En memoria de don Jaime Torres Bodet, mexicano universal a 45 años de su muerte.
La procuración de justicia en México se encuentra resquebrajada. Si se quieren analizar las causas de la desconfianza social hacia el gobierno y la autoridad, es justamente en esta rama de la administración pública donde encontramos el origen del cáncer que ha invadido a todo el sector público y convertido a las calles, carreteras, plazas públicas, mercados, parques y transporte público en tierra de nadie.
El pasado 8 de mayo el país se estremeció al atestiguar por medio de diversos videos la forma en que un asesino era capaz de cumplir su cometido en pleno centro de Cuernavaca, con la luz del día, frente al Palacio de Gobierno, con la prensa grabando y sin la menor misericordia privar de la vida a dos personas indefensas.
El ejecutor fue detenido, pero la incapacidad crónica de la autoridad procuradora de justicia para investigar y dar con los autores intelectuales seguramente se hará presente y el muchacho que accionó el arma quedará como “el asesino solitario”, dejando impunes a los autores intelectuales que seguirán disponiendo de otras personas que por cinco mil pesos harán lo que se les ordene.
Ello es posible porque la autoridad no hace su trabajo y los delincuentes lo saben y lo promueven.
Dicha situación no es exclusiva de las procuradurías locales, sino realidad imperante en la otrora Procuraduría General de la República y hoy Fiscalía, responsable de perseguir los delitos federales y que resultan ser los más llamativos a nivel nacional por la magnitud de sus consecuencias.
Por ello llama la atención lo declarado recientemente por el nuevo titular de este órgano autónomo, Alejandro Gertz Manero, al señalar que a 100 días de asumir esta responsabilidad se topó con un completo desorden en la dependencia y como muestra están 21 mil órdenes de aprehensión incumplidas. Y es evidente, por la situación en que se encuentra la seguridad en el país, que esa dependencia no estaba funcionando adecuadamente.
Por ello, Gertz Manero se ha comprometido a limpiar, ordenar y hacer que funcione esa Fiscalía, teniendo como primeros asuntos a resolver casos emblemáticos de corrupción, cuyos primeros resolutivos tendrán lugar durante las últimas semanas de mayo.
Alejandro Gertz Manero es un hombre con amplia trayectoria en el sector público, que ha demostrado capacidad, talento y compromiso con el bien común y entregado buenas cuentas. Y estoy convencido que ésta no será la excepción.
Pero no puede solo, requiere que todos los gobernadores, procuradores y jefes de policía se comprometan y trabajen para transformar esas dependencias infiltradas en el primer e invaluable frente en contra de la delincuencia, el crimen y la impunidad.
Los ministerios públicos, policías, agentes y demás personal que colabora en la procuración de justicia merecen ganar bien, ser protegidos por el Estado y tener el aprecio y reconocimiento de la población.
La nación mexicana no merece menos. Confió en que ha llegado la hora.
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@jlcamachov
