/ domingo 22 de noviembre de 2020

Cultura a la mexicana

“Trump se hace que la virgen le habla” y no entiende que … “nada es para siempre.”

Como un infante al que todavía “no le cae el veinte” de que ya fue despedido de la chamba y solo le están dando el tiempo justo para poner en orden y llevarse sus efectos personales, entre los que desafortunadamente se encuentra su mujer, y casi de inmediato hacer la formal entrega de la Casa Blanca a su nuevo inquilino por los próximos cuatro años. Pero desde luego que tiene un buen pretexto para sentirse robado de la presidencia más importante del mundo, ni más ni menos que la existencia de más de 70 millones de votos favorables a su causa, aunque insuficientes, en la sui generis contienda electoral escenificada por nuestros vecinos del norte.

Lo que fue determinante en su lucha contra Hilary Clinton, hoy no le ayudó, es decir, no obstante que hace cuatro años se vio superado en el total de votos obtenidos, inexplicablemente para muchos mexicanos, la preferencia del colegio electoral lo hizo presidente de los Estados Unidos; hoy por hoy, ni una cosa ni la otra, es decir Biden obtuvo 5 millones de votos ciudadanos más y superó con creces los 270 votos del colegio electoral necesarios para ser declarado como vencedor sin embargo, muy al estilo de Trump, se espera un pleito del tipo callejero en los tribunales y para la fecha que escribo esta participación, se ve lejos la conformidad del cavernícola y los republicanos respecto del resultado de las elecciones pues muy mimetizados a la política mexicana, .

Para quienes desde hace tiempo venimos observando con cierta admiración la civilidad de los comicios realizados por los gringos, no deja de ser novedosa la rabiosa resistencia del todavía presidente a dejar el poder, en una actitud poco civilizada y propia de las irónicamente llamadas democracias “tropicales” que francamente no son democracias, y la situación nos representa una real incógnita respecto de la manera en que van a resolverla y que vemos muy complicada, pues ahora tienen que lidiar con el Frankenstein que alimentaron durante cuatro largos años y que contrariamente al original le gusto eso de tener literalmente al mundo a sus pies y se lo quiere quedar para siempre.

Se han escuchado voces en el sentido de que a los mexicanos no debe inquietarnos el resultado final de un pleito que se escenifica fuera de nuestro país, ya que como Estado nos tocará establecer o continuar las relaciones con el ganador y que no nos puede ir más mal o más bien, con uno o con el otro de los contendientes, sinceramente lo dudo. Los Estados Unidos siguen siendo la sociedad económica y militar más poderosa que ha conocido la humanidad, lo que pase dentro de sus fronteras afecta al mundo entero; temas como el armamentismo, la catástrofe ambiental, la pobreza y ahora la salud pública con las pandemias, no vislumbran una solución sin tenerlos sentados a la mesa de negociación y desde luego, no es lo mismo tener a Trump que a Biden, aun cuando debemos estar conscientes de que en el papel ambos representan los intereses de su país y máxime cuando como México los tiene casi respirándole a la cara. En ese sentido, Biden sí es una incógnita para nosotros, de Trump solo era esperar mayor intensidad en la grosera extorsión a que nos tiene sometidos, visible, cuando menos en materias como la comercial y la migratoria.


Al final de cuentas para México…es lo mismo tanto el pinto como el colorado




napoleonef@hotmail.com

“Trump se hace que la virgen le habla” y no entiende que … “nada es para siempre.”

Como un infante al que todavía “no le cae el veinte” de que ya fue despedido de la chamba y solo le están dando el tiempo justo para poner en orden y llevarse sus efectos personales, entre los que desafortunadamente se encuentra su mujer, y casi de inmediato hacer la formal entrega de la Casa Blanca a su nuevo inquilino por los próximos cuatro años. Pero desde luego que tiene un buen pretexto para sentirse robado de la presidencia más importante del mundo, ni más ni menos que la existencia de más de 70 millones de votos favorables a su causa, aunque insuficientes, en la sui generis contienda electoral escenificada por nuestros vecinos del norte.

Lo que fue determinante en su lucha contra Hilary Clinton, hoy no le ayudó, es decir, no obstante que hace cuatro años se vio superado en el total de votos obtenidos, inexplicablemente para muchos mexicanos, la preferencia del colegio electoral lo hizo presidente de los Estados Unidos; hoy por hoy, ni una cosa ni la otra, es decir Biden obtuvo 5 millones de votos ciudadanos más y superó con creces los 270 votos del colegio electoral necesarios para ser declarado como vencedor sin embargo, muy al estilo de Trump, se espera un pleito del tipo callejero en los tribunales y para la fecha que escribo esta participación, se ve lejos la conformidad del cavernícola y los republicanos respecto del resultado de las elecciones pues muy mimetizados a la política mexicana, .

Para quienes desde hace tiempo venimos observando con cierta admiración la civilidad de los comicios realizados por los gringos, no deja de ser novedosa la rabiosa resistencia del todavía presidente a dejar el poder, en una actitud poco civilizada y propia de las irónicamente llamadas democracias “tropicales” que francamente no son democracias, y la situación nos representa una real incógnita respecto de la manera en que van a resolverla y que vemos muy complicada, pues ahora tienen que lidiar con el Frankenstein que alimentaron durante cuatro largos años y que contrariamente al original le gusto eso de tener literalmente al mundo a sus pies y se lo quiere quedar para siempre.

Se han escuchado voces en el sentido de que a los mexicanos no debe inquietarnos el resultado final de un pleito que se escenifica fuera de nuestro país, ya que como Estado nos tocará establecer o continuar las relaciones con el ganador y que no nos puede ir más mal o más bien, con uno o con el otro de los contendientes, sinceramente lo dudo. Los Estados Unidos siguen siendo la sociedad económica y militar más poderosa que ha conocido la humanidad, lo que pase dentro de sus fronteras afecta al mundo entero; temas como el armamentismo, la catástrofe ambiental, la pobreza y ahora la salud pública con las pandemias, no vislumbran una solución sin tenerlos sentados a la mesa de negociación y desde luego, no es lo mismo tener a Trump que a Biden, aun cuando debemos estar conscientes de que en el papel ambos representan los intereses de su país y máxime cuando como México los tiene casi respirándole a la cara. En ese sentido, Biden sí es una incógnita para nosotros, de Trump solo era esperar mayor intensidad en la grosera extorsión a que nos tiene sometidos, visible, cuando menos en materias como la comercial y la migratoria.


Al final de cuentas para México…es lo mismo tanto el pinto como el colorado




napoleonef@hotmail.com

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