Como lo refería en la anterior entrega, en esta ocasión comentaré algunos de los que colegas especialistas en área de Seguridad Nacional, desarrollo social y económico, entre otras áreas estratégicas del conocimiento, compartieron con el auditorio en el Salón de Actos en las instalaciones de la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, auspiciado por la Dirección de Colegio de Defensa Nacional. La inauguración estuvo a cargo del General de División, Diplomado de Estado Mayor, Rector y Director General de Educación Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, David Rivera Media, quien su intervención de apertura resaltó la relación intrínseca que hay entre el desarrollo de un país y el sector educativo.
Así, durante los días lunes 12 y martes 13 pasados, se expresaron en un sentido propositivo, reflexiones y análisis orientados hacia la articulación de planteamientos que sin distingo de coyunturas determinadas, abonan al establecimiento de las prioridades para el desarrollo de México y desde luego, los procedimientos para alcanzarlas. Destaco en primer lugar, por supuesto, la educación como un complejo sistema estructural, que además del sustancial papel que desempeña el Estado, también los sectores privado y social, tienen una relevante responsabilidad además, en lo que hace a la constante capacitación y actualización en la enorme diversidad de profesiones y oficios que reclama la competitividad.
También, por lo que corresponde a las condiciones propias de México, en varias de las exposiciones, se resaltó la intensa dinámica internacional a la que el país se ha sumado con distintos proyectos en lo que se refiere a obras de infraestructura. En ese sentido, se deber recordar que mediante las consideraciones a propósito de lo que implica la objetividad de la ubicación geopolítica de México, las opciones en un ambiente económico mundial, son atractivas y sobre todo, estimulantes para generar mejoras en las condiciones de vida de la población. Lo que se conoce como la relocalización o nearshoring, alude de forma directa a las oportunidades que ofrece la cercanía geográfica a la principal economía del mundo, es decir la de Estados Unidos.
En ese sentido, hubieron varias participaciones (recordemos que en la entrega anterior refería los nombres de las y los expositores) que plantearon una serie de medidas para optimizar los escenarios presentes y de futuro a largo plazo, en beneficio de las cadenas productivas, así como de los trabajadores, sus familias, comunidades y, de forma subrayada, del medioambiente. Esta afirmación sin duda que se ubica en el vértice de los planteamientos más actuales, que visualizan la manera en que el conocimiento, la producción, la calidad de vida y la tecnología, son sustanciales, viables y duraderos, en tanto haya una plena conciencia y acciones deliberadas, para convivir con el medioambiente. La era de la “dominación de la naturaleza”, no sólo ha pasado a la historia, sino que ha sido de un daño inconmensurable a la calidad de vida en el planeta.
En el contenido general de las conclusiones, quedó en claro, que también los antagonismos al Estado mexicano, pueden ser procesados si se cuentan con los recursos necesarios para que desde el sistema de inteligencia nacional, se planteen opciones e incluso se creen en la caso de carecer de ellas, mediante la articulación de medidas trans y multidisciplinarias, considerando la calidad de las instituciones (en general) así como el recurso que aportan las leyes y reglamentos. En esos términos, contar con acuerdos internacionales de beneficio mutuo, es un factor que aporta elementos para alcanzar los objetivos internos para contribuir a la contención del deterioro ambiental y por lo tanto, a frenar el calentamiento global.
@JOPso
