/ martes 2 de octubre de 2018

Los republicanos hicieron el "juramento hipocrítico"

El día de su graduación, la mayoría de los estudiantes de Medicina pronuncian alguna versión del antiguo juramento hipocrático, que es la promesa de actuar moralmente en su función como médicos. Siendo la naturaleza humana como es, algunos romperán su promesa. Sin embargo, seguimos esperando que aquellos que proveen atención médica se comporten con mayor ética que el ciudadano promedio.

No obstante, tratándose de cómo abordan las figuras políticas la atención médica, hemos llegado a esperar lo contrario, al menos de un lado del pasillo.

A menudo parece como si los políticos republicanos hubieran pronunciado en secreto el “juramento del hipócrita”, la promesa de engañar a los electores como mejor puedan, a fin de afirmar que apoyan las mismas protecciones para los enfermos que activamente están tratando de debilitar.

Como ejemplo, pensemos en el caso de Josh Hawley, de Missouri, quien contiende al Senado contra Claire McCaskill.

Hawley es uno de los veinte procuradores estatales que han presentado una demanda para tratar de revocar una disposición clave de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA): la disposición que protege a la gente con enfermedades preexistentes, al exigir que las compañías aseguradoras provean cobertura a todas las personas de la misma edad en la misma medida, sin importar su historial médico. Si se elimina esa disposición, millones de estadounidenses vulnerables se quedarán sin seguro médico.

Sin embargo, la cuestión es la siguiente: proteger la cobertura a las enfermedades preexistentes es tremendamente popular e inspira el apoyo de la mayoría, incluso entre los republicanos. Por eso, McCaskill ha venido criticando a Hawley por su participación en esa demanda.

Así que Hawley ha respondido con anuncios en los que afirma que también él quiere proteger a las personas con enfermedades preexistentes, como supuestamente lo demuestra su apoyo a un proyecto de ley que busca otorgar dicha protección.

Hay que decirlo: es casi admirable el cinismo puro de la deshonestidad en este caso, ya que el proyecto de ley que ofrece es un fraude: está plagado de vacíos legales que permiten a las aseguradoras discriminar de tal forma que acabarían haciendo que la atención médica básica sea inasequible para aquellos que más la necesitan. Por ejemplo, aunque requeriría que también ofrezcan cobertura a, por ejemplo, los pacientes con cáncer, les permitiría vender pólizas que no cubren el tratamiento contra esa enfermedad, lo cual significaría que las pólizas que sí cubren ese tratamiento se volverían exorbitantemente caras.

De ahí el “juramento hipocrítico”. Los republicanos odian la idea de garantizar que todos los estadounidenses reciban atención médica básica, y odian más los impuestos a los que más ganan, que ayudan a pagar los subsidios de Obamacare.

Imagínense un universo político alterno en el que el Partido Republicano admite abiertamente sus verdaderos propósitos, justificándolos con base en la libertad económica, o algo así.


El día de su graduación, la mayoría de los estudiantes de Medicina pronuncian alguna versión del antiguo juramento hipocrático, que es la promesa de actuar moralmente en su función como médicos. Siendo la naturaleza humana como es, algunos romperán su promesa. Sin embargo, seguimos esperando que aquellos que proveen atención médica se comporten con mayor ética que el ciudadano promedio.

No obstante, tratándose de cómo abordan las figuras políticas la atención médica, hemos llegado a esperar lo contrario, al menos de un lado del pasillo.

A menudo parece como si los políticos republicanos hubieran pronunciado en secreto el “juramento del hipócrita”, la promesa de engañar a los electores como mejor puedan, a fin de afirmar que apoyan las mismas protecciones para los enfermos que activamente están tratando de debilitar.

Como ejemplo, pensemos en el caso de Josh Hawley, de Missouri, quien contiende al Senado contra Claire McCaskill.

Hawley es uno de los veinte procuradores estatales que han presentado una demanda para tratar de revocar una disposición clave de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA): la disposición que protege a la gente con enfermedades preexistentes, al exigir que las compañías aseguradoras provean cobertura a todas las personas de la misma edad en la misma medida, sin importar su historial médico. Si se elimina esa disposición, millones de estadounidenses vulnerables se quedarán sin seguro médico.

Sin embargo, la cuestión es la siguiente: proteger la cobertura a las enfermedades preexistentes es tremendamente popular e inspira el apoyo de la mayoría, incluso entre los republicanos. Por eso, McCaskill ha venido criticando a Hawley por su participación en esa demanda.

Así que Hawley ha respondido con anuncios en los que afirma que también él quiere proteger a las personas con enfermedades preexistentes, como supuestamente lo demuestra su apoyo a un proyecto de ley que busca otorgar dicha protección.

Hay que decirlo: es casi admirable el cinismo puro de la deshonestidad en este caso, ya que el proyecto de ley que ofrece es un fraude: está plagado de vacíos legales que permiten a las aseguradoras discriminar de tal forma que acabarían haciendo que la atención médica básica sea inasequible para aquellos que más la necesitan. Por ejemplo, aunque requeriría que también ofrezcan cobertura a, por ejemplo, los pacientes con cáncer, les permitiría vender pólizas que no cubren el tratamiento contra esa enfermedad, lo cual significaría que las pólizas que sí cubren ese tratamiento se volverían exorbitantemente caras.

De ahí el “juramento hipocrítico”. Los republicanos odian la idea de garantizar que todos los estadounidenses reciban atención médica básica, y odian más los impuestos a los que más ganan, que ayudan a pagar los subsidios de Obamacare.

Imagínense un universo político alterno en el que el Partido Republicano admite abiertamente sus verdaderos propósitos, justificándolos con base en la libertad económica, o algo así.