/ martes 19 de julio de 2022

Cinco razones para mejorar la inteligencia civil

Mario Sánchez Cruz*

En México el sistema de inteligencia civil no está dando los resultados para el que fue diseñado. Diversos factores influyen en esto, desde el uso político hasta la falta de enfoque y objetivos dejando de lado las necesidades del Estado. Aquí 5 razones del por qué no están funcionando los servicios de inteligencia en México.

1) Falta de claridad del ámbito de competencia: se confunde la seguridad nacional y seguridad pública. El servicio moderno de inteligencia en México inició como una copia del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos con la creación de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) en 1947, como la contraparte mexicana de un servicio de inteligencia policial que hacía funciones de inteligencia civil.

En 1989 surge el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), como organismo descentralizado de la Secretaría de Gobernación, diseñado con una visión de Estado estratégica. No obstante, debido a la coyuntura del país, éste se fue involucrando en el tema de delincuencia organizada, provocando de cierta manera que se regresara a la inteligencia policial.

En 2018 se transforma nuevamente al Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Aquí, destacan dos características importantes: la integración del organismo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y, en segundo lugar, la dirección del mismo bajo un mando militar, aunque ya en retiro.

2) Falta de actualización. La falta de actualización del organismo de inteligencia civil es una problemática latente, donde se ha privilegiado la inversión a las contrapartes castrenses por sobre la institución civil. Esta falta de actualización versa principalmente en dos vertientes: capacitación de personal y capacidades prospectivas. Dentro de la capacitación de personal, se debe aprovechar e invertir cada vez más en dos áreas fundamentales: el recurso humano (personal, servicio civil de carrera) y el tecnológico (software y nuevas tecnologías).

En cuanto a la falta de capacidades prospectivas, el privilegio de objetivos de gobierno por sobre visión de Estado (la visión cortoplacista) y el contexto actual del país han hecho que el principal instrumento prospectivo del Estado, la Agenda Nacional de Riesgos (ANR), haya quedado rezagada ante nuevas y emergentes amenazas.

3)Debilitamiento institucional. El organismo de inteligencia civil ha sufrido un debilitamiento institucional constante a lo largo de su existencia, directa o indirectamente, sin dejar de lado sus constantes transformaciones debido a su uso político, que han impedido su consolidación. El debilitamiento institucional se ha dado de tres maneras, principalmente: reducción de presupuesto, politización de instituciones y amenaza de “desaparición”.

4) Falta de una verdadera comunidad de inteligencia, gran parte del éxito de la inteligencia se basa en la compartimentación de sus actividades y sus productos. Sin embargo, debe existir coordinación y comunicación entre los servicios de inteligencia, civiles y militares con actores como la academia o think thanks, a fin de fortalecer las capacidades del organismo.

En el país se ha evidenciado la descoordinación y recelo a la hora de compartir información e inteligencia entre instituciones. Esto ha provocado errores en la anticipación y prevención de amenazas graves para la seguridad del Estado cuando, al parecer, se dispone de todas las piezas para haberlas evitado o mitigado.

Esta falta de coordinación está marcada principalmente por dos factores: un celo institucional, así como la desconfianza con otras instituciones. Nota: Existieron esfuerzo de coordinación con la creación del Gabinete Seguridad Nacional (1989) para coordinar la inteligencia orientada a la defensa nacional, pero quedaron más en reuniones políticas por sobre la intención de conjuntar esfuerzos.

5. Rendición de cuentas y disociación del poder político. Por medio del uso de controles y contrapesos, se puede supervisar la legalidad de los organismos de inteligencia. Sin un efectivo sistema de vigilancia y control, estos podrían ser usados para fines políticos o de gobierno por sobre los intereses del Estado.

La rendición de cuentas no se lleva a cabo de manera efectiva al catalogarse muchas de las actividades como “seguridad nacional”, dejando de lado la transparencia y rendición de cuenta.

*Fundador de Strattia Consultora especializa en Análisis de Inteligencia Estrátegica

Mario Sánchez Cruz*

En México el sistema de inteligencia civil no está dando los resultados para el que fue diseñado. Diversos factores influyen en esto, desde el uso político hasta la falta de enfoque y objetivos dejando de lado las necesidades del Estado. Aquí 5 razones del por qué no están funcionando los servicios de inteligencia en México.

1) Falta de claridad del ámbito de competencia: se confunde la seguridad nacional y seguridad pública. El servicio moderno de inteligencia en México inició como una copia del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los Estados Unidos con la creación de la Dirección Federal de Seguridad (DFS) en 1947, como la contraparte mexicana de un servicio de inteligencia policial que hacía funciones de inteligencia civil.

En 1989 surge el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), como organismo descentralizado de la Secretaría de Gobernación, diseñado con una visión de Estado estratégica. No obstante, debido a la coyuntura del país, éste se fue involucrando en el tema de delincuencia organizada, provocando de cierta manera que se regresara a la inteligencia policial.

En 2018 se transforma nuevamente al Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Aquí, destacan dos características importantes: la integración del organismo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y, en segundo lugar, la dirección del mismo bajo un mando militar, aunque ya en retiro.

2) Falta de actualización. La falta de actualización del organismo de inteligencia civil es una problemática latente, donde se ha privilegiado la inversión a las contrapartes castrenses por sobre la institución civil. Esta falta de actualización versa principalmente en dos vertientes: capacitación de personal y capacidades prospectivas. Dentro de la capacitación de personal, se debe aprovechar e invertir cada vez más en dos áreas fundamentales: el recurso humano (personal, servicio civil de carrera) y el tecnológico (software y nuevas tecnologías).

En cuanto a la falta de capacidades prospectivas, el privilegio de objetivos de gobierno por sobre visión de Estado (la visión cortoplacista) y el contexto actual del país han hecho que el principal instrumento prospectivo del Estado, la Agenda Nacional de Riesgos (ANR), haya quedado rezagada ante nuevas y emergentes amenazas.

3)Debilitamiento institucional. El organismo de inteligencia civil ha sufrido un debilitamiento institucional constante a lo largo de su existencia, directa o indirectamente, sin dejar de lado sus constantes transformaciones debido a su uso político, que han impedido su consolidación. El debilitamiento institucional se ha dado de tres maneras, principalmente: reducción de presupuesto, politización de instituciones y amenaza de “desaparición”.

4) Falta de una verdadera comunidad de inteligencia, gran parte del éxito de la inteligencia se basa en la compartimentación de sus actividades y sus productos. Sin embargo, debe existir coordinación y comunicación entre los servicios de inteligencia, civiles y militares con actores como la academia o think thanks, a fin de fortalecer las capacidades del organismo.

En el país se ha evidenciado la descoordinación y recelo a la hora de compartir información e inteligencia entre instituciones. Esto ha provocado errores en la anticipación y prevención de amenazas graves para la seguridad del Estado cuando, al parecer, se dispone de todas las piezas para haberlas evitado o mitigado.

Esta falta de coordinación está marcada principalmente por dos factores: un celo institucional, así como la desconfianza con otras instituciones. Nota: Existieron esfuerzo de coordinación con la creación del Gabinete Seguridad Nacional (1989) para coordinar la inteligencia orientada a la defensa nacional, pero quedaron más en reuniones políticas por sobre la intención de conjuntar esfuerzos.

5. Rendición de cuentas y disociación del poder político. Por medio del uso de controles y contrapesos, se puede supervisar la legalidad de los organismos de inteligencia. Sin un efectivo sistema de vigilancia y control, estos podrían ser usados para fines políticos o de gobierno por sobre los intereses del Estado.

La rendición de cuentas no se lleva a cabo de manera efectiva al catalogarse muchas de las actividades como “seguridad nacional”, dejando de lado la transparencia y rendición de cuenta.

*Fundador de Strattia Consultora especializa en Análisis de Inteligencia Estrátegica