Desde hace varios años, cada 13 de septiembre, además de conmemorar la gesta histórica de los Niños Héroes, que defendieron a la Patria hasta morir por ella, ante la invasión del Ejército de los Estados Unidos y que terminaría con el despojo de la mitad de nuestro territorio, también se lleva a cabo la ceremonia de clausura e inicio de cursos del sistema educativo militar, bajo la responsabilidad de la Universidad del Ejército y la Fuerza Aérea.
Ante el Presidente de la República, integrantes del gabinete, representantes de los Poderes Legislativo y Judicial, así como delegaciones de varios países, familias y personal militar, el secretario de la Defensa Nacional, General Salvador Cienfuegos Zepeda, expuso con detalle el número de egresos e ingresos a los múltiples planteles del Sistema Educativo Militar. Con ese ambiente, destacó y con razón, que el desarrollo de un país solo puede darse de manera justa y equilibrada, cuando la educación es la base fundamental de programas y políticas de un gobierno. Y no puede ser de otra manera si hacemos un sencillo ejercicio de comparación con países que han alcanzado cierto nivel en cuanto a la calidad de vida de la población, y vamos a constatar que el eje sustancial es la educación en general.
La vistosa ceremonia y desfile verificados en la enorme explanada de maniobras del Heroico Colegio Militar, también fue el marco idóneo para recordar la enorme aportación del Ejército Mexicano, la Fuerza Aérea Mexicana y la Armada de México, a la población del país en estos momentos de verdadera emergencia y tragedia. Incluso el mismo Presidente se retiró al final de la celebración para regresar a Oaxaca, acompañado por el propio general Cienfuegos Zepeda, el almirante secretario de Marina, Francisco Vidal Soberón Sanz y otros funcionarios del gabinete.
Las únicas dos interrupciones con aplausos a los discursos del Presidente de la República y del Secretario de la Defensa, fue cuando se refirieron a la disposición, entrega y compromiso de las Fuerzas Armadas en situaciones de desastres naturales o antropogénicos. Las pruebas fehacientes de lealtad al pueblo, son sin duda, la amplia y sólida base de legitimidad/aceptación. Ya ni hablar de la prolongada actividad de contención y sometimiento al crimen organizado, pues luego de casi 18 años, siguen siendo el principal recurso del poder del estado para enfrentarlo.
Para quienes estudiamos las relaciones civiles militares, pero sobre todo, para el ciudadano común, es muy importante saber que el profesional de las armas, a partir de su primer día como soldado, aviador o marino, y hasta su último día en filas, por ley, obligación y vocación, debe adiestrarse por su puesto en el manejo de las armas, al mismo tiempo que acudir a cursos, conferencias, carreras, a nivel profesional, licenciatura y posgrado. No hay otra forma de ascender más que a través del adiestramiento, capacitación y la educación académica, tal y como en el ámbito civil la entendemos.
Felices fiestas patrias ¡viva México!
javierolivaposada@gmail.com
