/ martes 10 de enero de 2017

Paradigma Económico

  • Jorge Sánchez Tello
  • Gasolinazo y credibilidad

El debate sobre el llamado “gasolinazo” ha estado lleno de muchas pasiones sin tener realmente argumentos objetivos ni técnicos.

Según el INEGI, organismo independiente que cuenta con datos objetivos sobre este tema, el 64 por ciento de lo que en México se gasta en gasolina y lubricantes corresponde a 20 por ciento de las familias con mayor ingreso. Por otra parte, 60 por ciento de las familias con menor ingreso, aproximadamente 71 millones de personas, realizan 14 por ciento del gasto en gasolina y lubricantes. En pocas palabras, el subsidio a la gasolina beneficia a los de mayor ingreso.

El 20 por ciento de las familias más pobres de México, solamente destinan 0.8 por ciento a pagar gasolina. El subsidio es regresivo porque beneficia a la población con mayores ingresos aumentando la brecha de desigualdad.

El gasolinazo no es nuevo porque prácticamente en todos los sexenios se ha incrementado de forma considerable el precio de la gasolina. Por ejemplo, en el sexenio de Felipe Calderón las gasolinas Magna y Premium elevaron su precio en 70 y 45 por ciento, mientras que el Diésel aumentó 106 por ciento entre 2007 y 2013 con los llamados gasolinazos mensuales.

El más reciente gasolinazo fue aprobado por todos los diputados del PRI y PAN, la mayoría del PRD (solo ocho votaron en contra). Además, fue aprobada por la mayoría de los senadores del PRI, PAN y PRD. El objetivo es recaudar para el Estado al menos 209 mil millones de pesos por concepto de IEPS a gasolinas. Así que los que hoy se desmarcan de este aumento deberían asumir su responsabilidad frente a la sociedad.

El gasolinazo considero es una medida adecuada porque no funciona subsidiar a las personas de mayor ingreso. Sin embargo la pregunta es: ¿Por qué la gente está enojada? ¿Qué se hubiera hecho como afirma el presidente Enrique Peña Nieto?

El malestar social ya viene desde hace varios meses y años, la corrupción que no se ha castigado, en especial la de los gobernadores, ha hecho que esta administración haya perdido credibilidad. Y seguirá escéptica y no va a creer hasta que se vea castigada la corrupción, así que es la única bandera que puede dar credibilidad.

¿Por qué es tan importante el tema de la corrupción? Porque hemos tenido una reforma fiscal que recauda más y además, parte del precio de la gasolina son impuestos. Entonces los ciudadanos debemos exigir que esos recursos públicos se destinen a programas sociales, mayor educación y salud. No que vayan a caer en manos de algunos gobernadores que solo han saqueado al país sin castigo.

Primero se hubiera ganado credibilidad ante las sociedad castigando la corrupción y falta explicar que estamos pagando los errores administrativos de Pemex y que su sindicato ha tenido el monopolio de la transportación de la gasolina.

Las manifestaciones se han visto manchadas por algunas personas que se han dedicado a saquear, esa no es la forma adecuada y solo dan la imagen de que en México no se aplica el Estado de Derecho.

El camino por recorrer no será sencillo durante este 2017, falta pedagogía para explicar y aplicar los cambios que el país necesita. Se nos pide paciencia a los ciudadanos pero el gobierno debe ser sensible y mandar una señal clara de que la deuda, que ya es de 50 por ciento del PIB, no se va a incrementar más y es importante la transparencia en el uso de los recursos públicos.

Más allá de los factores internacionales, estamos pagando los costos de malas decisiones en el pasado y que hoy no se han explicado con claridad. Además, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la oportunidad histórica para que el Sindicato Petrolero rinda cuentas. *Economista e investigador asociado de la FUNDEF

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

Twitter: @jorgeteilus

  • Jorge Sánchez Tello
  • Gasolinazo y credibilidad

El debate sobre el llamado “gasolinazo” ha estado lleno de muchas pasiones sin tener realmente argumentos objetivos ni técnicos.

Según el INEGI, organismo independiente que cuenta con datos objetivos sobre este tema, el 64 por ciento de lo que en México se gasta en gasolina y lubricantes corresponde a 20 por ciento de las familias con mayor ingreso. Por otra parte, 60 por ciento de las familias con menor ingreso, aproximadamente 71 millones de personas, realizan 14 por ciento del gasto en gasolina y lubricantes. En pocas palabras, el subsidio a la gasolina beneficia a los de mayor ingreso.

El 20 por ciento de las familias más pobres de México, solamente destinan 0.8 por ciento a pagar gasolina. El subsidio es regresivo porque beneficia a la población con mayores ingresos aumentando la brecha de desigualdad.

El gasolinazo no es nuevo porque prácticamente en todos los sexenios se ha incrementado de forma considerable el precio de la gasolina. Por ejemplo, en el sexenio de Felipe Calderón las gasolinas Magna y Premium elevaron su precio en 70 y 45 por ciento, mientras que el Diésel aumentó 106 por ciento entre 2007 y 2013 con los llamados gasolinazos mensuales.

El más reciente gasolinazo fue aprobado por todos los diputados del PRI y PAN, la mayoría del PRD (solo ocho votaron en contra). Además, fue aprobada por la mayoría de los senadores del PRI, PAN y PRD. El objetivo es recaudar para el Estado al menos 209 mil millones de pesos por concepto de IEPS a gasolinas. Así que los que hoy se desmarcan de este aumento deberían asumir su responsabilidad frente a la sociedad.

El gasolinazo considero es una medida adecuada porque no funciona subsidiar a las personas de mayor ingreso. Sin embargo la pregunta es: ¿Por qué la gente está enojada? ¿Qué se hubiera hecho como afirma el presidente Enrique Peña Nieto?

El malestar social ya viene desde hace varios meses y años, la corrupción que no se ha castigado, en especial la de los gobernadores, ha hecho que esta administración haya perdido credibilidad. Y seguirá escéptica y no va a creer hasta que se vea castigada la corrupción, así que es la única bandera que puede dar credibilidad.

¿Por qué es tan importante el tema de la corrupción? Porque hemos tenido una reforma fiscal que recauda más y además, parte del precio de la gasolina son impuestos. Entonces los ciudadanos debemos exigir que esos recursos públicos se destinen a programas sociales, mayor educación y salud. No que vayan a caer en manos de algunos gobernadores que solo han saqueado al país sin castigo.

Primero se hubiera ganado credibilidad ante las sociedad castigando la corrupción y falta explicar que estamos pagando los errores administrativos de Pemex y que su sindicato ha tenido el monopolio de la transportación de la gasolina.

Las manifestaciones se han visto manchadas por algunas personas que se han dedicado a saquear, esa no es la forma adecuada y solo dan la imagen de que en México no se aplica el Estado de Derecho.

El camino por recorrer no será sencillo durante este 2017, falta pedagogía para explicar y aplicar los cambios que el país necesita. Se nos pide paciencia a los ciudadanos pero el gobierno debe ser sensible y mandar una señal clara de que la deuda, que ya es de 50 por ciento del PIB, no se va a incrementar más y es importante la transparencia en el uso de los recursos públicos.

Más allá de los factores internacionales, estamos pagando los costos de malas decisiones en el pasado y que hoy no se han explicado con claridad. Además, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la oportunidad histórica para que el Sindicato Petrolero rinda cuentas. *Economista e investigador asociado de la FUNDEF

www.fundef.org.mx

jorge.sanchez@itam.mx

Twitter: @jorgeteilus