/ lunes 23 de agosto de 2021

Cárteles, redes sociales y pandemia

por Mariana Díaz García

La pandemia desencadenada por el virus SARS-CoV-2 ha forzado la adopción de nuevas estrategias por parte del crimen organizado, incluyendo el establecimiento de nuevas rutas para la distribución del fentanilo debido a la interrupción de partes de la cadena de suministro y la diversificación de actividades e inversión. Por otra parte, dicha adaptación de los cárteles mexicanos se puede observar en el uso de las redes sociales y la distribución de contenido digital.

Es indispensable analizar las interacciones digitales del crimen organizado dentro de la transformación del contexto actual debido al impacto que tienen en las estrategias generales de los grupos. En redes sociales se ha observado de manera constante el flujo de imágenes donde se puede identificar a miembros de por lo menos 6 cárteles, incluyendo al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Golfo, La Familia Michoacana, entre otros, repartiendo despensas y otros productos directamente relacionados con la pandemia, como gel antibacterial y cubrebocas.

Estas acciones son parte de una estrategia más amplia en redes sociales. Uno de los ejemplos más claros ha sido el CJNG, el cual no solo ha utilizados las redes sociales para exhibir la distribución de despensas en estados como Veracruz y Jalisco, sino que se han popularizado los videos donde se puede observar el armamento con el que cuentan.

El comportamiento exhibido en redes sociales por el crimen organizado es una continuación de distintas estrategias que se utilizan para lograr sus objetivos, por lo que es relevante que se analice su impacto y transformación. Según el informe Technology and Security: Countering Criminal Infiltrations in the Legitimate Supply Chain del Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI, United Nations Interregional Crime and Justice Research Institute) se ha observado que la repartición de despensas y la distribución de videos y fotografías en línea que capturan ese momento son parte de una estrategia ligada al propio funcionamiento de los cárteles. Los objetivos de estas técnicas están interrelacionados, pero son distinguibles.

En primera instancia, la distribución de despensas y su promoción en línea corresponden a una estrategia de fortalecimiento de la base social de los grupos durante un momento de inestabilidad. La aprobación social y el control de territorio es esencial para establecer una cadena de suministro y la protección por parte de la población.

De igual manera, esta estrategia se encuentra relacionada con comprometer la legitimidad de las autoridades nacionales al intentar mostrarse como una alternativa viable a las instituciones gubernamentales para obtener apoyo directo en tiempos de crisis

Finalmente, otro punto clave que se debe considerar es la facilitación del reclutamiento de miembros debido a que la imagen positiva de los cárteles y sus líderes fortalecen el apoyo de su base social. En redes sociales también se ha podido observar que miembros de grupos comparten videos e imágenes donde muestran dinero en efectivo y joyas.

Estas estrategias no violentas han posibilitado la expansión de la narcocultura y el crecimiento de las bases sociales de los cárteles mexicanos. Es necesario que se adopte una contranarrativa y que se desarrollen técnicas para identificar y remover este tipo de contenido, especialmente de plataformas frecuentadas por jóvenes y niños. El uso de herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial o el análisis de macrodatos puede facilitar la identificación del contenido en línea y su eliminación, así como identificar patrones y conexiones entre usuarios. No obstante, dicha tecnología debe ser considerada únicamente un apoyo para las autoridades, ya que el elemento humano continúa siendo esencial para el combate del crimen organizado.

Fellow en el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI, United Nations Interregional Crime and Justice Research Institute)

por Mariana Díaz García

La pandemia desencadenada por el virus SARS-CoV-2 ha forzado la adopción de nuevas estrategias por parte del crimen organizado, incluyendo el establecimiento de nuevas rutas para la distribución del fentanilo debido a la interrupción de partes de la cadena de suministro y la diversificación de actividades e inversión. Por otra parte, dicha adaptación de los cárteles mexicanos se puede observar en el uso de las redes sociales y la distribución de contenido digital.

Es indispensable analizar las interacciones digitales del crimen organizado dentro de la transformación del contexto actual debido al impacto que tienen en las estrategias generales de los grupos. En redes sociales se ha observado de manera constante el flujo de imágenes donde se puede identificar a miembros de por lo menos 6 cárteles, incluyendo al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el Cartel del Golfo, La Familia Michoacana, entre otros, repartiendo despensas y otros productos directamente relacionados con la pandemia, como gel antibacterial y cubrebocas.

Estas acciones son parte de una estrategia más amplia en redes sociales. Uno de los ejemplos más claros ha sido el CJNG, el cual no solo ha utilizados las redes sociales para exhibir la distribución de despensas en estados como Veracruz y Jalisco, sino que se han popularizado los videos donde se puede observar el armamento con el que cuentan.

El comportamiento exhibido en redes sociales por el crimen organizado es una continuación de distintas estrategias que se utilizan para lograr sus objetivos, por lo que es relevante que se analice su impacto y transformación. Según el informe Technology and Security: Countering Criminal Infiltrations in the Legitimate Supply Chain del Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI, United Nations Interregional Crime and Justice Research Institute) se ha observado que la repartición de despensas y la distribución de videos y fotografías en línea que capturan ese momento son parte de una estrategia ligada al propio funcionamiento de los cárteles. Los objetivos de estas técnicas están interrelacionados, pero son distinguibles.

En primera instancia, la distribución de despensas y su promoción en línea corresponden a una estrategia de fortalecimiento de la base social de los grupos durante un momento de inestabilidad. La aprobación social y el control de territorio es esencial para establecer una cadena de suministro y la protección por parte de la población.

De igual manera, esta estrategia se encuentra relacionada con comprometer la legitimidad de las autoridades nacionales al intentar mostrarse como una alternativa viable a las instituciones gubernamentales para obtener apoyo directo en tiempos de crisis

Finalmente, otro punto clave que se debe considerar es la facilitación del reclutamiento de miembros debido a que la imagen positiva de los cárteles y sus líderes fortalecen el apoyo de su base social. En redes sociales también se ha podido observar que miembros de grupos comparten videos e imágenes donde muestran dinero en efectivo y joyas.

Estas estrategias no violentas han posibilitado la expansión de la narcocultura y el crecimiento de las bases sociales de los cárteles mexicanos. Es necesario que se adopte una contranarrativa y que se desarrollen técnicas para identificar y remover este tipo de contenido, especialmente de plataformas frecuentadas por jóvenes y niños. El uso de herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial o el análisis de macrodatos puede facilitar la identificación del contenido en línea y su eliminación, así como identificar patrones y conexiones entre usuarios. No obstante, dicha tecnología debe ser considerada únicamente un apoyo para las autoridades, ya que el elemento humano continúa siendo esencial para el combate del crimen organizado.

Fellow en el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI, United Nations Interregional Crime and Justice Research Institute)