El gobierno de Jorge Washington, primer presidente de Estados Unidos, se extendió ocho años. Es el primer presidente que se reelige. Su presidencia fue de ocho años. Su primer periodo comenzó en 1789. Concluyó en 1797: dos cuatrienios. La unión estadounidense ha tenido 44 presidentes. El último, Barak Obama, inició su mandato en 2008. Fue reelecto. La unión estadounidense ha tenido 44 presidentes. La presidencia de Donald Trump se inició hace 9 meses. Comenzó estridente. Su propósito inicial fue establecer su hegemonía sobre Canadá y México.
Proclamó de inmediato su propósito de dar por concluido el Tratado de Libre comercio y anunció la construcción de una barda que impida la migración mexicana, guatemalteca y centroamericana. El tendido de la barda comenzará en la Costa del Pacífico. Tendrá tres mil kilómetros de longitud, que terminan en el vértice de la frontera mexicana en los aledaños de la joroba del Río Bravo, que comienza entre Boquillas del Carmen y las Chisos mountains. Señalar su longitud es fácil. Construirla es lo difícil.
Hay tramos largos con profundidades de centenares de metros. Solo pequeños roedores y víboras cortas suelen recorrerlos. El costo de materiales y de la construcción son altos. Será difícil que el Comité Presupuestal del Senado lo autorice. El propósito obsesivo de Trump es impedir que crucen la frontera los “bad hombreis”.
Fue el presidente Roosevelt quien solicitó brazos mexicanos. Tomarían el lugar de los 8 y medio millones de jóvenes estadounidenses enviados a los frentes de Europa, África del Norte y Las Filipinas. Se corroboró que millón y medio de mexicanos ingresaron al ejército y enviados a los diferentes frentes. El bracero Program de Roosevelt ordenaba que ningún trabajador mexicano sería admitido en el ejército. Algunos influyentes legisladores y servidores públicos de Estados Unidos sugirieron mantener la frontera “porosa” para que pasaran al territorio estadounidense los trabajadores agrícolas mexicanos, y fueran enrolados.
A pesar de compartir una de las fronteras más largas del mundo, escritores, comentaristas, analistas y críticos afirman y precisan que somos Vecinos Distantes. Así lo reitera Alan Riding, quien fuera corresponsal del New York Times aquí, durante más de seis años, en su documentado libro de 560 páginas intitulado Distant Neighbors: a portrait of the Mexicans.
El tránsito mortal de los mexicanos hacia Estados Unidos, es el éxodo de más larga duración en la historia de la humanidad. A pesar de los peligros, los desiertos, los animales carnívoros, las serpientes, el sol intransigente, lluvias inclementes, los mexicanos siguen cruzando la frontera porosa. Sortean todos los peligros.
Sagaces administradores, políticos y periodistas de aquí están convencidos de que Trump será sometido a juicio de responsabilidades y destituido pronto. Sonríen y se regodean pensando en el destino que le espera. Es recomendable que revisen su corazonada, con referencia a un dato contundente: en los 223 años que transcurren entre la primera presidencia de Washington y la última de Barak Obama únicamente 16 empleados federales, incluidos Andrew Johnson, Richard Nixon y Bill Clinton, fueron sometidos a “impeachment.” Pero nada ocurrió.
La relación de México con Estados Unidos habrá de ser estudiada concienzudamente: ¡con lupa! Nuestros problemas con Estados Unidos son producto de la historia de cada país. Y nada anticipa que cambiará la relación durante los siguientes meses de inestabilidades de Trump.