/ viernes 12 de agosto de 2022

¡Dejé de leer noticias!, porque no son para humanos 

“¡La vida real es deprimente! Hay una pandemia, ¡Racismo!, ¡Cambio climático!, ¡Inflación!, ¡Debería estar deprimida!” Estas son expresiones de la periodista Amanda Ripley de The Washington Post en “Dejé de leer noticias. ¿El problema soy yo o son los productos?”, después de contar el secreto que le provocó vergüenza profesional: “He evitado leer las noticias durante años”.

La escritora afirma: “Sentía que era mi deber estar informada, como ciudadana y como periodista”. Sin embargo, acepta algo que es políticamente incorrecto para la tropa: “Las noticias comenzaron a irritarme. Después de leer por las mañanas, me sentía tan agotada y desmotivada”. Su hipótesis es que se dedicó por años a contar noticias negativas como “ataques terroristas, huracanes y accidentes aéreos”. Acepta que desarrolló algo parecido a “una alergia al gluten, mientras cultivaba trigo”.

¿La solución? De acuerdo con su terapeuta: “Dejar de consumir noticias. Eso me hizo sentir mal ¿No era importante estar informado? Dejar las noticias era como dejar el mundo”. Comparte que muchas colegas hacían lo mismo, y recordó que algunos ejecutivos de empresas de tecnología admitieron que no permitían que sus hijos usaran los productos que habían inventado. En un tono apocalíptico asegura: “Y eso llega al corazón del problema: Si tantos de nosotros nos sentimos envenenados por nuestros propios productos, ¿Estamos haciendo algo mal?”

A la pregunta de ¿Por qué las audiencias evitan las noticias? El Instituto Reuters ha concluido que “cuantas más noticias consumimos sobre eventos con víctimas masivas, más sufrimos”. Algunos analistas consideran que el problema es el sesgo, otros que es el modelo de negocio, ya que el Dios del clic es lo más importante, aparecer y presumirse en las listas de Comscore, aunque la noticia más popular sea la del trasero de una Tiktocker o las reacciones a los complejos de inferioridad, disfrazados de lucha de clases provocados por un mensaje anónimo en Twitter contra un restaurante. Sin embargo, hay otra causa: El factor humano.

La hipótesis de esta periodista se basa en tres características que carece la información periodística: 1.- Necesitamos buenas noticias que brinden esperanza por las mañanas; 2.- Los humanos demandamos sentir que podemos colaborar en la solución de un problema, como el calentamiento global; y 3.- Requerimos dignidad. “En el periodismo es primordial escuchar a los lectores”.

Es difícil generalizar sobre los medios de información, pero es justo decir que, si los sitios de noticias fueran personas, la mayoría estaría clínicamente deprimida en este momento. “Las personas que producen las noticias están luchando y, aunque es probable que no lo admitan, está distorsionando la cobertura. Los adictos a las noticias tienden a beber profundamente de la oscuridad, pensando erróneamente que los hará más agudos. Toda esa angustia no tiene a dónde ir, y se filtra en nuestras historias”. En otras palabras, se necesitan noticias para humanos, y en el caso de los EE. UU. buscar al 42% que eviten las noticias, y en México al 37%, porque sería erróneo pensar que la solución es dejar de leer y analizar noticias; ya que se debilitarían los contrapesos al poder gubernamental.


Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM. Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco

“¡La vida real es deprimente! Hay una pandemia, ¡Racismo!, ¡Cambio climático!, ¡Inflación!, ¡Debería estar deprimida!” Estas son expresiones de la periodista Amanda Ripley de The Washington Post en “Dejé de leer noticias. ¿El problema soy yo o son los productos?”, después de contar el secreto que le provocó vergüenza profesional: “He evitado leer las noticias durante años”.

La escritora afirma: “Sentía que era mi deber estar informada, como ciudadana y como periodista”. Sin embargo, acepta algo que es políticamente incorrecto para la tropa: “Las noticias comenzaron a irritarme. Después de leer por las mañanas, me sentía tan agotada y desmotivada”. Su hipótesis es que se dedicó por años a contar noticias negativas como “ataques terroristas, huracanes y accidentes aéreos”. Acepta que desarrolló algo parecido a “una alergia al gluten, mientras cultivaba trigo”.

¿La solución? De acuerdo con su terapeuta: “Dejar de consumir noticias. Eso me hizo sentir mal ¿No era importante estar informado? Dejar las noticias era como dejar el mundo”. Comparte que muchas colegas hacían lo mismo, y recordó que algunos ejecutivos de empresas de tecnología admitieron que no permitían que sus hijos usaran los productos que habían inventado. En un tono apocalíptico asegura: “Y eso llega al corazón del problema: Si tantos de nosotros nos sentimos envenenados por nuestros propios productos, ¿Estamos haciendo algo mal?”

A la pregunta de ¿Por qué las audiencias evitan las noticias? El Instituto Reuters ha concluido que “cuantas más noticias consumimos sobre eventos con víctimas masivas, más sufrimos”. Algunos analistas consideran que el problema es el sesgo, otros que es el modelo de negocio, ya que el Dios del clic es lo más importante, aparecer y presumirse en las listas de Comscore, aunque la noticia más popular sea la del trasero de una Tiktocker o las reacciones a los complejos de inferioridad, disfrazados de lucha de clases provocados por un mensaje anónimo en Twitter contra un restaurante. Sin embargo, hay otra causa: El factor humano.

La hipótesis de esta periodista se basa en tres características que carece la información periodística: 1.- Necesitamos buenas noticias que brinden esperanza por las mañanas; 2.- Los humanos demandamos sentir que podemos colaborar en la solución de un problema, como el calentamiento global; y 3.- Requerimos dignidad. “En el periodismo es primordial escuchar a los lectores”.

Es difícil generalizar sobre los medios de información, pero es justo decir que, si los sitios de noticias fueran personas, la mayoría estaría clínicamente deprimida en este momento. “Las personas que producen las noticias están luchando y, aunque es probable que no lo admitan, está distorsionando la cobertura. Los adictos a las noticias tienden a beber profundamente de la oscuridad, pensando erróneamente que los hará más agudos. Toda esa angustia no tiene a dónde ir, y se filtra en nuestras historias”. En otras palabras, se necesitan noticias para humanos, y en el caso de los EE. UU. buscar al 42% que eviten las noticias, y en México al 37%, porque sería erróneo pensar que la solución es dejar de leer y analizar noticias; ya que se debilitarían los contrapesos al poder gubernamental.


Comunicólogo político y académico de la FCPyS UNAM. Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco