El 26 de marzo de 2019, mediante la publicación en el Diario Oficial de la Federación, se daba a conocer la reforma de 10 artículos de la Constitución, para darle sentido y objetivos al proyecto de lo que ha sido a la fecha –al menos en lo que va del siglo XXI, la institución de Seguridad Pública más relevante del país. Desde luego, que la ruta por transitar, a la fecha, no ha sido fácil, como tampoco lo es enfrentar al principal antagonismo que desestabiliza sistemas sociales y productivos, así como políticos. El crimen organizado y la delincuencia común, sin duda, que son un reto incluso, para el buen funcionamiento de la democracia.
Luego de una serie de trascendentales reformas, hubieron de discutirse y aprobarse diversos ordenamientos legales, para que de forma consistente la Guardia Nacional iniciara su despliegue por todo el territorio nacional. Cabe recordar, que en la sesión de aprobación en la Cámara de Senadores, fue aprobada por todos los votos a favor de los legisladores. Ni una abstención y ningún voto en contra. El la Cámara de Diputados, sólo se contabilizó un voto en contra. Lo mismo sucedió en todos los Congresos Locales, en donde la iniciativa para crear la Guardia Nacional, no tuvo obstáculo alguno para ser promulgada.
Así como una base de legitimidad política y legislativa, la Guardia Nacional, realizó su pase de revista de entrada, el 30 de junio de 2019, en una ceremonia en el Campo Marte, encabezada desde luego, por el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrado; el Secretario de la Defensa Nacional, General Luis Cresencio Sandoval González; el Secretario de Marina, Almirante Rafael Ojeda Durán; el Comandante de la Guardia Nacional, General Luis Rodríguez Bucio y en entonces Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo. Desde el primer día, la Guardia Nacional ha despertado amplias expectativas en la población.
Es interesante observar, como en encuestas recientes, publicadas en las dos semanas anteriores, la Guardia Nacional se ha posicionado en la confianza y apreciación de la ciudadanía. Y ese es un logro que debe analizarse a la luz de los resultados en cada una de las más 50 responsabilidades que la ley le asigna, considerando por otra parte la complejidad para la creación de una Doctrina de la Guardia Nacional, en donde confluyen integrantes del Ejército Mexicano, Fuerza Aérea Mexicana, Armada de México y la extinta Policía Federal. Dicha unidad de pensamiento, a su vez, debe verse aplicada en cuanto al adiestramiento propio de una institución intermedia de Seguridad Pública, tal y como sucede con otros Estados, como Chile, Francia, España, Italia, entre otros.
El esfuerzo desplegado hasta ahora, notable por ejemplo en la construcción de los cuarteles avanzados, que alojarán a los integrantes de la Guardia Nacional de manera permanente, evitará lo que era una práctica común hasta hace poco: enviar fuerzas federales de manera reactiva. Este es un punto contrastante y a considerar, en lo que se refiere al despliegue disuasivo y permanente de esta nueva institución.
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