/ miércoles 15 de noviembre de 2017

Cuchillito de palo | ¿El Duarte morelense?

Así le llamó el poeta y activista social, Javier Sicilia, al desgobernador de Morelos, Graco Ramírez. A la entidad, la politiquería la vuelve a colocar en el centro de las discusiones, aderezada por un tufo hediondo, a corrupción.

El pleito entre Ramírez y el rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Alejandro Vera Jiménez, viene de largo. Se atribuye a las aspiraciones del académico por acceder a la grande estatal, competencia con el ahora jerarca, en la que Vera ha salido perdiendo.

Desde la llegada del perredista al poder, las confrontaciones entre ambos han sido frecuentes y peor cuando ha habido acusaciones judiciales fuertes, contra Vera.

Se hicieron dos equipos: al rector lo respalda Sicilia, el obispo de Cuernavaca -Ramón Castro Castro-, académicos y estudiantes de la UAEM y organismos defensores de Derechos Humanos.

A Graco, su gabinete y un PRD estatal, al que maneja a sus anchas. Poco extrañan a la población, los dimes y diretes entre ambos, cuando el mentado Ejecutivo rompe lanzas hasta con su sombra. Otros de sus “enemigos” es el actual Presidente Municipal de Cuernavaca, el futbolista Cuauhtémoc Blanco.

Con el conocido como “Temo”, las dificultades han sido públicas y notorias, incluida la cizaña que sembró con el partido local, que llevó al deportista al ayuntamiento.

Los paganos de semejantes sainetes, ni duda cabe, han sido los morelenses. A punto de terminar su gestión, Ramírez intenta imponer a su sucesor -querría a su hijastro, Rodrigo Gayosso-, aunque su baja evaluación podría dar al traste con su capricho.

Ni se ha visto obra importante ni pudo controlar la inseguridad -la que siguió al alza- y el desempleo creció en forma alarmante. Los pobres igual de pobres, sin que lo conmovieran para nada y sujetos al miedo de perder la vida, a manos de cualquier sátrapa.

El rector, por su parte, cuenta con un fuerte sector de simpatías, pero los números de la Universidad no cuadran, como debieran. Apareció entre las otras casas de estudio, que denunció la investigación de Mexicanos contra la Corrupción, conocida como “la Gran Estafa”. Sedesol y Sagarpa contrataron sus servicios, para efectuar algunos estudios. La universidÅad subcontrató a algunas “empresas fantasmas”; no entregaron lo prometido y se quedaron con una millonaria comisión.

Hay otras acusaciones, por contratar un crédito, sin pedir la aprobación del Congreso y luego comprometer las partidas presupuestales para pagarlo y una más por retener las cuotas sindicales del sindicato de la UAEM.

La corrupción del gobierno estatal es palpable, su incompetencia y su desapego por la problemática estatal. El socavón del Paso Express, responsable de la muerte de un padre y su hijo, le importó un bledo, a extremos de que ni se molestó en presentarse.

El terremoto del 19 de septiembre, asoló municipios enteros, como Jojutla; llegó a tomarse la foto y después se hizo ojo de hormiga. Pescaron a la esposa, Elena Zepeda, acumulando la ayuda (¿sería en previsión de la campaña de su hijito?), mientras los damnificados carecían de todo.

Graco ha sido infernal, vengativo y déspota. Justo antes de la orden de aprehensión contra Vera, éste había comparecido en el Senado, para quejarse por acoso y amenazas, junto a Javier Sicilia. ¡Oh casualidad!

Habrá que ver cómo termina este nuevo desaguisado de quien, una vez que salga en el 18, podría acompañar a los Duarte, Padrés, Medina y demás impresentables, en la lista de los “Se busca”, o “Bajo Proceso”.

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@catalinanq