/ martes 12 de marzo de 2024

X vivir con + sororidad y - violencia

Este proceso electoral repite una condición vivida por primera vez, hace 30 años en el país. Aunque en 1982 y 1988 participaron mujeres candidatas a la Presidencia, en 1994 dos mujeres contendían, al mismo tiempo, por el máximo cargo del país.

Más tarde en las elecciones de 2006 y 2012, hubo nuevamente una mujer en cada contienda. Sumando hasta entonces 5 procesos presidenciales con candidatas.

Será este proceso electoral: la sexta ocasión con participación de mujeres, la segunda vez con dos mujeres en la boleta presidencial, y la primera elección que ponga a una mujer al frente del país.

Como dije la semana anterior, nuestro contexto invita a reflexionar; ahora, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que busca visibilizar y eliminar todas las causas de desigualdades, formas de discriminación y violencia contra nosotras.

Así vemos por un lado el largo camino para lograr el reconocimiento de nuestros derechos político-electorales -votar y ser votadas-, hace 70 años.

Mientras eso ocurre y el próximo 1 de octubre una mujer puede gobernar el país, la realidad en materia de género, no es del todo alentadora.

Si bien, hoy las mujeres podemos ejercer más cargos, o alcanzar la conformación paritaria en los Congresos, se ha hecho evidente que en estos espacios, también podemos ser víctimas de algún tipo de violencia.

Realidad que abre nuevas brechas de género, pues impide que las mujeres desarrollen sus actividades con seguridad, en igualdad de condiciones y ejerciendo plenamente nuestros derechos político electorales.

La expectativa ahora para cerrar la brecha de género a nivel mundial es hasta el año 2154, al aumentar 31 años entre 2020 y 2023, según el Foro Económico Mundial.

Nuestra contribución negativa como país es por la desigualdad salarial o el porcentaje de participación laboral entre hombres y mujeres, lo que se agudizó este sexenio con la 4T al frente del país.

La decisión de cerrar las estancias infantiles de tiempo completo -por la austeridad y la lucha contra la corrupción-, obligó a miles de mujeres a abandonar sus empleos.

Una cifra que presume este gobierno morenista en materia de género, es la paridad entre los mandatarios de primer nivel en el gabinete, sin embargo, los mandos medios y superiores, siguen ocupados principalmente por hombres.

Es imposible olvidar que la mujer que ejerció como Secretaria de Gobernación señaló haber sufrido violencia de género por otros miembros del gabinete mientras estuvo en el encargo.

Por eso, la lucha no debe quedar dejar inerte, quienes tomamos decisiones en la vida pública, debemos trabajar en reconocer nuevos derechos y disminuir las causas de violencia, discriminación y desigualdades contra las mujeres.

También quitar etiquetas a la lucha, pues no es de izquierda o de derecha, es de las mujeres.


Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de la CdMx


Este proceso electoral repite una condición vivida por primera vez, hace 30 años en el país. Aunque en 1982 y 1988 participaron mujeres candidatas a la Presidencia, en 1994 dos mujeres contendían, al mismo tiempo, por el máximo cargo del país.

Más tarde en las elecciones de 2006 y 2012, hubo nuevamente una mujer en cada contienda. Sumando hasta entonces 5 procesos presidenciales con candidatas.

Será este proceso electoral: la sexta ocasión con participación de mujeres, la segunda vez con dos mujeres en la boleta presidencial, y la primera elección que ponga a una mujer al frente del país.

Como dije la semana anterior, nuestro contexto invita a reflexionar; ahora, en el marco del Día Internacional de la Mujer, que busca visibilizar y eliminar todas las causas de desigualdades, formas de discriminación y violencia contra nosotras.

Así vemos por un lado el largo camino para lograr el reconocimiento de nuestros derechos político-electorales -votar y ser votadas-, hace 70 años.

Mientras eso ocurre y el próximo 1 de octubre una mujer puede gobernar el país, la realidad en materia de género, no es del todo alentadora.

Si bien, hoy las mujeres podemos ejercer más cargos, o alcanzar la conformación paritaria en los Congresos, se ha hecho evidente que en estos espacios, también podemos ser víctimas de algún tipo de violencia.

Realidad que abre nuevas brechas de género, pues impide que las mujeres desarrollen sus actividades con seguridad, en igualdad de condiciones y ejerciendo plenamente nuestros derechos político electorales.

La expectativa ahora para cerrar la brecha de género a nivel mundial es hasta el año 2154, al aumentar 31 años entre 2020 y 2023, según el Foro Económico Mundial.

Nuestra contribución negativa como país es por la desigualdad salarial o el porcentaje de participación laboral entre hombres y mujeres, lo que se agudizó este sexenio con la 4T al frente del país.

La decisión de cerrar las estancias infantiles de tiempo completo -por la austeridad y la lucha contra la corrupción-, obligó a miles de mujeres a abandonar sus empleos.

Una cifra que presume este gobierno morenista en materia de género, es la paridad entre los mandatarios de primer nivel en el gabinete, sin embargo, los mandos medios y superiores, siguen ocupados principalmente por hombres.

Es imposible olvidar que la mujer que ejerció como Secretaria de Gobernación señaló haber sufrido violencia de género por otros miembros del gabinete mientras estuvo en el encargo.

Por eso, la lucha no debe quedar dejar inerte, quienes tomamos decisiones en la vida pública, debemos trabajar en reconocer nuevos derechos y disminuir las causas de violencia, discriminación y desigualdades contra las mujeres.

También quitar etiquetas a la lucha, pues no es de izquierda o de derecha, es de las mujeres.


Presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de la CdMx