/ lunes 19 de julio de 2021

Pulso CDMX | CDMX: el reto laboral

La Ciudad de México está padeciendo una preocupante crisis laboral siendo la segunda entidad del país con más desocupación, la primera con más subocupación, la última en materia de generación de empleo formal, con un decrecimiento en oposición a la tendencia nacional, alcanzando un nivel más bajo que antes de la pandemia. En un año el número de personas desempleadas en México ha aumentado de 3 millones: cerca de la mitad se encuentran en el Valle de México.

En la Ciudad trabajar no es suficiente para salir de la pobreza. Lo que impide una reactivación justa es el aumento de la precariedad y pobreza laboral en la región. La Ciudad de México es la primera entidad del país con mayor incremento en materia de pobreza laboral "muy por arriba" del promedio nacional de acuerdo con el CONEVAL en el último año con un incremento de 14.9 puntos: de 28.3% a 43.2%.

Hace unos días, la iniciativa Acción Ciudadana Frente a la Pobreza compuesta de más de 60 organizaciones, a través del observatorio de trabajo digno, resaltó este contexto alarmante. La Ciudad excluye más de la tercera parte de su población potencialmente trabajadora y solamente 523 mil personas cuentan con trabajo formal con seguro social e ingreso suficiente para la canasta familiar (es decir, personas que ganan más de 7 mil 500 pesos). Más de 2.5 millones carecen de seguro social y/o de un ingreso suficiente para la canasta familiar. Cerca de 1,9 millones están desempleadas o no pueden buscar un empleo por sus labores domésticas y de cuidado (en el 95% de los casos son mujeres). El 41% de las personas que trabajan en la formalidad no cuentan con un contrato estable y el 88% realiza sus labores fuera de cualquier protección sindical.

Casi el 60% de la población trabaja en la informalidad. No solamente se trata de censar al comercio popular de manera arbitraria, sino de pensar también en los derechos de las personas no asalariadas violados por un Congreso local ausente en materia laboral y económica. El Congreso de la Ciudad de México debe convertirse en un actor determinante para la reactivación del mercado laboral con el diseño de una política social y presupuestal de fomento del empleo digno; con la creación de un sistema de cuidado integral. Es tiempo de pensar en mecanismos locales eficientes y justos de protección social y de lucha contra la pobreza laboral que dinamicen un mercado interior benefactor para el crecimiento económico nacional.

En paralelo la Capital fue considerada por el Financial Times como la primera Ciudad Latinoamericana del Futuro 2021/22 y la séptima por su potencial económico. Hace un par de semanas, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum reiteró públicamente junto con el sector empresarial la necesidad de colaborar para dinamizar la inversión y la creación de empleos. El Gobierno capitalino tiene la oportunidad de impulsar una alianza por el crecimiento económico justo con la iniciativa privada y la sociedad civil organizada. Promover la flexibilidad y facilidades para la inversión nacional y extranjera, pero con mejores condiciones laborales. En este reto y en beneficio de las y los capitalinos la buena coordinación con Tatiana Clouthier y Marcelo Ebrard serían un valor agregado que puede ser determinante para remontar la curva.

La Ciudad de México está padeciendo una preocupante crisis laboral siendo la segunda entidad del país con más desocupación, la primera con más subocupación, la última en materia de generación de empleo formal, con un decrecimiento en oposición a la tendencia nacional, alcanzando un nivel más bajo que antes de la pandemia. En un año el número de personas desempleadas en México ha aumentado de 3 millones: cerca de la mitad se encuentran en el Valle de México.

En la Ciudad trabajar no es suficiente para salir de la pobreza. Lo que impide una reactivación justa es el aumento de la precariedad y pobreza laboral en la región. La Ciudad de México es la primera entidad del país con mayor incremento en materia de pobreza laboral "muy por arriba" del promedio nacional de acuerdo con el CONEVAL en el último año con un incremento de 14.9 puntos: de 28.3% a 43.2%.

Hace unos días, la iniciativa Acción Ciudadana Frente a la Pobreza compuesta de más de 60 organizaciones, a través del observatorio de trabajo digno, resaltó este contexto alarmante. La Ciudad excluye más de la tercera parte de su población potencialmente trabajadora y solamente 523 mil personas cuentan con trabajo formal con seguro social e ingreso suficiente para la canasta familiar (es decir, personas que ganan más de 7 mil 500 pesos). Más de 2.5 millones carecen de seguro social y/o de un ingreso suficiente para la canasta familiar. Cerca de 1,9 millones están desempleadas o no pueden buscar un empleo por sus labores domésticas y de cuidado (en el 95% de los casos son mujeres). El 41% de las personas que trabajan en la formalidad no cuentan con un contrato estable y el 88% realiza sus labores fuera de cualquier protección sindical.

Casi el 60% de la población trabaja en la informalidad. No solamente se trata de censar al comercio popular de manera arbitraria, sino de pensar también en los derechos de las personas no asalariadas violados por un Congreso local ausente en materia laboral y económica. El Congreso de la Ciudad de México debe convertirse en un actor determinante para la reactivación del mercado laboral con el diseño de una política social y presupuestal de fomento del empleo digno; con la creación de un sistema de cuidado integral. Es tiempo de pensar en mecanismos locales eficientes y justos de protección social y de lucha contra la pobreza laboral que dinamicen un mercado interior benefactor para el crecimiento económico nacional.

En paralelo la Capital fue considerada por el Financial Times como la primera Ciudad Latinoamericana del Futuro 2021/22 y la séptima por su potencial económico. Hace un par de semanas, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum reiteró públicamente junto con el sector empresarial la necesidad de colaborar para dinamizar la inversión y la creación de empleos. El Gobierno capitalino tiene la oportunidad de impulsar una alianza por el crecimiento económico justo con la iniciativa privada y la sociedad civil organizada. Promover la flexibilidad y facilidades para la inversión nacional y extranjera, pero con mejores condiciones laborales. En este reto y en beneficio de las y los capitalinos la buena coordinación con Tatiana Clouthier y Marcelo Ebrard serían un valor agregado que puede ser determinante para remontar la curva.