/ viernes 31 de julio de 2020

Disciplina para construir el futuro

El 6 de junio del 2021 define uno de los momentos mas importantes en la vida democrática del país. La elección más grande de la historia reciente del país implicará la elección de 15 gubernaturas, congresos locales, presidencias municipales en distintos estados y la renovación de la Cámara de Diputados.


El gobierno y su partido han delineado con toda claridad su estrategia electoral. El combate a la corrupción del pasado, con los videoescándalos presentados por Emilio Lozoya serán la narrativa en la que Morena buscará descansar su propuesta al electorado. Por otro lado, la oposición buscará entre las distintas crisis que sufre el país, articular un discurso que le haga sentido al electorado. El colapso que sufre la economía nacional sin duda podría ser un eje troncal en el que descansen las críticas al mal desempeño gubernamental.


Aún cuando a nivel estatal las lógicas locales habrán de presentar dinámicas diferentes, en el plano nacional se vislumbra una elección entre dos polos. El “conmigo o contra mí” planteado por AMLO, empieza a alinear un ambiente colectivo en torno al cual girarán los siguientes meses. Aún cuando no esta claro si se logrará construir una coalición amplia entre los partidos de oposición, lo cierto es que el voto disidente no se fragmentará como en 2018 y se alineará en torno a quien mejores condiciones tenga para rivalizar a Morena.


Mas allá de la polarización política, la pregunta que aún no encuentra una respuesta clara es, ¿cómo se construirá un mejor futuro para México? Más aún, ¿cómo participará la sociedad en la construcción de esa visión de futuro?


En 2018 se manifestó una fuerza social que explotó en contra de la política tradicional. Encontró en AMLO un vehículo para señalar su descontento y de manera copiosa se manifestó en las urnas. Fue la primera representación electoral de una sociedad con mejores capacidades de información, comunicación y organización. Desafortunadamente, la fuerza popular que buscaba una mayor descentralización del poder social, económico y político, se ha topado con el hecho de que en lugar de mayor desconcentración, desde el gobierno se promueve la re-centralización del poder.


No obstante, esa fuerza popular sigue ahí latente. Acelerados por la pandemia y el confinamiento, los nuevos instrumentos de comunicación, han evidenciado que la sociedad se puede articular de manera exponencial. Los foros, los webinars, las conferencias y el diálogo están presentes de manera creciente.


Esta es una gran noticia de cara a la elección intermedia que viene. Quien logre reactivar ese músculo social, podrá incidir de manera decisiva en el 2021. Para ello debemos profundizar tres acciones con disciplina:


1. Informar. Hay que verificar, evaluar y compartir información fidedigna para poder criticar, exigir y sobre todo votar con inteligencia.


2. Comunicar. Fijar posición respecto a los actos de gobierno y proponer alternativas, difundirlas e interactuar con el círculo de amigos, familiares y compañeros. Frente a la polarización hay que promover la conversación.


3. Organizar. Articular la movilización social, incitar a la organización colectiva y la libre expresión de las preocupaciones que generan los actos de gobierno. El modelo de organización debe ayudar a capacitar y penetrar en todos los ámbitos sectoriales y territoriales para que este modelo de activismo ciudadano se viralice.


Sigamos estos pasos para abonar a la consolidación de la #SociedadHorizontal que tanto anhelamos.

El 6 de junio del 2021 define uno de los momentos mas importantes en la vida democrática del país. La elección más grande de la historia reciente del país implicará la elección de 15 gubernaturas, congresos locales, presidencias municipales en distintos estados y la renovación de la Cámara de Diputados.


El gobierno y su partido han delineado con toda claridad su estrategia electoral. El combate a la corrupción del pasado, con los videoescándalos presentados por Emilio Lozoya serán la narrativa en la que Morena buscará descansar su propuesta al electorado. Por otro lado, la oposición buscará entre las distintas crisis que sufre el país, articular un discurso que le haga sentido al electorado. El colapso que sufre la economía nacional sin duda podría ser un eje troncal en el que descansen las críticas al mal desempeño gubernamental.


Aún cuando a nivel estatal las lógicas locales habrán de presentar dinámicas diferentes, en el plano nacional se vislumbra una elección entre dos polos. El “conmigo o contra mí” planteado por AMLO, empieza a alinear un ambiente colectivo en torno al cual girarán los siguientes meses. Aún cuando no esta claro si se logrará construir una coalición amplia entre los partidos de oposición, lo cierto es que el voto disidente no se fragmentará como en 2018 y se alineará en torno a quien mejores condiciones tenga para rivalizar a Morena.


Mas allá de la polarización política, la pregunta que aún no encuentra una respuesta clara es, ¿cómo se construirá un mejor futuro para México? Más aún, ¿cómo participará la sociedad en la construcción de esa visión de futuro?


En 2018 se manifestó una fuerza social que explotó en contra de la política tradicional. Encontró en AMLO un vehículo para señalar su descontento y de manera copiosa se manifestó en las urnas. Fue la primera representación electoral de una sociedad con mejores capacidades de información, comunicación y organización. Desafortunadamente, la fuerza popular que buscaba una mayor descentralización del poder social, económico y político, se ha topado con el hecho de que en lugar de mayor desconcentración, desde el gobierno se promueve la re-centralización del poder.


No obstante, esa fuerza popular sigue ahí latente. Acelerados por la pandemia y el confinamiento, los nuevos instrumentos de comunicación, han evidenciado que la sociedad se puede articular de manera exponencial. Los foros, los webinars, las conferencias y el diálogo están presentes de manera creciente.


Esta es una gran noticia de cara a la elección intermedia que viene. Quien logre reactivar ese músculo social, podrá incidir de manera decisiva en el 2021. Para ello debemos profundizar tres acciones con disciplina:


1. Informar. Hay que verificar, evaluar y compartir información fidedigna para poder criticar, exigir y sobre todo votar con inteligencia.


2. Comunicar. Fijar posición respecto a los actos de gobierno y proponer alternativas, difundirlas e interactuar con el círculo de amigos, familiares y compañeros. Frente a la polarización hay que promover la conversación.


3. Organizar. Articular la movilización social, incitar a la organización colectiva y la libre expresión de las preocupaciones que generan los actos de gobierno. El modelo de organización debe ayudar a capacitar y penetrar en todos los ámbitos sectoriales y territoriales para que este modelo de activismo ciudadano se viralice.


Sigamos estos pasos para abonar a la consolidación de la #SociedadHorizontal que tanto anhelamos.