/ jueves 16 de agosto de 2018

Trump no es populista

Los comerciales electorales de ataque de los republicanos se han concentrado cada vez más en uno de sus diablos habituales, o más bien, diabla: Nancy Pelosi, la expresidenta de la Cámara de Representantes y quien posiblemente vuelva a ocupar ese puesto.

Así que parece que este es un buen momento para recordarles a todos que Pelosi es sin duda una de las más grandiosas presidentas de la era moderna y seguramente se encuentra entre las personas más impresionantes en desempeñar ese cargo. Además, es interesante preguntarse por qué los medios y, por ende, el público en general, le dan poco crédito por sus logros.

¿Cuáles han sido los logros de Pelosi?

Primero, como líder de la minoría en la Cámara de Representantes, desempeñó un papel fundamental en rechazar el intento de George W. Bush de privatizar la Seguridad Social.

Luego fue la figura clave, incluso se podría decir, más importante incluso que el presidente Barack Obama, para la aprobación de la Ley de Atención Médica Asequible, que produjo una caída espectacular en la cantidad de estadounidenses sin seguro médico y ha probado ser sólida, para sorpresa de muchos, incluso ante el sabotaje de Trump y sus secuaces. Ella ayudó a promulgar la reforma financiera, que ha resultado ser más vulnerable a ser socavada, pero que a pesar de ello ayudó a estabilizar la economía y protegió a muchos estadounidenses del fraude.

Pelosi también ayudó a aprobar el plan de estímulos de Obama que, en general, según los economistas mitigó la pérdida de empleos a partir de la crisis financiera, además de ayudar a sentar las bases para una revolución de energía verde.

Son grandes logros. Ah, y siempre que escuchen a los republicanos afirmar que Pelosi es una especie de izquierdista con los ojos desorbitados, pregúntense: ¿qué tiene de radical proteger el ingreso del retiro, expandir la atención médica y controlar a los banqueros desmedidos?

Probablemente, también vale la pena observar que Pelosi no se ha visto afectada por supuestos escándalos personales, lo cual es sorprendente dada la capacidad de la derecha para fabricar dichas acusaciones de la nada.

Así que, ¿en qué se compara Pelosi con los cuatro republicanos que han ocupado el cargo de presidente de la Cámara de Representantes desde que el Partido Republicano asumió el control de este órgano en 1994?

Newt Gingrich fue un arrogante. Dennis Hastert, como ahora se sabe, acosó sexualmente a adolescentes de sexo masculino. John Boehner no hizo mucho, excepto oponerse a todo lo que Obama propuso.

Por último, Paul Ryan, el actual presidente, que está a punto de dejar el cargo, es una estafa: un falso cazador de déficits cuyo único logro legislativo es un recorte fiscal que hará estallar el presupuesto, un falso analista político cuyas propuestas presupuestarias siempre fueron pretextos y engaños a todas luces, que fingían abordar el déficit presupuestal, pero en realidad sólo redistribuían el ingreso de los pobres a los ricos. Por ende, luego de ver a los presidentes modernos de la Cámara de Representantes, Pelosi se posiciona como una gigante entre enanos.




Los comerciales electorales de ataque de los republicanos se han concentrado cada vez más en uno de sus diablos habituales, o más bien, diabla: Nancy Pelosi, la expresidenta de la Cámara de Representantes y quien posiblemente vuelva a ocupar ese puesto.

Así que parece que este es un buen momento para recordarles a todos que Pelosi es sin duda una de las más grandiosas presidentas de la era moderna y seguramente se encuentra entre las personas más impresionantes en desempeñar ese cargo. Además, es interesante preguntarse por qué los medios y, por ende, el público en general, le dan poco crédito por sus logros.

¿Cuáles han sido los logros de Pelosi?

Primero, como líder de la minoría en la Cámara de Representantes, desempeñó un papel fundamental en rechazar el intento de George W. Bush de privatizar la Seguridad Social.

Luego fue la figura clave, incluso se podría decir, más importante incluso que el presidente Barack Obama, para la aprobación de la Ley de Atención Médica Asequible, que produjo una caída espectacular en la cantidad de estadounidenses sin seguro médico y ha probado ser sólida, para sorpresa de muchos, incluso ante el sabotaje de Trump y sus secuaces. Ella ayudó a promulgar la reforma financiera, que ha resultado ser más vulnerable a ser socavada, pero que a pesar de ello ayudó a estabilizar la economía y protegió a muchos estadounidenses del fraude.

Pelosi también ayudó a aprobar el plan de estímulos de Obama que, en general, según los economistas mitigó la pérdida de empleos a partir de la crisis financiera, además de ayudar a sentar las bases para una revolución de energía verde.

Son grandes logros. Ah, y siempre que escuchen a los republicanos afirmar que Pelosi es una especie de izquierdista con los ojos desorbitados, pregúntense: ¿qué tiene de radical proteger el ingreso del retiro, expandir la atención médica y controlar a los banqueros desmedidos?

Probablemente, también vale la pena observar que Pelosi no se ha visto afectada por supuestos escándalos personales, lo cual es sorprendente dada la capacidad de la derecha para fabricar dichas acusaciones de la nada.

Así que, ¿en qué se compara Pelosi con los cuatro republicanos que han ocupado el cargo de presidente de la Cámara de Representantes desde que el Partido Republicano asumió el control de este órgano en 1994?

Newt Gingrich fue un arrogante. Dennis Hastert, como ahora se sabe, acosó sexualmente a adolescentes de sexo masculino. John Boehner no hizo mucho, excepto oponerse a todo lo que Obama propuso.

Por último, Paul Ryan, el actual presidente, que está a punto de dejar el cargo, es una estafa: un falso cazador de déficits cuyo único logro legislativo es un recorte fiscal que hará estallar el presupuesto, un falso analista político cuyas propuestas presupuestarias siempre fueron pretextos y engaños a todas luces, que fingían abordar el déficit presupuestal, pero en realidad sólo redistribuían el ingreso de los pobres a los ricos. Por ende, luego de ver a los presidentes modernos de la Cámara de Representantes, Pelosi se posiciona como una gigante entre enanos.