/ miércoles 12 de agosto de 2020

Idea musical

Is it any wonder why Princes & Kings

Are clowns that caper in their sawdust rings

Ordinary people that are like you and me

We're the keepers of their destiny


Cuando escuchamos a líderes confusos hablar unilateralmente sobre problemáticas demagógicas o burocráticas, administrativas y de estadísticas financieras, tal vez entendemos el papel utilitario de la democracia. Elegir a un líder que se responsabilice de atender los problemas que genera nuestra convivencia comunitaria y así quitarnos de nuestras vidas cotidianas es parte de la preocupación por la construcción social.

Pero cuando el asunto a reportar, y los dislates demagógicos tienen que ver con la vida y la muerte, con el insensible reporte de vidas que se están perdiendo en el laberinto de la confusion ideológica, en la justificación a ultranza de la posición de poder, el interés y la relación de gobernantes/gobernados cambia de manera radical.


¿Hay alguna duda de por qué los príncipes y los reyes no son más que payasos que brincan por encima de sus aros de aserrín sabiendo que la gente ordinaria, como tú y yo, somos los cuidadores de su destino?


La crisis humanitaria y económica que ha creado el Covid-19 ha puesto a prueba la auténtica capacidad de liderazgo de algunos jefes electos de Estado, y los contrastes a nivel mundial han sido clarificadores de los atributos necesarios para dirigir el destino de cada país. Así, hemos visto desde los ejemplos más pragmáticos y mesurados de liderazgo, hasta los arrebatos más descontrolados e irreflexivos que rayan en lo cómico… como si esto no fuera una auténtica tragedia.

Donald Trump tratando de hacer verdad una serie de papeles que exhiben una realidad que no concuerda con su demagogia en una entrevista para Axios. O López Obrador con un desmesurado tono irónico diciendo la frase ‘cinco mil muertos’ el pasado lunes 10 de agosto 2020, por la mañana, como si estuviera hablando de ‘frijoles con gorgojo’, sin darse cuenta que son vidas humanas, cada una de esas alusivas muertes.

Esa necesidad de desobjetar la realidad porque no se adapta a la imaginación de estos ‘príncipes y reyes’ que buscan brincar con éxito el desperdicio que dejan regado al talar sin ningún recato o mesura los cimientos de la lógica y la verdad, es la observación atinada de Oasis en la canción Go Let It Out. ‘Tú y yo somos los cuidadores de su destino’ es la sentencia que debería hacernos reflexionar sobre el papel que esa democracia acomodaticia que vivíamos, nos ha dado. Si elegimos a quien creemos se va a hacer cargo de solucionar los problemas cotidianos de nuestra comunidad, pero sin pensar en la responsabilidad de darle seguimiento a sus decisiones y acciones, entonces, en el pasado, es cuando venían los abusos.

En una sociedad hiperinformada como la nuestra hoy en día, la excusa de la ignorancia ya no es viable, y entonces sólo queda la complicidad. Ser hoy los ‘cuidadores’ del destino de destructores de nuestra vida cotidiana, de estos ‘príncipes y reyes’ que imponen visiones abyectas de la realidad, es entonces una acción cómplice del rumbo, por equivocado que sea, de nuestra sociedad.

Oasis escribió Go Let It Out para el Standing On The Shoulder Of Giants en el año 2000, justo cuando se podia esperar que el nuevo siglo sería un símbolo de la extinción de autócratas despiadados.

Hace 20 años de esto, y pareciera que el tiempo va en reversa.


Is it any wonder why Princes & Kings

Are clowns that caper in their sawdust rings

Ordinary people that are like you and me

We're the keepers of their destiny


Cuando escuchamos a líderes confusos hablar unilateralmente sobre problemáticas demagógicas o burocráticas, administrativas y de estadísticas financieras, tal vez entendemos el papel utilitario de la democracia. Elegir a un líder que se responsabilice de atender los problemas que genera nuestra convivencia comunitaria y así quitarnos de nuestras vidas cotidianas es parte de la preocupación por la construcción social.

Pero cuando el asunto a reportar, y los dislates demagógicos tienen que ver con la vida y la muerte, con el insensible reporte de vidas que se están perdiendo en el laberinto de la confusion ideológica, en la justificación a ultranza de la posición de poder, el interés y la relación de gobernantes/gobernados cambia de manera radical.


¿Hay alguna duda de por qué los príncipes y los reyes no son más que payasos que brincan por encima de sus aros de aserrín sabiendo que la gente ordinaria, como tú y yo, somos los cuidadores de su destino?


La crisis humanitaria y económica que ha creado el Covid-19 ha puesto a prueba la auténtica capacidad de liderazgo de algunos jefes electos de Estado, y los contrastes a nivel mundial han sido clarificadores de los atributos necesarios para dirigir el destino de cada país. Así, hemos visto desde los ejemplos más pragmáticos y mesurados de liderazgo, hasta los arrebatos más descontrolados e irreflexivos que rayan en lo cómico… como si esto no fuera una auténtica tragedia.

Donald Trump tratando de hacer verdad una serie de papeles que exhiben una realidad que no concuerda con su demagogia en una entrevista para Axios. O López Obrador con un desmesurado tono irónico diciendo la frase ‘cinco mil muertos’ el pasado lunes 10 de agosto 2020, por la mañana, como si estuviera hablando de ‘frijoles con gorgojo’, sin darse cuenta que son vidas humanas, cada una de esas alusivas muertes.

Esa necesidad de desobjetar la realidad porque no se adapta a la imaginación de estos ‘príncipes y reyes’ que buscan brincar con éxito el desperdicio que dejan regado al talar sin ningún recato o mesura los cimientos de la lógica y la verdad, es la observación atinada de Oasis en la canción Go Let It Out. ‘Tú y yo somos los cuidadores de su destino’ es la sentencia que debería hacernos reflexionar sobre el papel que esa democracia acomodaticia que vivíamos, nos ha dado. Si elegimos a quien creemos se va a hacer cargo de solucionar los problemas cotidianos de nuestra comunidad, pero sin pensar en la responsabilidad de darle seguimiento a sus decisiones y acciones, entonces, en el pasado, es cuando venían los abusos.

En una sociedad hiperinformada como la nuestra hoy en día, la excusa de la ignorancia ya no es viable, y entonces sólo queda la complicidad. Ser hoy los ‘cuidadores’ del destino de destructores de nuestra vida cotidiana, de estos ‘príncipes y reyes’ que imponen visiones abyectas de la realidad, es entonces una acción cómplice del rumbo, por equivocado que sea, de nuestra sociedad.

Oasis escribió Go Let It Out para el Standing On The Shoulder Of Giants en el año 2000, justo cuando se podia esperar que el nuevo siglo sería un símbolo de la extinción de autócratas despiadados.

Hace 20 años de esto, y pareciera que el tiempo va en reversa.


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