/ domingo 20 de octubre de 2019

El Estado fallido y arrodillado 

El 17 de octubre de 2019 será recordado en nuestro país no por el evento de inicio de obras del aeropuerto de Santa Lucía, sino por ser el día que de manera pública el Estado mexicano sucumbió ante el cártel de Sinaloa.

El Estado está para combatir al crimen, claro, con estrategia, porque lo de ayer en Culiacán fue precipitado y mal planeado, esto dicho por el propio gobierno. Al menos, así lo reconoció la Secretaría de la Defensa Nacional. La estrategia del gobierno de México no existe, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere de manera recurrente a la estrategia fallida del pasado, ahora no existe ninguna.

Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad, primero señaló que fue fortuita la captura de Ovidio Guzmán, posteriormente López Obrador dijo que fue un operativo para cumplir una orden de captura y finalmente el gabinete de seguridad señaló que fue un operativo mal planeado. \u0009

El día de ayer Culiacán, la capital del estado de Sinaloa vivió horas de pánico, nos hizo comprender que el narco gobierna estados completos y por primera vez vimos a un Estado rebasado por un grupo armado. El evento no se dio en la sierra ni en alguna población lejana, se dio en una ciudad con miles de habitantes a plena luz del día.

No hay duda que en Sinaloa gobierna es el cártel que encabezaba Joaquín Guzmán y ahora sus hijos, las imágenes que circularon ayer así lo demuestran. Por la noche los patrullajes eran de los narcotraficantes y no de los policías, no hay ley más que la del crimen organizado y la gente lo sabe.

López Obrador muestra un afán constante en alejarse de la polémica del combate al narcotráfico. Un afán que lo ha hecho parecer un mandatario timorato, sin ideas claras sobre su responsabilidad que su cargo requiere. El presidente no asistió a Culiacán ni modificó su agenda, tampoco abundó en su estrategia y de nueva manera le echó la culpa al pasado.

En Culiacán se sentó un precedente. El camino de los capos del narcotráfico y de la delincuencia organizada será el mismo, amenazar a los ciudadanos para que no se les moleste. El gobierno de México cedió ante el crimen y ese hecho marcará un antes y un después para este gobierno.

Hoy sabemos que el Presidente y su gobierno no harán grandes detenciones, porque ante su lógica es más seguro que un narcotraficante esté en la calle que detenido, eso también lo dijo Alfonso Durazo. El trabajo de las autoridades sí es el resguardo de los ciudadanos, pero también el de erradicar al crimen, hoy la decisión está tomada, estamos más cerca de un pacto con el narcotráfico que de una estrategia que lo combata.


El 17 de octubre de 2019 será recordado en nuestro país no por el evento de inicio de obras del aeropuerto de Santa Lucía, sino por ser el día que de manera pública el Estado mexicano sucumbió ante el cártel de Sinaloa.

El Estado está para combatir al crimen, claro, con estrategia, porque lo de ayer en Culiacán fue precipitado y mal planeado, esto dicho por el propio gobierno. Al menos, así lo reconoció la Secretaría de la Defensa Nacional. La estrategia del gobierno de México no existe, el Presidente Andrés Manuel López Obrador se refiere de manera recurrente a la estrategia fallida del pasado, ahora no existe ninguna.

Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad, primero señaló que fue fortuita la captura de Ovidio Guzmán, posteriormente López Obrador dijo que fue un operativo para cumplir una orden de captura y finalmente el gabinete de seguridad señaló que fue un operativo mal planeado. \u0009

El día de ayer Culiacán, la capital del estado de Sinaloa vivió horas de pánico, nos hizo comprender que el narco gobierna estados completos y por primera vez vimos a un Estado rebasado por un grupo armado. El evento no se dio en la sierra ni en alguna población lejana, se dio en una ciudad con miles de habitantes a plena luz del día.

No hay duda que en Sinaloa gobierna es el cártel que encabezaba Joaquín Guzmán y ahora sus hijos, las imágenes que circularon ayer así lo demuestran. Por la noche los patrullajes eran de los narcotraficantes y no de los policías, no hay ley más que la del crimen organizado y la gente lo sabe.

López Obrador muestra un afán constante en alejarse de la polémica del combate al narcotráfico. Un afán que lo ha hecho parecer un mandatario timorato, sin ideas claras sobre su responsabilidad que su cargo requiere. El presidente no asistió a Culiacán ni modificó su agenda, tampoco abundó en su estrategia y de nueva manera le echó la culpa al pasado.

En Culiacán se sentó un precedente. El camino de los capos del narcotráfico y de la delincuencia organizada será el mismo, amenazar a los ciudadanos para que no se les moleste. El gobierno de México cedió ante el crimen y ese hecho marcará un antes y un después para este gobierno.

Hoy sabemos que el Presidente y su gobierno no harán grandes detenciones, porque ante su lógica es más seguro que un narcotraficante esté en la calle que detenido, eso también lo dijo Alfonso Durazo. El trabajo de las autoridades sí es el resguardo de los ciudadanos, pero también el de erradicar al crimen, hoy la decisión está tomada, estamos más cerca de un pacto con el narcotráfico que de una estrategia que lo combata.