/ sábado 18 de noviembre de 2023

La Moviola | Recursos humanos: pesadilla en la oficina

@lamoviola

En medio del fracaso que se perfila mítico de The Marvels(Nia DaCosta, 2023), tan solo al momento de escribir estas líneas, viernes a mediodía, la recaudación andaba por 111 millones de dólares cuando su costo fue arriba de 200 millones, la esperanza en los cinéfilos no está en el blockbuster, sino en opciones de mayor consistencia cinematográfica. Ahí entra el estreno de propuesta nacional, aunque más bien es una coproducción, Recursos humanos (Jesús Magaña, México-Argentina, 2023).

Filmada en Córdova, Argentina y basada en la novela del mismo nombre, escrita por Antonio Ortuño (Zapopan, México, 1976) considerado en la actualidad como autor representativo de las letras jóvenes mexicanas (anda en sus cuarenta) la película, que se pudo ver en la pasada edición de FICM, destaca por una muy buena puesta en escena, en la que la fotografía en blanco y negro de Alejandro Cantú, es pieza fundamental de los microcosmos infernales que ahogan a los personajes; una oficina con sus cubículos aislados, barcitos secretariales y de medio lujo, un prostíbulo barato y restaurantes para Godínez sin que lleguen a ser fondas. Los personajes transitan su cotidiana miseria y mascullan sus venganzas y rencores mientras dejan la quincena en el consumo o cargan su tarjeta de crédito.

El filme, una comedia negra con su tendencia al thriller oficinesco se arma también con el arquetipo de sus personajes: todos de un área fantasma, encargada de impresiones: el Godín amigo del protagonista, un jefe junior hundido en la coca, coquetas compañeras que le entran con gusto al chisme y el protagonista del melodrama Gabriel (Pedro De Tavira, la neta en esta ocasión está muy bien), un resentido social de origen medio alto pero caído en desgracia, que resulta un antihéroe lúdico si usted se mete al cine luego de su jornada laboral.

Recursos humanos, de algún modo recuerda a Cómodas mensualidades (Julián Pastor, 1991), pero con las pulsiones del desengaño moral, ético y lúdico que nos permea. Los personajes están enfermos de rabia. Mezquinos de escritorio, capaces de todo con tal de salir del cáncer de su mediocridad.

Gabriel, flaco, cansado, ojeroso y sin ilusiones, tiene como meta en su vida gris, mientras mantiene efímeras relaciones sexuales con sus compañeras y les roba de su bolsa, convertirse en el gerente de impresiones de la empresa para la cual trabaja. Su familia tuvo en algún punto dinero, pero hoy el tipo raya el fin de mes, aunque no le falta para gastar en bares y restaurantes.

Sus ilusiones se rompen cuando para el cargo que aspira, llega un junior cocón pero “buena ondita”, al principio, hijo del abogado de la empresa, Constantino (Giussepe Gamba), que comparte infelicidad con todos los pequeños demonios de la oficina.

Gabriel tiene a su mejor amigo, Paruro (Daniel Tovar), que hace las veces de confidente, pero como todo mejor amigo que se respete, es capaz de sus vueltas de tuerca y mezquindades sorpresa. La película se sostiene en mucho en arquetipos identificables en donde el elenco hace de manera destacada su trabajo: bien también, Cecilia Ponce y Juana Viale.

En medio de acostones de oficina y traiciones constantes, se les esfuma literal, la vida a los personajes

Están en el infierno, pero eso no los satisface. Gabriel necesita la adrenalina de la venganza, para poder darle sentido y reivindicación a su mediocre existencia.

Recursos humanos resulta una comedia pesadillesca de entornos asfixiantes que logra generar empatía sobre su protagonista a pesar de ser lastimosamente patético.

Mucho mejor que cualquier película de actores en mallas.