/ martes 3 de julio de 2018

Eliminar delitos electorales, tema pendiente de la democracia

Por: Daniel Gabriel Ávila Ruiz

A los mexicanos nos ha costado bastantes décadas lograr elecciones confiables. Elementos como el sufragio universal, voto secreto, listado nominal, credencial de elector, tinta indeleble, entre otros, han sido desarrollados a través de los años para dar certeza a los comicios. No obstante, aún prevalecen conductas tipificadas como delitos, las cuales deben ser erradicadas de nuestra cultura democrática.

Los delitos electorales no sólo ocurren en el trascurso de las elecciones, sino antes y después de efectuar el voto. Actividades como el llamado al voto para algún candidato o partido por parte de los ministros de culto, realizar actos anticipados de campaña, coaccionar o amenazar el sufragio, recoger y retener credenciales de elector, presionar o amenazar a otras personas para asistir a eventos proselitistas, acarrear personas, pedir evidencia del voto, falsificar o alterar facturas de artículos de promoción, son ejemplos de delitos electorales que se deben erradicar.

El día de la elección los mexicanos no están exentos de padecer los efectos de errores de los funcionarios de casillas que puedan causar confusión en los resultados finales, robo o quema de urnas, así como actos violentos propiciados por grupos criminales. En dicho contexto es importante diferenciar entre delitos electorales federales y locales, por lo que se debe observar qué tipo de elección está vulnerándose, a fin de presentar una denuncia.

Candidatos y partidos políticos son los actores más proclives de ejercer este tipo de ilícitos, aunque cualquier ciudadano puede ser responsable de cometerlos. Por tanto, la Ley debe ser respetada y sancionar a quienes impidan de forma libre el sufragio. Dichos actos llegan a incidir en los resultados finales, por lo que son antidemocráticos e ilegales, lo cual puede dañar el tejido social.

Es importante que quienes aspiran a un cargo de elección popular y las preferencias no los favorezcan sean proclives a aceptar la derrota. De hecho, por el número de partidos políticos y candidatos participantes, es más probable perder que ganar unos comicios. Por ello, la mesura, honestidad y participar con valores deben ser los principios con los que se deben conducir quienes ejercen una candidatura.

Ante el proceso electoral que los mexicanos estamos viviendo frente debemos cuidar la elección, debemos fortalecer la cultura de la denuncia y evitar caer en situaciones que pongan en peligro la democracia. Además, las autoridades deben ser responsables y castigar con todo el rigor a los ciudadanos que perjudiquen el acontecer de la jornada electoral.

No sólo están en juego las candidaturas a Presidente de la República, Senadores, diputados federales y autoridades locales; sino que la confianza en las instituciones y la valoración de la democracia también son valorados.

El fraude y las artimañas deben desaparecer de los procesos electorales, superarlos será un proceso de madurez ciudadana. Estos cambios son posibles debido a que los ciudadanos cuentan ahora con tecnologías de la información para reportar o tener evidencias de actos ilegales durante los comicios. Este 1 de julio asiste a tu cita a las urnas y no dejes que nadie manipule tu voto.

*Senador por Yucatán. Presidente de la Comisión de Reforma Agraria, Secretario del Comité Directivo del Instituto Belisario Domínguez y la Comisión Bicameral del Canal del Congreso e integrante de las comisiones de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico, Turismo, Juventud y Deporte.

Por: Daniel Gabriel Ávila Ruiz

A los mexicanos nos ha costado bastantes décadas lograr elecciones confiables. Elementos como el sufragio universal, voto secreto, listado nominal, credencial de elector, tinta indeleble, entre otros, han sido desarrollados a través de los años para dar certeza a los comicios. No obstante, aún prevalecen conductas tipificadas como delitos, las cuales deben ser erradicadas de nuestra cultura democrática.

Los delitos electorales no sólo ocurren en el trascurso de las elecciones, sino antes y después de efectuar el voto. Actividades como el llamado al voto para algún candidato o partido por parte de los ministros de culto, realizar actos anticipados de campaña, coaccionar o amenazar el sufragio, recoger y retener credenciales de elector, presionar o amenazar a otras personas para asistir a eventos proselitistas, acarrear personas, pedir evidencia del voto, falsificar o alterar facturas de artículos de promoción, son ejemplos de delitos electorales que se deben erradicar.

El día de la elección los mexicanos no están exentos de padecer los efectos de errores de los funcionarios de casillas que puedan causar confusión en los resultados finales, robo o quema de urnas, así como actos violentos propiciados por grupos criminales. En dicho contexto es importante diferenciar entre delitos electorales federales y locales, por lo que se debe observar qué tipo de elección está vulnerándose, a fin de presentar una denuncia.

Candidatos y partidos políticos son los actores más proclives de ejercer este tipo de ilícitos, aunque cualquier ciudadano puede ser responsable de cometerlos. Por tanto, la Ley debe ser respetada y sancionar a quienes impidan de forma libre el sufragio. Dichos actos llegan a incidir en los resultados finales, por lo que son antidemocráticos e ilegales, lo cual puede dañar el tejido social.

Es importante que quienes aspiran a un cargo de elección popular y las preferencias no los favorezcan sean proclives a aceptar la derrota. De hecho, por el número de partidos políticos y candidatos participantes, es más probable perder que ganar unos comicios. Por ello, la mesura, honestidad y participar con valores deben ser los principios con los que se deben conducir quienes ejercen una candidatura.

Ante el proceso electoral que los mexicanos estamos viviendo frente debemos cuidar la elección, debemos fortalecer la cultura de la denuncia y evitar caer en situaciones que pongan en peligro la democracia. Además, las autoridades deben ser responsables y castigar con todo el rigor a los ciudadanos que perjudiquen el acontecer de la jornada electoral.

No sólo están en juego las candidaturas a Presidente de la República, Senadores, diputados federales y autoridades locales; sino que la confianza en las instituciones y la valoración de la democracia también son valorados.

El fraude y las artimañas deben desaparecer de los procesos electorales, superarlos será un proceso de madurez ciudadana. Estos cambios son posibles debido a que los ciudadanos cuentan ahora con tecnologías de la información para reportar o tener evidencias de actos ilegales durante los comicios. Este 1 de julio asiste a tu cita a las urnas y no dejes que nadie manipule tu voto.

*Senador por Yucatán. Presidente de la Comisión de Reforma Agraria, Secretario del Comité Directivo del Instituto Belisario Domínguez y la Comisión Bicameral del Canal del Congreso e integrante de las comisiones de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico, Turismo, Juventud y Deporte.