/ sábado 16 de septiembre de 2023

15 de septiembre: festejo y recordatorio

El 15 de septiembre, fecha en que los mexicanos vestimos nuestras plazas de verde, blanco y rojo para conmemorar el Grito de Dolores, y que resuena en los corazones de millones, es también el Día Internacional de la Democracia. Una coincidencia que no sólo se vive en las fechas, sino en la intersección entre independencia y democracia, pilares del México contemporáneo.

La democracia, ese ideal que busca dar voz y poder al pueblo, ha evolucionado con el paso del tiempo, adaptándose a las circunstancias de cada era. Hoy, en pleno siglo XXI, estamos siendo testigos de la metamorfosis de esta idea hacia una democracia digital y tecnológica. Así como en su momento la imprenta revolucionó la forma de comunicar y gobernar, hoy Internet y las nuevas tecnologías hacen lo propio.

¿Por qué es esencial esta democracia tecnológica? Porque vivimos en una sociedad globalizada e interconectada, donde la información fluye en segundos y la participación ciudadana no tiene por qué limitarse a depositar un voto cada ciertos años. Es una democracia que permite a los ciudadanos no sólo ser receptores, sino generadores de contenido, de propuestas, de críticas y de soluciones.

A nivel mundial, vemos ejemplos brillantes de cómo la tecnología potencia la democracia. Países nórdicos han implementado plataformas para la toma de decisiones colaborativas, mientras que en Estonia, la primera nación digital del mundo, los ciudadanos pueden votar, pagar impuestos o acceder a servicios públicos en línea, redefiniendo lo que significa ser un ciudadano activo.

Sin embargo, en México, aún enfrentamos serios retos en esta transición hacia una democracia digital plena. Si bien es cierto que cada vez más ciudadanos tienen acceso a Internet, aún persisten brechas digitales significativas, especialmente en zonas rurales y entre las poblaciones más vulnerables.

Por otro lado, la seguridad cibernética y la protección de datos son asignaturas pendientes. Sin garantías de seguridad en nuestras interacciones en línea, no puede haber una verdadera confianza en la democracia digital. Y sin confianza, esta se convierte en un mero simulacro.

Aprovechemos esta fecha para reflexionar sobre la democracia que queremos construir en la era digital. México necesita no sólo una independencia de yugos externos, sino una independencia del rezago, de la desinformación y de la apatía.

Así como en 1810 se escuchó un grito que clamaba por libertad y justicia, hoy levantemos nuestra voz por una democracia inclusiva, tecnológica y verdaderamente participativa. Porque la verdadera fuerza de México reside en su gente, tanto en el espacio físico como en el digital. Celebrar la independencia es también celebrar la democracia, en todas sus formas.

@daguilargallego

El 15 de septiembre, fecha en que los mexicanos vestimos nuestras plazas de verde, blanco y rojo para conmemorar el Grito de Dolores, y que resuena en los corazones de millones, es también el Día Internacional de la Democracia. Una coincidencia que no sólo se vive en las fechas, sino en la intersección entre independencia y democracia, pilares del México contemporáneo.

La democracia, ese ideal que busca dar voz y poder al pueblo, ha evolucionado con el paso del tiempo, adaptándose a las circunstancias de cada era. Hoy, en pleno siglo XXI, estamos siendo testigos de la metamorfosis de esta idea hacia una democracia digital y tecnológica. Así como en su momento la imprenta revolucionó la forma de comunicar y gobernar, hoy Internet y las nuevas tecnologías hacen lo propio.

¿Por qué es esencial esta democracia tecnológica? Porque vivimos en una sociedad globalizada e interconectada, donde la información fluye en segundos y la participación ciudadana no tiene por qué limitarse a depositar un voto cada ciertos años. Es una democracia que permite a los ciudadanos no sólo ser receptores, sino generadores de contenido, de propuestas, de críticas y de soluciones.

A nivel mundial, vemos ejemplos brillantes de cómo la tecnología potencia la democracia. Países nórdicos han implementado plataformas para la toma de decisiones colaborativas, mientras que en Estonia, la primera nación digital del mundo, los ciudadanos pueden votar, pagar impuestos o acceder a servicios públicos en línea, redefiniendo lo que significa ser un ciudadano activo.

Sin embargo, en México, aún enfrentamos serios retos en esta transición hacia una democracia digital plena. Si bien es cierto que cada vez más ciudadanos tienen acceso a Internet, aún persisten brechas digitales significativas, especialmente en zonas rurales y entre las poblaciones más vulnerables.

Por otro lado, la seguridad cibernética y la protección de datos son asignaturas pendientes. Sin garantías de seguridad en nuestras interacciones en línea, no puede haber una verdadera confianza en la democracia digital. Y sin confianza, esta se convierte en un mero simulacro.

Aprovechemos esta fecha para reflexionar sobre la democracia que queremos construir en la era digital. México necesita no sólo una independencia de yugos externos, sino una independencia del rezago, de la desinformación y de la apatía.

Así como en 1810 se escuchó un grito que clamaba por libertad y justicia, hoy levantemos nuestra voz por una democracia inclusiva, tecnológica y verdaderamente participativa. Porque la verdadera fuerza de México reside en su gente, tanto en el espacio físico como en el digital. Celebrar la independencia es también celebrar la democracia, en todas sus formas.

@daguilargallego