/ viernes 27 de diciembre de 2019

Fama

No es cierto que no tengo nada, por el contrario, tengo mi casa en Cuba y mi departamento en Miami: Liz Vega

¿En el pasado le llegaste a pagar a uno de tus maridos o a un pretendiente?

Sí, los mantuve a todos, el que paga manda y no es que me guste mandar pero desde que salí de Cuba, mi prioridad es mi carrera, por ella sacrifiqué familia, mi país, ser madre y no se me hace justo que llegue alguien con plata a decirme: ‘No me gusta tu medio’.

La gente de la alta sociedad nos ve como una mala influencia porque nos besamos o salimos desnudas; yo hice cinco revistas y entré al medio como Playmate y no acepto que me juzguen pero sufrí tanto de soledad que muchas veces compré amor, cariño, son codependencias. El año que estuve separada de mi primer marido, Federico estuve muy angustiada y un día llorando desesperada le pedí a Dios: 'Necesito un hombre así y así y no quiero batallar', y a la semana Mauro me llegó como del cielo y arregló su vida para meterse en la mía, pero se terminó también.

¿Cuántos matrimonios llevas?

Dos, pero siempre el trabajo lo genero yo y todo está a mi nombre, tengo mi casa en Cuba y mi departamento pequeñito en Miami todo a mi nombre y lo único que quiero es seguir con mis sueños.

¿No quieres ser mamá?

No. Ya cumplí 42 años.

¿Porqué no vives en la Ciudad de México?

Por mi rinitis crónica, no puedo estar aquí, se me tapa la nariz, me duelen la cabeza y los oídos.

Tienes el cuerpo más hermoso del medio artístico y no tienes operadas las pompas, aún así las tienes bien paradas, ¿eso como se logra?

Hacer pesas pero con mucho peso para los glúteos, además yo soy una mujer muy fuerte físicamente ya que he hecho ejercicio toda mi vida, yo competí en el año 2000 en fisicoculturismo, en el Mr. México y gané tercer lugar nacional. Diariamente hago una hora de cardio y de pliometría, que son saltos para trabajar con tu propio peso.

Lo triste es que en vez de que veamos que Liz Vega, quien llegó a México en 1997 y a quien nadie le ha dado nunca nada y todo lo ha conseguido a través de su trabajo, lo único que todos le ven es que se puso “trompita” del “negrito” Babalú.

Todos cuando mencionan el nombre de la vedette sólo ven que se inyectó de más, que no puede ni hablar porque fue con un doctor chambón a diferencia del que le “hizo” una boca muy “chenchual” y esponjada a Michelle Salas, la hija de Luis Miguel. Lo malo es que ella no quiere darnos el nombre de su doctor porque las mujeres son codas desde con sus recetas de pasteles, hasta con el nombre de su tinte de cabello y mucho más con el nombre de su cirujano plástico si las pone guapas.

No es cierto que no tengo nada, por el contrario, tengo mi casa en Cuba y mi departamento en Miami: Liz Vega

¿En el pasado le llegaste a pagar a uno de tus maridos o a un pretendiente?

Sí, los mantuve a todos, el que paga manda y no es que me guste mandar pero desde que salí de Cuba, mi prioridad es mi carrera, por ella sacrifiqué familia, mi país, ser madre y no se me hace justo que llegue alguien con plata a decirme: ‘No me gusta tu medio’.

La gente de la alta sociedad nos ve como una mala influencia porque nos besamos o salimos desnudas; yo hice cinco revistas y entré al medio como Playmate y no acepto que me juzguen pero sufrí tanto de soledad que muchas veces compré amor, cariño, son codependencias. El año que estuve separada de mi primer marido, Federico estuve muy angustiada y un día llorando desesperada le pedí a Dios: 'Necesito un hombre así y así y no quiero batallar', y a la semana Mauro me llegó como del cielo y arregló su vida para meterse en la mía, pero se terminó también.

¿Cuántos matrimonios llevas?

Dos, pero siempre el trabajo lo genero yo y todo está a mi nombre, tengo mi casa en Cuba y mi departamento pequeñito en Miami todo a mi nombre y lo único que quiero es seguir con mis sueños.

¿No quieres ser mamá?

No. Ya cumplí 42 años.

¿Porqué no vives en la Ciudad de México?

Por mi rinitis crónica, no puedo estar aquí, se me tapa la nariz, me duelen la cabeza y los oídos.

Tienes el cuerpo más hermoso del medio artístico y no tienes operadas las pompas, aún así las tienes bien paradas, ¿eso como se logra?

Hacer pesas pero con mucho peso para los glúteos, además yo soy una mujer muy fuerte físicamente ya que he hecho ejercicio toda mi vida, yo competí en el año 2000 en fisicoculturismo, en el Mr. México y gané tercer lugar nacional. Diariamente hago una hora de cardio y de pliometría, que son saltos para trabajar con tu propio peso.

Lo triste es que en vez de que veamos que Liz Vega, quien llegó a México en 1997 y a quien nadie le ha dado nunca nada y todo lo ha conseguido a través de su trabajo, lo único que todos le ven es que se puso “trompita” del “negrito” Babalú.

Todos cuando mencionan el nombre de la vedette sólo ven que se inyectó de más, que no puede ni hablar porque fue con un doctor chambón a diferencia del que le “hizo” una boca muy “chenchual” y esponjada a Michelle Salas, la hija de Luis Miguel. Lo malo es que ella no quiere darnos el nombre de su doctor porque las mujeres son codas desde con sus recetas de pasteles, hasta con el nombre de su tinte de cabello y mucho más con el nombre de su cirujano plástico si las pone guapas.