/ miércoles 20 de diciembre de 2017

Encuestas y transparencia

Las encuestas y sondeos de opinión en procesos electorales son una herramienta útil para el debate público, para estrategias de campaña de partidos y candidaturas. En época comicial las empresas demoscópicas producen un número considerable de mediciones, sacan fotografías del momento, proyectan cómo va el ánimo de la población votante respecto a posibles o ya formales candidaturas aunque cada vez es más frecuente que existan disonancias pronunciadas entre las urnas y algunos de esos ejercicios, de ahí que es fundamental siempre transparentar las metodologías, tomar en cuenta antecedentes de cada casa encuestadora y asumir que si bien pueden presentarse sesgos en algunos casos, es un hecho que en contiendas cerradas las tendencias se mueven, no se quedan estáticas.

Las encuestas son un termómetro que requiere contexto,no definen ganadores o perdedores de forma anticipada y no todas ni necesariamente la mayoría fallan o acusan sesgos, pero es habitual que algunas casas encuestadoras que trabajan para un partido u otro tiendan a colocar mejor posicionado a su respectivo cliente.

Hay normas vigentes en la materia que no limitan la libertad de difundir encuestas salvo los días previos a la votación definitiva, pero esa práctica es común en democracias del mundo. Desde 1994 se han aplicado lineamientos diversos, pero ya con la reforma electoral 2014 existen criterios generales de carácter científico y obligación de entregar estudios completos que sustenten los resultados de las que son publicadas en diferentes medios. Así se propicia la transparencia de las metodologías y las muestras. No es lo mismo una encuesta solo telefónica que una en domicilios físicos, tampoco un sondeo de redes sociales frente a una medición con muestra robusta y representativa.

Esa regulación no soluciona errores pero equilibra la libertad de allegarse de datos disponibles, de recabar y difundir tendencias o fotografías de respaldo ciudadano con un candado de transparencia. Durante los procesos electorales locales del 2016 muchas encuestas fueron inexactas. Hubo 12 gubernaturas en juego y las empresas demoscópicas perfilaban victorias mayoritarias de candidatos de un partido y resultó que fue otro por muchos puntos de diferencia. Algo similar ocurrió en la elección presidencial de Estados Unidos, donde los sondeos daban por seguro que la demócrata Hillary Clinton superaría cómodamente al republicano Donald Trump. El desenlace es historia y las encuestadoras entraron en una crisis de confianza. Es el mismo caso del Brexit en Reino Unido la consulta por la paz en Colombia.

El INE hace pública periódicamente la metodología de las casas encuestadoras y la relación de encuestas publicadas, con ello permite a la población valorar a qué base metodológica le da crédito y a cual no.

En 2017 se han rendido cuatro informes. El más reciente revela que se detectaron 226 publicaciones en 529 medios de comunicación impresos: 91 nacionales y 483 locales, durante el periodo comprendido del 9 de noviembre al 6 de diciembre. Viene una lluvia de encuestas y eso abona a una sociedad informada, siempre que estén acompañadas de transparencia.

 

*Consejero electoral del INE

@MarcoBanos

Las encuestas y sondeos de opinión en procesos electorales son una herramienta útil para el debate público, para estrategias de campaña de partidos y candidaturas. En época comicial las empresas demoscópicas producen un número considerable de mediciones, sacan fotografías del momento, proyectan cómo va el ánimo de la población votante respecto a posibles o ya formales candidaturas aunque cada vez es más frecuente que existan disonancias pronunciadas entre las urnas y algunos de esos ejercicios, de ahí que es fundamental siempre transparentar las metodologías, tomar en cuenta antecedentes de cada casa encuestadora y asumir que si bien pueden presentarse sesgos en algunos casos, es un hecho que en contiendas cerradas las tendencias se mueven, no se quedan estáticas.

Las encuestas son un termómetro que requiere contexto,no definen ganadores o perdedores de forma anticipada y no todas ni necesariamente la mayoría fallan o acusan sesgos, pero es habitual que algunas casas encuestadoras que trabajan para un partido u otro tiendan a colocar mejor posicionado a su respectivo cliente.

Hay normas vigentes en la materia que no limitan la libertad de difundir encuestas salvo los días previos a la votación definitiva, pero esa práctica es común en democracias del mundo. Desde 1994 se han aplicado lineamientos diversos, pero ya con la reforma electoral 2014 existen criterios generales de carácter científico y obligación de entregar estudios completos que sustenten los resultados de las que son publicadas en diferentes medios. Así se propicia la transparencia de las metodologías y las muestras. No es lo mismo una encuesta solo telefónica que una en domicilios físicos, tampoco un sondeo de redes sociales frente a una medición con muestra robusta y representativa.

Esa regulación no soluciona errores pero equilibra la libertad de allegarse de datos disponibles, de recabar y difundir tendencias o fotografías de respaldo ciudadano con un candado de transparencia. Durante los procesos electorales locales del 2016 muchas encuestas fueron inexactas. Hubo 12 gubernaturas en juego y las empresas demoscópicas perfilaban victorias mayoritarias de candidatos de un partido y resultó que fue otro por muchos puntos de diferencia. Algo similar ocurrió en la elección presidencial de Estados Unidos, donde los sondeos daban por seguro que la demócrata Hillary Clinton superaría cómodamente al republicano Donald Trump. El desenlace es historia y las encuestadoras entraron en una crisis de confianza. Es el mismo caso del Brexit en Reino Unido la consulta por la paz en Colombia.

El INE hace pública periódicamente la metodología de las casas encuestadoras y la relación de encuestas publicadas, con ello permite a la población valorar a qué base metodológica le da crédito y a cual no.

En 2017 se han rendido cuatro informes. El más reciente revela que se detectaron 226 publicaciones en 529 medios de comunicación impresos: 91 nacionales y 483 locales, durante el periodo comprendido del 9 de noviembre al 6 de diciembre. Viene una lluvia de encuestas y eso abona a una sociedad informada, siempre que estén acompañadas de transparencia.

 

*Consejero electoral del INE

@MarcoBanos