/ miércoles 2 de mayo de 2018

Ecos del primer debate

Si los marcadores de audiencia de los Estados Unidos valieran en México, sin lugar a dudas que el primer debate, que muchos medios transmitieron simultáneamente por la internet, se hubiera llevado un gran número, porque al parecer todos estaban interesados en saber por quién votar el próximo primero de julio y ese fue el estreno de “la caballada” como le llamara inmortal político a los candidatos a vivir en Los Pinos los próximos seis años. La pregunta entre la comunidad en los Estados Unidos el domingo pasado era una: ¿Vas a ver el debate? Y la respuesta era casi siempre la misma: “¡Si! ¿Cómo perdérmelo? Si a la hora de decir mentiras ya todos están listos a soltar la suya.

Después era la curiosidad y hasta el morbo de saber que pensaban los futuros votantes. Llamó la atención la hilera de contestaciones.

“Yo lo vi porque quería saber a quién iba cada uno a acribillar con su discurso “Ya sabes quién” -refiriéndose a Andres Manuel Lopez Obrador- era sin lugar a dudas, por muchas razones sobre quien estaba el escrutinio y los ataques”.

“Me pareció que faltaron más propuestas de todos los candidatos. -me dice una mexicana- Se supone que los temas eran violencia e inseguridad, los jóvenes. Pero en realidad fue un combate verbal. Era uno contra otro y de pronto, todos contra todos.”

Pero así no únicamente pensaban las mujeres y muchos adultos varones. Los jóvenes llegaron a la misma conclusión al verlos actuar. Un joven mexicoamericano dice haberse cansado de ver la verborrea: “Era como una interminable pelea de boxeo donde era un golpe y luego esperar el siguiente sin que en realidad hablaran de lo que tanto nos preocupa y que sucede en un país como México. Los candidatos se dedicaron a atacarse entre si, y es que, a fin de cuentas, si se ve claro, a eso fueron.

Los desacuerdos eran claros para el auditorio no solo en México, sino también aquí en los Estados Unidos: Todos están en contra de la amnistía que propone el candidato Lopez Obrador, y a todos preocupó aún más, lo propuesto por el polémico aspirante “El Bronco” quien quiere volver a la ley del Talión cuando dijo que a todos los ladrones y corruptos hay que cortarles las manos. Mas cejas se arquearon de norte a sur, de este a oeste de la Unión americana al escuchar el siguiente párrafo: “El Bronco” de ser presidente cambiaria la constitución para que, corruptos y ladrones reciban un buen escarmiento. ¿No es parecernos un poco a los países del Oriente Medio donde eso puede llegar a suceder? -preguntan otros paisanos-

Alguien más hace comparaciones que provocan la reflexión: Cuando un presidente cambia una constitución para sus propósitos, como ha sucedido en Venezuela, acaso ¿no está en peligro la democracia?

Otros, más en lo de las formas que con el fondo, vieron la pronta salida de Lopez Obrador del debate como un signo de preocupación en caso de ganar la presidencia. Una mexicana de San Antonio cuestionaba: “¿Acaso irse intempestivamente del lugar, sin el menor rasgo de cortesía, que no le quita para nada lo combativo, no es un síntoma de intolerancia hacia las críticas y sus críticos? ¿no es mostrar, por ejemplo, que, siendo presidente, algo que le produzca malestar será desechado sin más? ¿Qué sucedería en un pleito con Trump? -sigue diciendo- ¿Acaso en un dejo de enojo no mandaría cerrar la frontera? Eso nos preocupa a los mexicanos fuera de México.

A la pregunta sobre quien lo hizo mejor, en la Placita Olvera, en pleno corazón de Los Ángeles

Hay una interesante respuesta: de todos el que contestó mejor fue Anaya, pero todos fueron a darse “hasta con la mano del metate” y nosotros queremos saber propuestas, y eso no hubo.

Si los marcadores de audiencia de los Estados Unidos valieran en México, sin lugar a dudas que el primer debate, que muchos medios transmitieron simultáneamente por la internet, se hubiera llevado un gran número, porque al parecer todos estaban interesados en saber por quién votar el próximo primero de julio y ese fue el estreno de “la caballada” como le llamara inmortal político a los candidatos a vivir en Los Pinos los próximos seis años. La pregunta entre la comunidad en los Estados Unidos el domingo pasado era una: ¿Vas a ver el debate? Y la respuesta era casi siempre la misma: “¡Si! ¿Cómo perdérmelo? Si a la hora de decir mentiras ya todos están listos a soltar la suya.

Después era la curiosidad y hasta el morbo de saber que pensaban los futuros votantes. Llamó la atención la hilera de contestaciones.

“Yo lo vi porque quería saber a quién iba cada uno a acribillar con su discurso “Ya sabes quién” -refiriéndose a Andres Manuel Lopez Obrador- era sin lugar a dudas, por muchas razones sobre quien estaba el escrutinio y los ataques”.

“Me pareció que faltaron más propuestas de todos los candidatos. -me dice una mexicana- Se supone que los temas eran violencia e inseguridad, los jóvenes. Pero en realidad fue un combate verbal. Era uno contra otro y de pronto, todos contra todos.”

Pero así no únicamente pensaban las mujeres y muchos adultos varones. Los jóvenes llegaron a la misma conclusión al verlos actuar. Un joven mexicoamericano dice haberse cansado de ver la verborrea: “Era como una interminable pelea de boxeo donde era un golpe y luego esperar el siguiente sin que en realidad hablaran de lo que tanto nos preocupa y que sucede en un país como México. Los candidatos se dedicaron a atacarse entre si, y es que, a fin de cuentas, si se ve claro, a eso fueron.

Los desacuerdos eran claros para el auditorio no solo en México, sino también aquí en los Estados Unidos: Todos están en contra de la amnistía que propone el candidato Lopez Obrador, y a todos preocupó aún más, lo propuesto por el polémico aspirante “El Bronco” quien quiere volver a la ley del Talión cuando dijo que a todos los ladrones y corruptos hay que cortarles las manos. Mas cejas se arquearon de norte a sur, de este a oeste de la Unión americana al escuchar el siguiente párrafo: “El Bronco” de ser presidente cambiaria la constitución para que, corruptos y ladrones reciban un buen escarmiento. ¿No es parecernos un poco a los países del Oriente Medio donde eso puede llegar a suceder? -preguntan otros paisanos-

Alguien más hace comparaciones que provocan la reflexión: Cuando un presidente cambia una constitución para sus propósitos, como ha sucedido en Venezuela, acaso ¿no está en peligro la democracia?

Otros, más en lo de las formas que con el fondo, vieron la pronta salida de Lopez Obrador del debate como un signo de preocupación en caso de ganar la presidencia. Una mexicana de San Antonio cuestionaba: “¿Acaso irse intempestivamente del lugar, sin el menor rasgo de cortesía, que no le quita para nada lo combativo, no es un síntoma de intolerancia hacia las críticas y sus críticos? ¿no es mostrar, por ejemplo, que, siendo presidente, algo que le produzca malestar será desechado sin más? ¿Qué sucedería en un pleito con Trump? -sigue diciendo- ¿Acaso en un dejo de enojo no mandaría cerrar la frontera? Eso nos preocupa a los mexicanos fuera de México.

A la pregunta sobre quien lo hizo mejor, en la Placita Olvera, en pleno corazón de Los Ángeles

Hay una interesante respuesta: de todos el que contestó mejor fue Anaya, pero todos fueron a darse “hasta con la mano del metate” y nosotros queremos saber propuestas, y eso no hubo.