/ lunes 13 de diciembre de 2021

Pacto por la primera infancia | ¡Para atender a la Primera Infancia tenemos una Ruta!

La primera infancia es el periodo de la vida que ocurre desde el vientre materno y hasta que cumplimos 6 años de edad. Se distingue de los otros periodos de la infancia y de la vida en general porque es el periodo de mayor vulnerabilidad, pero al mismo tiempo de mayor oportunidad para desarrollar (o no) las capacidades físicas, intelectuales y emocionales que nos acompañarán por el resto de la vida; de lo que dependerán nuestros alcances escolares, profesionales y de ingreso, así como nuestra forma de relacionarnos con los demás, en la familia y en la sociedad.

Cuando visibilizamos este sentido de urgencia en la atención y protección, no podemos menos que sentir una gran responsabilidad sobre lo que hacemos y podemos hacer por las personas en esta primera infancia, tanto por los impactos que genera en cada persona, como por los impactos que genera en la sociedad en su conjunto. Por fortuna, tenemos una ruta para seguir.

Diversos organismos internacionales y centros de investigación, entre ellos la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, desarrollaron el marco conceptual del cuidado cariñoso y sensible que justo busca identificar cuáles son los aspectos más apremiantes para proteger en los primeros años de vida. Derivado de este marco conceptual diversos países han estructurado sus políticas públicas para la primera infancia y México no es la excepción.

La reforma constitucional en materia educativa del 2019, además de hacer obligatoria la educación inicial, mandata que esta debe darse en el marco de una Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI). El aviso de publicación de la ENAPI se dio apenas en marzo del 2020 en el Diario Oficial de la Federación.

La columna vertebral de esta estrategia es nada menos que LA RUTA INTEGRAL DE ATENCIONES PARA LA PRIMERA INFANCIA. Esta ruta, integrada por 29 atenciones englobadoras, nos dice cuáles son los bienes y servicios a los que debe tener acceso toda niña y todo niño, desde el vientre materno y hasta que cumpla los 6 años de edad, sin importar el contexto en que se haya nacido. Esto supone que estas atenciones en principio pueden ser provistas por la familia y deben ser garantizadas por el Estado en los puntos en que lo primero no sea posible, de tal forma que se asegure que TODAS las niñas y TODOS los niños tengan acceso a estos bienes y servicios y con ello garantizar también que TODAS y TODOS ellos desarrollen plenamente sus capacidades.

Estas 29 atenciones pueden ser consultadas en la siguiente liga: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/619593/Infografi_a_RIA-2020.pdf

Entre ellas destacan:

  • Acceso a servicios de salud y al control de la niña y el niño sano
  • Nutrición suficiente, adecuada y segura
  • Lactancia materna
  • Vacunación completa y oportuna
  • Educación Inicial y preescolar
  • Programas de formación para padres, madres y cuidadores primarios
  • Estimulación oportuna y aprendizaje a través del juego
  • Registro de nacimiento
  • Erradicación de todas las formas de violencia y restitución de derechos violentados
  • Acceso a agua potable y saneamiento
  • Acceso a programas sociales
  • Espacios para juego y ambientes seguros, saludables, verdes y libres de toxinas.

¿Por qué es importante conocer la Ruta? Porque nosotros, como padres, madres y cuidadores de nuestras hijas e hijos en primera infancia y todos los ciudadanos en general, debemos procurar que tengan acceso a estos bienes y servicios, ya sea provistos a través de nuestras posibilidades en la familia o bien, hacer exigibles a las instancias responsables la provisión de tales bienes o servicios, ya que esto nos beneficia como sociedad.

En los tiempos actuales esto cobra cada vez más relevancia cuando desaparecen frente a nuestros ojos importantes programas gubernamentales en que se ofrecían estas alternativas. De igual modo, especialmente en el ámbito estatal e incluso municipal, vemos de forma esperanzadora que sus autoridades incorporan atenciones para la primera infancia. Los tiempos cambian, los gobiernos también, lo que no cambia son los requerimientos de las niñas y los niños para desarrollar sus capacidades y ejercer sus derechos y tampoco cambia nuestra responsabilidad como padres, madres, cuidadores y ciudadanos, de velar por ello y exigir por ello. Ahora ya conocemos la RUTA, hagamos que nuestras hijas e hijos la transiten.

___________

* Coordinadora Nacional de Política Territorial del Pacto por la Primera Infancia

@Pacto1aInfancia

La primera infancia es el periodo de la vida que ocurre desde el vientre materno y hasta que cumplimos 6 años de edad. Se distingue de los otros periodos de la infancia y de la vida en general porque es el periodo de mayor vulnerabilidad, pero al mismo tiempo de mayor oportunidad para desarrollar (o no) las capacidades físicas, intelectuales y emocionales que nos acompañarán por el resto de la vida; de lo que dependerán nuestros alcances escolares, profesionales y de ingreso, así como nuestra forma de relacionarnos con los demás, en la familia y en la sociedad.

Cuando visibilizamos este sentido de urgencia en la atención y protección, no podemos menos que sentir una gran responsabilidad sobre lo que hacemos y podemos hacer por las personas en esta primera infancia, tanto por los impactos que genera en cada persona, como por los impactos que genera en la sociedad en su conjunto. Por fortuna, tenemos una ruta para seguir.

Diversos organismos internacionales y centros de investigación, entre ellos la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, desarrollaron el marco conceptual del cuidado cariñoso y sensible que justo busca identificar cuáles son los aspectos más apremiantes para proteger en los primeros años de vida. Derivado de este marco conceptual diversos países han estructurado sus políticas públicas para la primera infancia y México no es la excepción.

La reforma constitucional en materia educativa del 2019, además de hacer obligatoria la educación inicial, mandata que esta debe darse en el marco de una Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI). El aviso de publicación de la ENAPI se dio apenas en marzo del 2020 en el Diario Oficial de la Federación.

La columna vertebral de esta estrategia es nada menos que LA RUTA INTEGRAL DE ATENCIONES PARA LA PRIMERA INFANCIA. Esta ruta, integrada por 29 atenciones englobadoras, nos dice cuáles son los bienes y servicios a los que debe tener acceso toda niña y todo niño, desde el vientre materno y hasta que cumpla los 6 años de edad, sin importar el contexto en que se haya nacido. Esto supone que estas atenciones en principio pueden ser provistas por la familia y deben ser garantizadas por el Estado en los puntos en que lo primero no sea posible, de tal forma que se asegure que TODAS las niñas y TODOS los niños tengan acceso a estos bienes y servicios y con ello garantizar también que TODAS y TODOS ellos desarrollen plenamente sus capacidades.

Estas 29 atenciones pueden ser consultadas en la siguiente liga: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/619593/Infografi_a_RIA-2020.pdf

Entre ellas destacan:

  • Acceso a servicios de salud y al control de la niña y el niño sano
  • Nutrición suficiente, adecuada y segura
  • Lactancia materna
  • Vacunación completa y oportuna
  • Educación Inicial y preescolar
  • Programas de formación para padres, madres y cuidadores primarios
  • Estimulación oportuna y aprendizaje a través del juego
  • Registro de nacimiento
  • Erradicación de todas las formas de violencia y restitución de derechos violentados
  • Acceso a agua potable y saneamiento
  • Acceso a programas sociales
  • Espacios para juego y ambientes seguros, saludables, verdes y libres de toxinas.

¿Por qué es importante conocer la Ruta? Porque nosotros, como padres, madres y cuidadores de nuestras hijas e hijos en primera infancia y todos los ciudadanos en general, debemos procurar que tengan acceso a estos bienes y servicios, ya sea provistos a través de nuestras posibilidades en la familia o bien, hacer exigibles a las instancias responsables la provisión de tales bienes o servicios, ya que esto nos beneficia como sociedad.

En los tiempos actuales esto cobra cada vez más relevancia cuando desaparecen frente a nuestros ojos importantes programas gubernamentales en que se ofrecían estas alternativas. De igual modo, especialmente en el ámbito estatal e incluso municipal, vemos de forma esperanzadora que sus autoridades incorporan atenciones para la primera infancia. Los tiempos cambian, los gobiernos también, lo que no cambia son los requerimientos de las niñas y los niños para desarrollar sus capacidades y ejercer sus derechos y tampoco cambia nuestra responsabilidad como padres, madres, cuidadores y ciudadanos, de velar por ello y exigir por ello. Ahora ya conocemos la RUTA, hagamos que nuestras hijas e hijos la transiten.

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* Coordinadora Nacional de Política Territorial del Pacto por la Primera Infancia

@Pacto1aInfancia