/ domingo 10 de noviembre de 2019

Presupuesto 2020

El 15 de noviembre es la fecha límite para que la Cámara de Diputados apruebe el presupuesto de egresos 2020. En la opinión pública, en comparación con otros temas, poco se habla de ello. En cierta manera tienen razón, el diseño de un presupuesto es un tema principalmente técnico, pero fuertemente influenciado por intereses y disputas políticas. El presupuesto del próximo año puede ser un antídoto a la situación que se encuentra el país de poco crecimiento económico, inseguridad y de otros problemas estructurales, o el dardo envenenado que genere una crisis de gobernabilidad democrática.

El calcular lo que se va a recaudar y gastar no es una tarea fácil, realizar estimaciones erróneas puede ocasionar ajustes constantes que obligan a gastar menos a costa de eliminar programas, disminuir metas o hacer recortes de personal. El presupuesto es un factor que puede permitir la buena marcha del gobierno o afectar su rendimiento ocasionando una crisis de confianza pública. El año pasado, para el gobierno actual no fue fácil participar en la negociación del presupuesto, no tenían la certeza de cómo recibirán la administración federal. Desde un principio fueron claras las políticas de austeridad a las que se tuvieron que ajustar todas las instituciones públicas. Si en algunos rubros se quedaron sin recursos y eso afectó al desempeño gubernamental de cierta manera se podría justificar, era su primer año.

Ahora la historia es diferente, deberían saber con precisión lo que recibieron, como funciona y cuáles son las consecuencias de no ejercer un gasto responsable. El presupuesto que se aprobó para el 2020 para el ingreso público es de $6,096,335.8 millones de pesos y esa misma cantidad es la que se proyecta gastar. La Secretaría de Hacienda fue la responsable de elaborar el presupuesto, lo realizó bajo dos premisas: las convencionales establecidas con fórmulas que poco cambian año con año; y las que se construyen con base al Plan Nacional de Desarrollo elaborado por el Gobierno Federal, de hecho en su página web está esquematizado lo que se va a gastar por programa estratégico.

Entre el universo de preocupaciones existen dos muy visibles que están relacionadas con el presupuesto: la atención a la pobreza; y el crecimiento económico. El primer rubro mencionado está muy claro en el presupuesto presentado, se aumentó el gasto en política social y asistencial. Sin embargo, es fundamental tener los cuidados necesarios para que no se conviertan en acciones clientelares. Un programa social tiene como objeto construir capital humano, se apoya al ciudadano para que salga de su condición de marginalidad, pero cuando este es utilizado de manera clientelar trae consigo el aumento de la pobreza y corrupción. Por lo que respecta a la inversión pública para el crecimiento económico, el tema no está muy claro. Este año la economía prácticamente no creció, por lo que el Gobierno se encuentra obligado en invertir en sectores estratégicos para reactivar el desarrollo económico, la gran pregunta es: ¿Se sabe cómo hacerlo?