/ sábado 19 de febrero de 2022

De la pluma de Miguel Reyes Razo

Por Miguel Reyes Razo


La señora Lya Engel se empeñó en obtener una invitación para el estreno del musical "Hair", en Acapulco. Yul Bryner estuvo entre los invitados a la que a la postre fue la única representación de la obra. "¡Muera el "Chango" Díaz Ordaz!" apareció en el escenario del teatro. Varios actores sostenían la manta. Esa misma noche el teatro fue clausurado y productores de la pieza fueron a dar a la cárcel. "Violaciones al Reglamento de Espectáculos y deficiencias en los equipos contra incendios" fue el argumento de la autoridad acapulqueña. "Hair" no se representó más. Los productores perdieron hasta la camisa. Pixie Hopkins experta en pelucas y bisoñés y pestañas postizas también.

Tenía que "cubrir" filmaciones. Ir a las "locaciones". Leticia Robles, Carlos Ancira, Meche Carreño y David Reynoso filmaban -por rumbos de Culhuacan- "Vagabunda". Novela del escritor Luis Spota. Un forzudo Juan Miranda estaba en el reparto. Se "rodaba" de madrugada. De Lindavista a allá había buenas leguas. Pero en 1969 la Ciudad de México era muy segura.

"¿ Qué ha leido usted, señorita Robles? -le pregunté a la joven "Rostro del 68".

"Pues todo, ¿nooo? -me respondió con ojos dilatados por la sorpresa la bella elegida por El Heraldo de México y Raúl Velasco.

"¿Que opina del "boom" latinoamericano, señorita Robles?

"¡Genial!, noooo? -devolvió

"¿Qué le parece Julio Cortázar, señorita Robles?

"¡Único! ¿nooo?

"¿Y Carlos Fuentes, señorita Robles?

"¡Fantabuloso! ¿nooo?

La señorita Mercedes Carreño vivía por las calles de Peña y Peña. Cerca del cine "Acapulco". Peleaba con el lenguaje. "Doptor. Coptel" eran algunas palabras que le costaba trabajo pronunciar. Delgaducha merecía el mote de "La Bruja" entre sus vecinos de la Colonia Morelos. Pero Don Octavio Alba -Director de "Cine Mundial", propiedad de Luis Javier Solana y un fotógrafo apodado "Charro" y de apellido Barragán la observaron con otros ojos. La invitaron a una sesión de fotografías en alguno de los balnearios de la Calzada México-Puebla. "Las Termas" "Elba" "Américas".

Mercedes Carreño se apareció en bikini. Labiosos, tentadores, maliciosos, los periodistas tentaron a la muchacha. "¿Qué tal si se quitaba el corpiño y dejaba al aire su busto?" Remoloneó la vecina de la Colonia Morelos. Tan peligrosa desde que fue la Colonia de la Bolsa. Se hizo del rogar. Por fin accedió y al desprenderse de la tela superior del bi-kini dio a luz al "mono-kini". Días después era la portada del tabloide que alguna vez perteneció al actor Mario Moreno Reyes. "Cantinflas".

Exhibirse así le significó un golpe de fortuna a la flacucha -pero muy armoniosa y bien proporcionada - Meche Carreño. Le llegó al corazón a un judío llamado José Lorenzo Zakany quien obtenía carretadas de millones de pesos al crear fraccionamientos en el estado de México. Se convirtió en protector de la refulgente estrella y la trasladó de la calle Peña y Peña a la exclusiva Anzures. En la calle Gutenberg está la casona.

Meche Carreño y su mamá eran muy dadas a viajar y a tratar profundamente a los brujos de Catemaco. Pasaban temporadas ahí. De su trato con el señor Zakany, Meche Carreño obtuvo financiamientos para realizar costosas películas en Europa. Guillermo Murray trabajaba a su lado. La cigüeña le trajo a la pareja Zakany-Carreño un niño a quien Meche llamaba con el cariñoso "Joseito". Hoy la residencia es un bufete del que se dice , es socio Liébano Saenz.

El Banco Nacional Cinematográfico sesionaba cada semana. Los lunes los productores presentaban proyectos y requerían préstamos. Don Emilio O. Rabasa era el director de la institución. Distante, inaccesible a los reporteros llamó a Rita Ganem -del periódico Novedades y a ReyesRazo de AMEX.

"Pues quiero decirles -dijo displicente- que voy a cambiar de río…

"¿Cómo es eso, licenciado? -planteó Rita Gánem

"Si. Ejem, ejem -soltó Rabasa. Verán. Dejaré este tan cercano Río Churubusco y me iré al Potomac…

Notó el abogado Emilio O. Rabasa nuestro desconcierto y siguió:

"Bueno. Es que voy a ser embajador de México. Me envían a un país sin importancia casi…

"Iré a Washington. El Presidente Electo, Luis Echeverría me designó. Los voy a echar mucho de menos, muchachos…

Vino Clint Estwood a México. Filmaría "Dos mulas para la hermana Sara" con Shirley MacLaine. Locaciones en Cuernavaca. Rodaje. Clint a caballo.

El ex tenor clásico Antonio Aguilar dejó de lado su programa semanal en la XEW y se vistió de charro. Y pegó. Se imaginó Emiliano Zapata. Sin leer "Raíz y Razón de Zapata" de Jesús Sotelo Inclán pidió -y obtuvo- más de diez millones de pesos de financiamiento. "Película de aliento", la clasificaron. Contrató a una artista peruana, Patricia Azpillaga, para ser Josefa, la mujer del Caudillo del Sur.

E invitó a algunos reporteros a Zacatecas. De ida y vuelta el mismo día. Entre los que presenciamos -desde el Cerro de la Bufa- recios combates estaba Carlos Monsivais. Casi en el borde -al filo del abismo- comencé a platicar con el personaje que lo mismo era "Sabio Monsivais" en la historieta "Chanoc", que un ebrio Santa Claus en la película "Los Caifanes" con Julissa, Enrique Álvarez Félix y Eduardo López Rojas. Carlos Monsivais atraía.

"Por mi -reveló entonces- me la hubiera pasado sumido en libros. Me gustó estudiar. Decidí cursar todos los bachilleratos. Aprendía y me divertía. Hasta que mi mamá me dijo: "Ya es hora de que te pongas a trabajar. Tienes que ayudar a sostener esta casa." Y ni hablar. No quiero que me tengan por un desgraciado que no ayuda a su pobre mamá. Como si se tratara de "El Derecho de nacer" de Félix B. Caignet.

Actuaba Carlos Monsivais. Era divertido, ingenioso, irreverente. Y disfrutaba que un reportero se deslumbrara con su personalidad. Años después me llamó:

"Preparo un libro sobre la Historia de la Crónica en México. "A Ustedes les consta", se llamará. Selecciono trabajos tuyos. Pásame la fecha de tu nacimiento.

Entonces Angélica María Hartman recibía en su casa de las Lomas de Chapultepec a José Agustín el exitoso novelista-rockero- exaltador de la mariguana que la dirigirían "Cinco de Chocolate y uno de fresa" y en "Ya sé quien eres. Te he estado observando". Era la ·"Novia de México" . Muy cuidada por su mamá Angélica Ortiz y por Carlos Velo .

En los Estudios Churubusco recibió la "familia cinematográfica" al candidato Luis Echeverría. Allá enviaron el dirigible emblema de la campaña. "¡Arriba y Adelante!" La señora Dolores del Río me contó:

"Estuve en Palacio Nacional con mi tío, don Francisco I. Madero. Era yo muy niña. Mi tío me cargó. Y me compró un globo. Tengo todo eso en la memoria. Y llegaban "Los Polivoces" con trajes estridentes. Y Víctor Parra responsable de Estudios América.

Amabilísimo señor. "El Suavecito". Muy serio y culto Enrique LIzalde. Caminé junto al Director de cine Rafael Baledón. Lucía un traje perfectamente bien cortado. "Príncipe de Gales". Ägil, distinguido. De pronto una mujer muy entrada en carnes se le plantó y lo abrazó. Pegó su rostro al tórax del marido de LIlia Michel:

"Lo felicito, compañero Baledón. Así se hace -le dijo la rotunda señora.

"Muchas Gracias, señora. Muchas gracias -pronunciaba Baledón quien procuró desasirse.

"Lo que usted hace es lo mejor para el cine, compañero -dijo ya libre la mujer.

"¿Quién es usted? -quiso saber muy intrigado Rafael Baledón.

"Soy la viuda de Alfonso Macarúa Alonso. El líder cinematografista al que mandó matar el criminal Gabriel Alarcón. El que es dueño de la Cadena de Oro. Y de "El Heraldo de México".

Baledón y yo nos quedamos petrificados. Recordamos el terrible crimen. Conocíamos al señalado criminal.

C O N T I N U A R A


Por Miguel Reyes Razo


La señora Lya Engel se empeñó en obtener una invitación para el estreno del musical "Hair", en Acapulco. Yul Bryner estuvo entre los invitados a la que a la postre fue la única representación de la obra. "¡Muera el "Chango" Díaz Ordaz!" apareció en el escenario del teatro. Varios actores sostenían la manta. Esa misma noche el teatro fue clausurado y productores de la pieza fueron a dar a la cárcel. "Violaciones al Reglamento de Espectáculos y deficiencias en los equipos contra incendios" fue el argumento de la autoridad acapulqueña. "Hair" no se representó más. Los productores perdieron hasta la camisa. Pixie Hopkins experta en pelucas y bisoñés y pestañas postizas también.

Tenía que "cubrir" filmaciones. Ir a las "locaciones". Leticia Robles, Carlos Ancira, Meche Carreño y David Reynoso filmaban -por rumbos de Culhuacan- "Vagabunda". Novela del escritor Luis Spota. Un forzudo Juan Miranda estaba en el reparto. Se "rodaba" de madrugada. De Lindavista a allá había buenas leguas. Pero en 1969 la Ciudad de México era muy segura.

"¿ Qué ha leido usted, señorita Robles? -le pregunté a la joven "Rostro del 68".

"Pues todo, ¿nooo? -me respondió con ojos dilatados por la sorpresa la bella elegida por El Heraldo de México y Raúl Velasco.

"¿Que opina del "boom" latinoamericano, señorita Robles?

"¡Genial!, noooo? -devolvió

"¿Qué le parece Julio Cortázar, señorita Robles?

"¡Único! ¿nooo?

"¿Y Carlos Fuentes, señorita Robles?

"¡Fantabuloso! ¿nooo?

La señorita Mercedes Carreño vivía por las calles de Peña y Peña. Cerca del cine "Acapulco". Peleaba con el lenguaje. "Doptor. Coptel" eran algunas palabras que le costaba trabajo pronunciar. Delgaducha merecía el mote de "La Bruja" entre sus vecinos de la Colonia Morelos. Pero Don Octavio Alba -Director de "Cine Mundial", propiedad de Luis Javier Solana y un fotógrafo apodado "Charro" y de apellido Barragán la observaron con otros ojos. La invitaron a una sesión de fotografías en alguno de los balnearios de la Calzada México-Puebla. "Las Termas" "Elba" "Américas".

Mercedes Carreño se apareció en bikini. Labiosos, tentadores, maliciosos, los periodistas tentaron a la muchacha. "¿Qué tal si se quitaba el corpiño y dejaba al aire su busto?" Remoloneó la vecina de la Colonia Morelos. Tan peligrosa desde que fue la Colonia de la Bolsa. Se hizo del rogar. Por fin accedió y al desprenderse de la tela superior del bi-kini dio a luz al "mono-kini". Días después era la portada del tabloide que alguna vez perteneció al actor Mario Moreno Reyes. "Cantinflas".

Exhibirse así le significó un golpe de fortuna a la flacucha -pero muy armoniosa y bien proporcionada - Meche Carreño. Le llegó al corazón a un judío llamado José Lorenzo Zakany quien obtenía carretadas de millones de pesos al crear fraccionamientos en el estado de México. Se convirtió en protector de la refulgente estrella y la trasladó de la calle Peña y Peña a la exclusiva Anzures. En la calle Gutenberg está la casona.

Meche Carreño y su mamá eran muy dadas a viajar y a tratar profundamente a los brujos de Catemaco. Pasaban temporadas ahí. De su trato con el señor Zakany, Meche Carreño obtuvo financiamientos para realizar costosas películas en Europa. Guillermo Murray trabajaba a su lado. La cigüeña le trajo a la pareja Zakany-Carreño un niño a quien Meche llamaba con el cariñoso "Joseito". Hoy la residencia es un bufete del que se dice , es socio Liébano Saenz.

El Banco Nacional Cinematográfico sesionaba cada semana. Los lunes los productores presentaban proyectos y requerían préstamos. Don Emilio O. Rabasa era el director de la institución. Distante, inaccesible a los reporteros llamó a Rita Ganem -del periódico Novedades y a ReyesRazo de AMEX.

"Pues quiero decirles -dijo displicente- que voy a cambiar de río…

"¿Cómo es eso, licenciado? -planteó Rita Gánem

"Si. Ejem, ejem -soltó Rabasa. Verán. Dejaré este tan cercano Río Churubusco y me iré al Potomac…

Notó el abogado Emilio O. Rabasa nuestro desconcierto y siguió:

"Bueno. Es que voy a ser embajador de México. Me envían a un país sin importancia casi…

"Iré a Washington. El Presidente Electo, Luis Echeverría me designó. Los voy a echar mucho de menos, muchachos…

Vino Clint Estwood a México. Filmaría "Dos mulas para la hermana Sara" con Shirley MacLaine. Locaciones en Cuernavaca. Rodaje. Clint a caballo.

El ex tenor clásico Antonio Aguilar dejó de lado su programa semanal en la XEW y se vistió de charro. Y pegó. Se imaginó Emiliano Zapata. Sin leer "Raíz y Razón de Zapata" de Jesús Sotelo Inclán pidió -y obtuvo- más de diez millones de pesos de financiamiento. "Película de aliento", la clasificaron. Contrató a una artista peruana, Patricia Azpillaga, para ser Josefa, la mujer del Caudillo del Sur.

E invitó a algunos reporteros a Zacatecas. De ida y vuelta el mismo día. Entre los que presenciamos -desde el Cerro de la Bufa- recios combates estaba Carlos Monsivais. Casi en el borde -al filo del abismo- comencé a platicar con el personaje que lo mismo era "Sabio Monsivais" en la historieta "Chanoc", que un ebrio Santa Claus en la película "Los Caifanes" con Julissa, Enrique Álvarez Félix y Eduardo López Rojas. Carlos Monsivais atraía.

"Por mi -reveló entonces- me la hubiera pasado sumido en libros. Me gustó estudiar. Decidí cursar todos los bachilleratos. Aprendía y me divertía. Hasta que mi mamá me dijo: "Ya es hora de que te pongas a trabajar. Tienes que ayudar a sostener esta casa." Y ni hablar. No quiero que me tengan por un desgraciado que no ayuda a su pobre mamá. Como si se tratara de "El Derecho de nacer" de Félix B. Caignet.

Actuaba Carlos Monsivais. Era divertido, ingenioso, irreverente. Y disfrutaba que un reportero se deslumbrara con su personalidad. Años después me llamó:

"Preparo un libro sobre la Historia de la Crónica en México. "A Ustedes les consta", se llamará. Selecciono trabajos tuyos. Pásame la fecha de tu nacimiento.

Entonces Angélica María Hartman recibía en su casa de las Lomas de Chapultepec a José Agustín el exitoso novelista-rockero- exaltador de la mariguana que la dirigirían "Cinco de Chocolate y uno de fresa" y en "Ya sé quien eres. Te he estado observando". Era la ·"Novia de México" . Muy cuidada por su mamá Angélica Ortiz y por Carlos Velo .

En los Estudios Churubusco recibió la "familia cinematográfica" al candidato Luis Echeverría. Allá enviaron el dirigible emblema de la campaña. "¡Arriba y Adelante!" La señora Dolores del Río me contó:

"Estuve en Palacio Nacional con mi tío, don Francisco I. Madero. Era yo muy niña. Mi tío me cargó. Y me compró un globo. Tengo todo eso en la memoria. Y llegaban "Los Polivoces" con trajes estridentes. Y Víctor Parra responsable de Estudios América.

Amabilísimo señor. "El Suavecito". Muy serio y culto Enrique LIzalde. Caminé junto al Director de cine Rafael Baledón. Lucía un traje perfectamente bien cortado. "Príncipe de Gales". Ägil, distinguido. De pronto una mujer muy entrada en carnes se le plantó y lo abrazó. Pegó su rostro al tórax del marido de LIlia Michel:

"Lo felicito, compañero Baledón. Así se hace -le dijo la rotunda señora.

"Muchas Gracias, señora. Muchas gracias -pronunciaba Baledón quien procuró desasirse.

"Lo que usted hace es lo mejor para el cine, compañero -dijo ya libre la mujer.

"¿Quién es usted? -quiso saber muy intrigado Rafael Baledón.

"Soy la viuda de Alfonso Macarúa Alonso. El líder cinematografista al que mandó matar el criminal Gabriel Alarcón. El que es dueño de la Cadena de Oro. Y de "El Heraldo de México".

Baledón y yo nos quedamos petrificados. Recordamos el terrible crimen. Conocíamos al señalado criminal.

C O N T I N U A R A