunidades.

Me parece que más allá de los centros de negocios tradicionales de la ciudad, como los corredores de Reforma, Insurgentes, Periférico Sur, Centro, Polanco y Santa Fe, esta es la oportunidad de generar empleos de forma horizontal en el territorio de la entidad capital: me refiero a dar facilidades a la creación de centros administrativos relacionados con sectores productivos: por ejemplo, ligados a los parques industriales y centros de logística de las alcaldías Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Iztacalco, Iztapalapa y Venustiano Carranza, lo que debería favorecer la creación de empleos bien remunerados cuya participación provenga de personas que se desplacen cortas distancias desde su hogar.

Esta no es la única oportunidad que la Ciudad de México está dejando pasar. En menos de dos años seremos sede de Copa Mundial de Futbol por tercera ocasión. Monterrey y Guadalajara nos llevan la delantera en los preparativos. Sabemos que sin hacer nada, el Mundial y el Nearshoring nos van a traer beneficios, pero no se trata de eso, se trata de llevar la bendición al máximo nivel, como una oportunidad también de recaudar impuestos que financien la inversión en agua y transporte que tanta falta hace.

Regionalmente también puede haber competencia: Toluca, Querétaro y el corredor industrial Puebla - Tlaxcala podrían ser receptores de los beneficios del Nearshoring en el centro del país. Regionalmente eso es positivo porque fomenta un equilibrio entre las 7 entidades de la megalópolis central, pero es fundamental tener en cuenta que el Nearshoring es una ruta clave para reducir las diferencias entre el poniente de la Ciudad de México y el oriente, algo que de hecho describe muy bien las rivalidades políticas de esta capital.

Démosle la bienvenida a la “bendi” y sigamos la pauta que está marcando en esta agenda la Confederación Patronal de la República Mexicana, con el liderazgo de su dirigente local, Armando Zúñiga.


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