/ miércoles 29 de enero de 2020

Así es el Derecho | El Insabi y el derecho humano a la salud

Los primeros minutos de este año comenzó a operar el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), el cual será punto medular del Sistema de Salud Mexicano, esencial para mejorar los servicios de salud que se han proporcionado en los últimos años a toda la población, como se propone el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, desde sus primeros días de vida este instituto, que llegó a tomar el lugar del Seguro Popular, ha resultado controversial, pues existen dudas acerca de cómo se tendrá acceso al mismo, además de que hubo quejas como la escasez de medicamentos para el tratamiento de enfermedades tan graves como el cáncer en algunos hospitales del sector salud, así como inseguridad respecto al presupuesto para su marcha adecuada.

Brindar atención medica es una obligación gubernamental, toda vez que es derecho humano consagrado en el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y diversos tratados internacionales signados por nuestro país, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, ratificado por México en 1981, y la Constitución de la Organización Mundial de la Salud.

El reconocimiento legal de los derechos humanos no es suficiente si no hay mecanismos para garantizarlos, por lo que más allá de respetarlos el Estado debe realizar acciones positivas que redunden en el acceso y goce del individuo a ellos, y el gobierno actual manifiesta que se esfuerza para que en lo que hace al derecho humano a la salud, el INSABI se constituya en el órgano principal para que los ciudadanos tengan acceso a esta prerrogativa fundamental.

El INSABI plantea la universalización de los servicios de salud, es decir que todas las personas sin seguridad social puedan recibir atención médica gratuita y, a diferencia de como sucedía en el Seguro Popular, podrán recibirla con tan sólo presentar su credencial para votar, CURP o acta de nacimiento, sin necesidad de afiliación previa, en centros de salud con servicios ampliados, unidades médicas de IMSS Bienestar, unidades de especialidades médicas, hospitales generales, rurales y comunitarios que ofrezcan servicios de primer nivel.

Los servicios serán gratuitos en primer nivel, o sea atención primaria, que es el primer contacto con los pacientes, y en segundo nivel cuando se requiere hospitalización o atención de urgencia, en el que se brindan especialidades de cirugía general, medicina interna, pediatría y ginecobstetricia, y en tercer nivel, que es atención en los hospitales de alta especialización, donde sólo se cobrarán cuotas de recuperación.

Otros puntos que han provocado dudas es si el acceso y la prestación de los servicios son ágiles, dado que no habrá padrón de “pacientes” o derechohabientes en cada clínica y hospital, y si los equipos, instrumental, medicamentos y personal sean suficientes para brindar servicios de calidad.

La realidad es que pese a los esfuerzos para que el INSABI obtenga la confianza de la población y funcione adecuadamente para cubrir las necesidades médicas de los mexicanos, a la fecha hay dudas y controversias, pero es deseable y de esperarse, se vayan disipando mediante implementación eficaz de los servicios de salud y la obtención del bienestar de los ciudadanos.

El INSABI es joven y sin duda con el tiempo perfeccionará su funcionamiento; seguramente todos deseamos su éxito, pues permitirá que los servicios de salud sean asequibles sin ninguna dificultad a todos los mexicanos, en especial a las clases más desprotegidas.

Los mexicanos aspiramos a que en el país tengamos atención médica de excelencia sin que sea a costo exorbitante o constituya un privilegio, para lo cual es necesario el fortalecimiento de todas las instituciones que se han creado para proporcionar servicios de salud a toda la población y mejorar la calidad de los mismos, como son Secretaría de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado, Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, Servicios Médicos de Petróleos Mexicanos y Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, los cuales también requieren atención y mucho presupuesto que les permitan garantizar plenamente la salud de la población.

Si bien el Estado debe garantizarnos el derecho humano a la salud y el INSABI es instrumento para ello, instituido por este régimen, detrás de él está el esfuerzo de cada ciudadano mediante los impuestos precisos para la realización de los programas gubernamentales, por lo que su adecuado funcionamiento nos incumbe a todos; y no debemos dejar de aspirar a atención médica de calidad, así como a que se nos respeten todos y cada uno de los derechos humanos consagrados a nuestro favor.


Así es el Derecho.

Los primeros minutos de este año comenzó a operar el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), el cual será punto medular del Sistema de Salud Mexicano, esencial para mejorar los servicios de salud que se han proporcionado en los últimos años a toda la población, como se propone el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, desde sus primeros días de vida este instituto, que llegó a tomar el lugar del Seguro Popular, ha resultado controversial, pues existen dudas acerca de cómo se tendrá acceso al mismo, además de que hubo quejas como la escasez de medicamentos para el tratamiento de enfermedades tan graves como el cáncer en algunos hospitales del sector salud, así como inseguridad respecto al presupuesto para su marcha adecuada.

Brindar atención medica es una obligación gubernamental, toda vez que es derecho humano consagrado en el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y diversos tratados internacionales signados por nuestro país, como el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales, ratificado por México en 1981, y la Constitución de la Organización Mundial de la Salud.

El reconocimiento legal de los derechos humanos no es suficiente si no hay mecanismos para garantizarlos, por lo que más allá de respetarlos el Estado debe realizar acciones positivas que redunden en el acceso y goce del individuo a ellos, y el gobierno actual manifiesta que se esfuerza para que en lo que hace al derecho humano a la salud, el INSABI se constituya en el órgano principal para que los ciudadanos tengan acceso a esta prerrogativa fundamental.

El INSABI plantea la universalización de los servicios de salud, es decir que todas las personas sin seguridad social puedan recibir atención médica gratuita y, a diferencia de como sucedía en el Seguro Popular, podrán recibirla con tan sólo presentar su credencial para votar, CURP o acta de nacimiento, sin necesidad de afiliación previa, en centros de salud con servicios ampliados, unidades médicas de IMSS Bienestar, unidades de especialidades médicas, hospitales generales, rurales y comunitarios que ofrezcan servicios de primer nivel.

Los servicios serán gratuitos en primer nivel, o sea atención primaria, que es el primer contacto con los pacientes, y en segundo nivel cuando se requiere hospitalización o atención de urgencia, en el que se brindan especialidades de cirugía general, medicina interna, pediatría y ginecobstetricia, y en tercer nivel, que es atención en los hospitales de alta especialización, donde sólo se cobrarán cuotas de recuperación.

Otros puntos que han provocado dudas es si el acceso y la prestación de los servicios son ágiles, dado que no habrá padrón de “pacientes” o derechohabientes en cada clínica y hospital, y si los equipos, instrumental, medicamentos y personal sean suficientes para brindar servicios de calidad.

La realidad es que pese a los esfuerzos para que el INSABI obtenga la confianza de la población y funcione adecuadamente para cubrir las necesidades médicas de los mexicanos, a la fecha hay dudas y controversias, pero es deseable y de esperarse, se vayan disipando mediante implementación eficaz de los servicios de salud y la obtención del bienestar de los ciudadanos.

El INSABI es joven y sin duda con el tiempo perfeccionará su funcionamiento; seguramente todos deseamos su éxito, pues permitirá que los servicios de salud sean asequibles sin ninguna dificultad a todos los mexicanos, en especial a las clases más desprotegidas.

Los mexicanos aspiramos a que en el país tengamos atención médica de excelencia sin que sea a costo exorbitante o constituya un privilegio, para lo cual es necesario el fortalecimiento de todas las instituciones que se han creado para proporcionar servicios de salud a toda la población y mejorar la calidad de los mismos, como son Secretaría de Salud, Instituto Mexicano del Seguro Social, Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores al Servicio del Estado, Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, Servicios Médicos de Petróleos Mexicanos y Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, los cuales también requieren atención y mucho presupuesto que les permitan garantizar plenamente la salud de la población.

Si bien el Estado debe garantizarnos el derecho humano a la salud y el INSABI es instrumento para ello, instituido por este régimen, detrás de él está el esfuerzo de cada ciudadano mediante los impuestos precisos para la realización de los programas gubernamentales, por lo que su adecuado funcionamiento nos incumbe a todos; y no debemos dejar de aspirar a atención médica de calidad, así como a que se nos respeten todos y cada uno de los derechos humanos consagrados a nuestro favor.


Así es el Derecho.