/ sábado 2 de junio de 2018

¡Aquí no se habla español! … entonces ¡Váyanse de Miami!

El incidente sucedió en una zapatería de clase media de esas donde la mercancía está a disposición del cliente que se atiende el mismo, y quien al final, cuando ya no puede más, llama a un dependiente que le ayude. Las cajas de los zapatos están alineadas perfectamente para encontrar el que se busca, y usualmente bajo el zapato muestra que está en lo alto de la fila, se encuentran los que están disponibles para la venta…

En Miami el sitio es de lo más concurrido para todos los latinoamericanos que llegan a la ciudad de visita y de paso a hacer compras que siempre les resultan mejores con todo y el cambio del dólar, que lo que pueden comprar en sus países.

Estaba yo de lo más entretenida viendo la gran variedad de precios, estilos y colores cuando de pronto me fijo en algo que está sucediendo… es un literalmente un pleito entre una americana y una hispana que esta acompañada de otra y con quien hablaba en español de lo más divertida.

De pronto, veo que la americana se acerca a ella furiosa, reclamándole que tenia en la mano el zapato que ella quería. La mujer con educación le hizo ver que había llegado antes que ella y que por lo tanto tenia derecho de comprar el zapato. La americana entonces subió el tono de su voz en ingles ordenándole que le entregara el zapato que la hispana tenía para comprar.

Causaba interés ver que ambas hablaban en su idioma, pero que entendían perfectamente lo que decía una y otra…

La hispana le dijo que de ninguna manera le iba a dar el zapato (cuyo único par disponible en ese momento era el inicio del pleito).

La americana hizo el intento de írsele encima para arrebatárselo cuando las dos mujeres se le enfrentaron y le pusieron un alto: “Si nos tocas le hablamos a la policía”

La mujer entendió lo que le estaban diciendo aquellas a quienes estaba hostigando claramente. Se retiró un poco de ellas únicamente para comenzar a gritar a los cuatro vientos en toda la hilera…

“Aquí no se habla español! ¡hablen en ingles! ¡ustedes son los inmigrantes que no queremos ver por aquí!”

Al terminar cada frase seguía con otra más incendiaria...

“¡Hablen inglés o lárguense a su país! ¡los Estados Unidos no son suyos! ¡Es solo nuestro! ¡de los que somos de aquí!”

Parecía película de ciencia ficción estar viviendo semejante discriminación… Las dos latinas entonces vinieron sobre la mujer más que enojadas…

“Usted es una racista que comenzó por el enojo de que nosotras ganamos los zapatos, pero si lo hubiera pedido con modales, hasta se los hubiéramos dejado, pero con insultos… ¡Nada! Ahora, aunque no me sirvan, pero me lo llevo, pero no te lo dejo.”

La acosadora comprendió perfectamente de lo que se trataba y furiosa se dio la media vuelta no sin antes dispararles su ultimo insulto…

“Indias, recuerden que “Aquí no se habla español”

“¿Qué no? Pues te quiero recordar que Miami es mas hispano de lo que puedas imaginar, así que si no quieres oírlo hablar… entonces la que se tiene que ir de aquí eres tú”

El disgusto de la americana que inicio este pleito de comadres era tal, que con el rostro colorado por la ira emprendió la retirada.

No sé qué habrá sentido al hacer el recuento de los hechos… Insultó a unas personas que no le hicieron un daño, solo porque le habían ganado un par de zapatos.

Pero es mas de lo mismo que hemos vivido desde el primer día de la presidencia de “ya sabemos quién” y que nos tiene a los mexicanos como su referencia de insulto y humillación.

Al final lo que me quitó el enojo fue recordar la última frase de defensa de las ofendidas: ¿no quiere oír español? Entonces ¡Váyase de Miami! Que esto es también United States of America.

El incidente sucedió en una zapatería de clase media de esas donde la mercancía está a disposición del cliente que se atiende el mismo, y quien al final, cuando ya no puede más, llama a un dependiente que le ayude. Las cajas de los zapatos están alineadas perfectamente para encontrar el que se busca, y usualmente bajo el zapato muestra que está en lo alto de la fila, se encuentran los que están disponibles para la venta…

En Miami el sitio es de lo más concurrido para todos los latinoamericanos que llegan a la ciudad de visita y de paso a hacer compras que siempre les resultan mejores con todo y el cambio del dólar, que lo que pueden comprar en sus países.

Estaba yo de lo más entretenida viendo la gran variedad de precios, estilos y colores cuando de pronto me fijo en algo que está sucediendo… es un literalmente un pleito entre una americana y una hispana que esta acompañada de otra y con quien hablaba en español de lo más divertida.

De pronto, veo que la americana se acerca a ella furiosa, reclamándole que tenia en la mano el zapato que ella quería. La mujer con educación le hizo ver que había llegado antes que ella y que por lo tanto tenia derecho de comprar el zapato. La americana entonces subió el tono de su voz en ingles ordenándole que le entregara el zapato que la hispana tenía para comprar.

Causaba interés ver que ambas hablaban en su idioma, pero que entendían perfectamente lo que decía una y otra…

La hispana le dijo que de ninguna manera le iba a dar el zapato (cuyo único par disponible en ese momento era el inicio del pleito).

La americana hizo el intento de írsele encima para arrebatárselo cuando las dos mujeres se le enfrentaron y le pusieron un alto: “Si nos tocas le hablamos a la policía”

La mujer entendió lo que le estaban diciendo aquellas a quienes estaba hostigando claramente. Se retiró un poco de ellas únicamente para comenzar a gritar a los cuatro vientos en toda la hilera…

“Aquí no se habla español! ¡hablen en ingles! ¡ustedes son los inmigrantes que no queremos ver por aquí!”

Al terminar cada frase seguía con otra más incendiaria...

“¡Hablen inglés o lárguense a su país! ¡los Estados Unidos no son suyos! ¡Es solo nuestro! ¡de los que somos de aquí!”

Parecía película de ciencia ficción estar viviendo semejante discriminación… Las dos latinas entonces vinieron sobre la mujer más que enojadas…

“Usted es una racista que comenzó por el enojo de que nosotras ganamos los zapatos, pero si lo hubiera pedido con modales, hasta se los hubiéramos dejado, pero con insultos… ¡Nada! Ahora, aunque no me sirvan, pero me lo llevo, pero no te lo dejo.”

La acosadora comprendió perfectamente de lo que se trataba y furiosa se dio la media vuelta no sin antes dispararles su ultimo insulto…

“Indias, recuerden que “Aquí no se habla español”

“¿Qué no? Pues te quiero recordar que Miami es mas hispano de lo que puedas imaginar, así que si no quieres oírlo hablar… entonces la que se tiene que ir de aquí eres tú”

El disgusto de la americana que inicio este pleito de comadres era tal, que con el rostro colorado por la ira emprendió la retirada.

No sé qué habrá sentido al hacer el recuento de los hechos… Insultó a unas personas que no le hicieron un daño, solo porque le habían ganado un par de zapatos.

Pero es mas de lo mismo que hemos vivido desde el primer día de la presidencia de “ya sabemos quién” y que nos tiene a los mexicanos como su referencia de insulto y humillación.

Al final lo que me quitó el enojo fue recordar la última frase de defensa de las ofendidas: ¿no quiere oír español? Entonces ¡Váyase de Miami! Que esto es también United States of America.