/ jueves 14 de junio de 2018

¿Confesar o no confesar?

Por: Grisel Ayllón Aragón y Manuel Vélez Salas

Han capturado a dos delincuentes, pero la sentencia está en función de su confesión. Tienen la posibilidad de contar a detalle lo sucedido o negarlo todo.

Cada uno está en cuartos separados e incomunicados; la policía es muy clara: si ninguno confiesa, cada uno con las pruebas recabadas tendrá solamente un año de prisión; si ambos confiesan, tendrán cada uno seis años de prisión; sin embargo, si uno confiesa y el otro no, quien cante saldrá limpio a la calle y el segundo tendrá nueve años de condena. ¿Qué harán los sospechosos?

Si el compañero del delincuente no confiesa, el preso sabe que confesar le hará salir inmediatamente de la cárcel en vez de auto condenarse por un año. Si su compañero confiesa, entre quedarse nueve años en prisión si no confiesa y seis si lo hace, prefiere esta última situación. Sin importar el escenario, la mejor opción que tiene cada uno de estos delincuentes es confesar.

Este simple, pero revelador ejemplo llamado Dilema del Prisionero, muestra la relevancia de los incentivos que las normas imponen sobre los señalados delincuentes.

No es cosa menor tener un plan detallado para el combate del crimen. El diseño de mecanismo enmarcado en las leyes y las normas informales de las fuerzas del orden son clave para esta lucha. No lo es todo, es una abstracción tomando en cuenta que el resto del contexto está controlado, pero es un principio.

En esta época de campañas, el escenario utópico sería el escuchar los “cómos” de las propuestas en los temas relevantes de nuestra nación. Cada decisión cuenta. El dilema del candidato: ¿confesar o no confesar los “cómos”?

El proyecto #PorUnMéxicoSeguro busca dar a conocer las estrategias necesarias en materia de seguridad y justicia a través de una plataforma en línea en la que los candidatos a la Presidencia y a las nueve gubernaturas responderán una batería de cuestionarios sobre sus propuestas.

Podemos entender la participación de los candidatos con esta sencilla abstracción, pero ampliándola a 3 jugadores. Ahorrándonos todo el razonamiento previo, para todos los candidatos es mejor confesar. Entonces ¿por qué de los 3 principales candidatos a la Presidencia solo uno optó por no confesar? Proponemos una explicación: hay quien tiene más que perder al confesar que los demás.

Nos merecemos tener claridad sobre los pasos que cada candidato está planeando seguir, independientemente de sus decisiones estratégicas durante la campaña. Recordemos que las condiciones en las que recibirá al país se deterioran día tras día. Si se confirman los pronósticos presentados ayer por el Observatorio Nacional Ciudadano, 2018 podría cerrar con más de 30 mil víctimas de homicidio doloso.

La sociedad civil no puede quedarse con los brazos cruzados y dejar que más vidas se pierdan por decisiones equivocadas. Es nuestro derecho y nuestra obligación alzar la voz. Exigir propuestas de calidad. No es una voz de discordia, es una petición objetiva de conocer los planes y estrategias que están prometiendo. Y una vez decidida la elección, el ejercicio democrático nos incita a continuar con el seguimiento del cumplimiento y fortalecimiento de las promesas electorales.

Aunque ahora no quieran confesar, esta interacción se repetirá bajo otras reglas, pero sobre el mismo asunto.

Grisel Ayllón Aragón, Tecnológico de Monterrey @GriAyllon

Manuel Vélez Salas, Observatorio Nacional Ciudadano @VelezManuel

Por: Grisel Ayllón Aragón y Manuel Vélez Salas

Han capturado a dos delincuentes, pero la sentencia está en función de su confesión. Tienen la posibilidad de contar a detalle lo sucedido o negarlo todo.

Cada uno está en cuartos separados e incomunicados; la policía es muy clara: si ninguno confiesa, cada uno con las pruebas recabadas tendrá solamente un año de prisión; si ambos confiesan, tendrán cada uno seis años de prisión; sin embargo, si uno confiesa y el otro no, quien cante saldrá limpio a la calle y el segundo tendrá nueve años de condena. ¿Qué harán los sospechosos?

Si el compañero del delincuente no confiesa, el preso sabe que confesar le hará salir inmediatamente de la cárcel en vez de auto condenarse por un año. Si su compañero confiesa, entre quedarse nueve años en prisión si no confiesa y seis si lo hace, prefiere esta última situación. Sin importar el escenario, la mejor opción que tiene cada uno de estos delincuentes es confesar.

Este simple, pero revelador ejemplo llamado Dilema del Prisionero, muestra la relevancia de los incentivos que las normas imponen sobre los señalados delincuentes.

No es cosa menor tener un plan detallado para el combate del crimen. El diseño de mecanismo enmarcado en las leyes y las normas informales de las fuerzas del orden son clave para esta lucha. No lo es todo, es una abstracción tomando en cuenta que el resto del contexto está controlado, pero es un principio.

En esta época de campañas, el escenario utópico sería el escuchar los “cómos” de las propuestas en los temas relevantes de nuestra nación. Cada decisión cuenta. El dilema del candidato: ¿confesar o no confesar los “cómos”?

El proyecto #PorUnMéxicoSeguro busca dar a conocer las estrategias necesarias en materia de seguridad y justicia a través de una plataforma en línea en la que los candidatos a la Presidencia y a las nueve gubernaturas responderán una batería de cuestionarios sobre sus propuestas.

Podemos entender la participación de los candidatos con esta sencilla abstracción, pero ampliándola a 3 jugadores. Ahorrándonos todo el razonamiento previo, para todos los candidatos es mejor confesar. Entonces ¿por qué de los 3 principales candidatos a la Presidencia solo uno optó por no confesar? Proponemos una explicación: hay quien tiene más que perder al confesar que los demás.

Nos merecemos tener claridad sobre los pasos que cada candidato está planeando seguir, independientemente de sus decisiones estratégicas durante la campaña. Recordemos que las condiciones en las que recibirá al país se deterioran día tras día. Si se confirman los pronósticos presentados ayer por el Observatorio Nacional Ciudadano, 2018 podría cerrar con más de 30 mil víctimas de homicidio doloso.

La sociedad civil no puede quedarse con los brazos cruzados y dejar que más vidas se pierdan por decisiones equivocadas. Es nuestro derecho y nuestra obligación alzar la voz. Exigir propuestas de calidad. No es una voz de discordia, es una petición objetiva de conocer los planes y estrategias que están prometiendo. Y una vez decidida la elección, el ejercicio democrático nos incita a continuar con el seguimiento del cumplimiento y fortalecimiento de las promesas electorales.

Aunque ahora no quieran confesar, esta interacción se repetirá bajo otras reglas, pero sobre el mismo asunto.

Grisel Ayllón Aragón, Tecnológico de Monterrey @GriAyllon

Manuel Vélez Salas, Observatorio Nacional Ciudadano @VelezManuel