/ viernes 12 de abril de 2024

Tiempos y relojes electorales

En política no hay sorpresas, pero sí muchos sorprendidos. El escritor Lewis Carrol explicó en Alicia en el país de las maravillas, que los seres humanos y personajes de una fábula comparamos, estúpidamente, al tiempo con un reloj. Pero el tiempo es relativo y está más allá de una métrica de 12 manecillas.

Un profesor de la FCPyS UNAM explicaba en su interesante clase de Sociedad y Comunicación que la ciencia se auxilia de la lógica, ya que hay muchas métricas, como el tiempo, que deben ser interpretadas con signos. Por ejemplo, usamos la lógica para medir la distancia entre la luna y el sol, pero nadie ha tomado una cinta métrica y ha medido metro por metro la distancia de más de 384 mil 400 km.

Sirva lo anterior para interpretar los tiempos electorales a través de varios relojes. Unos que están adelantados y esperan tomar posesión el primero de septiembre, otros que van muy atrasados por más de 10 o 20 puntos, y los más “viejitos” a los que ya se les acabó la pila y se quedaron en la old fashion.

Por ejemplo, el domingo pasado “el señor tiempo” se ganó la nota del primer debate presidencial por materializar al presunto culpable y acreedor de las quejas de las y el suspirante a la silla presidencial; que señalaron al cronómetro de fallar y perjudicar la dinámica en el intercambio de ideas. La mera verdad es que el discípulo de “cronos” sí falló; pero no podemos sentenciar que fue el responsable del aburrimiento dominicanal. Lo que observamos es que hay poca habilidad de improvisar los formatos y la mejor salida fue una cadena de amarguras y quejas en todas las entrevistas del post debate.

A menos de dos meses de la jornada electoral los resultados parecen previsibles. Los que van a la delantera empiezan a administrar sus tiempos. A la pregunta de ¿Quién ganó el primer round? Es muy sencillo responder, quien no perdió la delantera. ¿Quién no sacó provecho? Pues la candidata que nunca mandó a las cuerdas a la puntera. Fue un ejercicio donde los protagonistas del post debate, animaron más al respetable que sus protagonistas.

Faltan dos rounds más y tendremos una ganadora que tendrá seis años para comprobar que el “tiempo le dio la razón”. La perdedora argumentó que “le faltó tiempo”, y el tercero en discordia dirá que tendrá mucho más tiempo para seguir mostrando su sonrisa fingida. Mientras tanto a los que se les está acabando el tiempo son a los indecisos, algunos piensan que si no votan es la mejor decisión de rebeldía de su vida, pero se equivocan, ya que la poca participación beneficia a los punteros y les dará más tiempo en el poder.

Cada seis años la clase política gobernante promete que habrá mejores tiempos, que solo es cuestión de tiempo y que los tiempos son perfectos para los cambios, bla, bla, bla. Lo importante es que ha pasado mucho tiempo en donde la realidad ha mostrado como es el único contrapeso para los políticos que lo que mejor hacen es jugar con los tiempos políticos no solo de sus electores, sino de las nuevas generaciones, las cuales por cierto tienen poco tiempo, aunque no lo vean así, para darle otros tiempos a su vida y al país. Después de este trabalenguas electoral. Al tiempo.

Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco

En política no hay sorpresas, pero sí muchos sorprendidos. El escritor Lewis Carrol explicó en Alicia en el país de las maravillas, que los seres humanos y personajes de una fábula comparamos, estúpidamente, al tiempo con un reloj. Pero el tiempo es relativo y está más allá de una métrica de 12 manecillas.

Un profesor de la FCPyS UNAM explicaba en su interesante clase de Sociedad y Comunicación que la ciencia se auxilia de la lógica, ya que hay muchas métricas, como el tiempo, que deben ser interpretadas con signos. Por ejemplo, usamos la lógica para medir la distancia entre la luna y el sol, pero nadie ha tomado una cinta métrica y ha medido metro por metro la distancia de más de 384 mil 400 km.

Sirva lo anterior para interpretar los tiempos electorales a través de varios relojes. Unos que están adelantados y esperan tomar posesión el primero de septiembre, otros que van muy atrasados por más de 10 o 20 puntos, y los más “viejitos” a los que ya se les acabó la pila y se quedaron en la old fashion.

Por ejemplo, el domingo pasado “el señor tiempo” se ganó la nota del primer debate presidencial por materializar al presunto culpable y acreedor de las quejas de las y el suspirante a la silla presidencial; que señalaron al cronómetro de fallar y perjudicar la dinámica en el intercambio de ideas. La mera verdad es que el discípulo de “cronos” sí falló; pero no podemos sentenciar que fue el responsable del aburrimiento dominicanal. Lo que observamos es que hay poca habilidad de improvisar los formatos y la mejor salida fue una cadena de amarguras y quejas en todas las entrevistas del post debate.

A menos de dos meses de la jornada electoral los resultados parecen previsibles. Los que van a la delantera empiezan a administrar sus tiempos. A la pregunta de ¿Quién ganó el primer round? Es muy sencillo responder, quien no perdió la delantera. ¿Quién no sacó provecho? Pues la candidata que nunca mandó a las cuerdas a la puntera. Fue un ejercicio donde los protagonistas del post debate, animaron más al respetable que sus protagonistas.

Faltan dos rounds más y tendremos una ganadora que tendrá seis años para comprobar que el “tiempo le dio la razón”. La perdedora argumentó que “le faltó tiempo”, y el tercero en discordia dirá que tendrá mucho más tiempo para seguir mostrando su sonrisa fingida. Mientras tanto a los que se les está acabando el tiempo son a los indecisos, algunos piensan que si no votan es la mejor decisión de rebeldía de su vida, pero se equivocan, ya que la poca participación beneficia a los punteros y les dará más tiempo en el poder.

Cada seis años la clase política gobernante promete que habrá mejores tiempos, que solo es cuestión de tiempo y que los tiempos son perfectos para los cambios, bla, bla, bla. Lo importante es que ha pasado mucho tiempo en donde la realidad ha mostrado como es el único contrapeso para los políticos que lo que mejor hacen es jugar con los tiempos políticos no solo de sus electores, sino de las nuevas generaciones, las cuales por cierto tienen poco tiempo, aunque no lo vean así, para darle otros tiempos a su vida y al país. Después de este trabalenguas electoral. Al tiempo.

Comunicólogo político, académico de la FCPyS UNAM y Maestro en Periodismo Político @gersonmecalco