/ martes 29 de septiembre de 2020

¡Fuera los diputados!

Al figurado amparo de esa consigna el electorado italiano ha decidido echar a la calle a 345 legisladores. Cuando hace dos años redactaba mi libro Democracia Sin Partidos que apareció a principios de este año publicado por Tirant lo Blanch, no pensé que tan pronto fuera a producirse una clara renuncia a la legitimidad de la representación parlamentaria como la ocurrida hace diez días en Italia donde, mediante un referéndum, el pueblo ratificó la decisión previamente tomada ¡unánimemente! por los miembros del parlamento de ese país para reducir en un tercio la cantidad de legisladores.

Eso viene a comprobar las tesis planteadas en mi texto respecto a que la repulsa al sistema de partidos se extiende cada vez en mayor medida y ello obliga a replantear la función que estos desempeñan en las democracias contemporáneas. El desprestigio mancha a toda la clase política que se auto desprecia al corroborar afirmaciones como la que contiene la revista The Economist cuando sostiene que la medida representa triunfo de la antipolítica y de la desconfianza hacia los miembros de la élite gobernante quienes son vistos por muchos italianos como privilegiados, enquistados y corruptibles

Perspicazmente, el periódico español La Razón, en su nota aparecida al día siguiente de la aprobación del referido recorte en el Parlamento italiano, con justificada ironía escribió: “Los políticos italianos se embriagaron ayer en una especie de sueño dulce que les condujo a un suicidio colectivo”. Efectivamente esta medida reconoce el juicio negativo que tiene la ciudadanía respecto de sus representantes en el poder legislativo pero desean corregirlo a partir de una disminución de la cantidad, en lugar de en una elevación de la calidad. Esta no mejora con el cambio, pues en rigor aleja al representante popular de los votantes que deben elegirlo, ya que el número de personas representadas por cada parlamentario aumenta considerablemente. En los análisis comparativos efectuados en diversos medios entre los países europeos respecto de la relación entre la cantidad de habitantes y el tamaño de sus órganos legislativos, ni siquiera parece que Italia estuviera en un nivel de franca desproporción.

Este país cuenta con 630 diputados que, a partir de la elección de 2023 se reducirán a 400; y pasará de 315 senadores a 200. Considerando que tiene 60.6 millones de habitantes, la relación habitantes/diputado que hasta ahora es de 96 mil, a partir de la reducción será de 152 mil. El Reino Unido de la Gran Bretaña que tiene una población de 66 millones, es el país con más legisladores en Europa, con 1,426; 650 en la Cámara de los Comunes y 776 en la de los Lores. Su proporción con respecto a la cámara de representación popular es de 102 mil habitantes por miembro del Parlamento. Francia cuenta con 925 legisladores; 577 diputados a la Asamblea Nacional y 348 senadores, para 67 millones de habitantes lo que da 116 mil por diputado. Alemania, con 82 millones de habitantes, tiene 778 legisladores; 709 diputados y 69 senadores. La proporción es de 116 mil al igual que Francia. En España son 615 parlamentarios; 350 diputados y 265 senadores para casi 47 millones de pobladores; de modo que la relación entre habitantes por diputado es de 133 mil. En comparación con esas naciones México tiene un órgano legislativo relativamente reducido pues sus aproximadamente 120 millones de habitantes están representados por 500 diputados y 128 senadores. La proporción entre diputados y habitantes es de 240 mil. Si tomamos como referencia a Alemania que es el más poblado de los países mencionados, para contar con la misma proporción representativa México podría tener 900 diputados. Evidentemente no estoy pensando en que sea viable un incremento de representantes populares, dado que como hemos señalado el prestigio de los legisladores en todo el mundo se ha derrumbado y por eso en Italia la población compró fácilmente la idea de disminuir la cantidad de sus representantes, lo cual se aprobó en el referéndum con un porcentaje de 70% a favor, cifra que es muy representativa del rechazo generalizado a los políticos profesionales. Pero los ciudadanos no caen verdaderamente en la cuenta de que la medida tiene un alto contenido demagógico puesto que los arreglos entre los grupos parlamentarios siguen siendo altamente incongruentes. El gran promotor de la reducción del parlamento, el Movimiento 5 Estrellas, pese a su discurso en contra del establishment no ha dudado en aliarse con formaciones altamente conservadoras de derecha como la Liga del Norte, para luego cambiar a una coalición con los Demócratas de centro izquierda. Eso no habla en favor de una representación realmente vinculada a los intereses populares y, por otro lado, los promotores de la medida afirmaron que los recortes a aplicar podrían significar hasta mil millones de euros en 10 años, cuando en realidad solo representan un ahorro de 81 millones.



eduardoandrade1948@gmail.com

Al figurado amparo de esa consigna el electorado italiano ha decidido echar a la calle a 345 legisladores. Cuando hace dos años redactaba mi libro Democracia Sin Partidos que apareció a principios de este año publicado por Tirant lo Blanch, no pensé que tan pronto fuera a producirse una clara renuncia a la legitimidad de la representación parlamentaria como la ocurrida hace diez días en Italia donde, mediante un referéndum, el pueblo ratificó la decisión previamente tomada ¡unánimemente! por los miembros del parlamento de ese país para reducir en un tercio la cantidad de legisladores.

Eso viene a comprobar las tesis planteadas en mi texto respecto a que la repulsa al sistema de partidos se extiende cada vez en mayor medida y ello obliga a replantear la función que estos desempeñan en las democracias contemporáneas. El desprestigio mancha a toda la clase política que se auto desprecia al corroborar afirmaciones como la que contiene la revista The Economist cuando sostiene que la medida representa triunfo de la antipolítica y de la desconfianza hacia los miembros de la élite gobernante quienes son vistos por muchos italianos como privilegiados, enquistados y corruptibles

Perspicazmente, el periódico español La Razón, en su nota aparecida al día siguiente de la aprobación del referido recorte en el Parlamento italiano, con justificada ironía escribió: “Los políticos italianos se embriagaron ayer en una especie de sueño dulce que les condujo a un suicidio colectivo”. Efectivamente esta medida reconoce el juicio negativo que tiene la ciudadanía respecto de sus representantes en el poder legislativo pero desean corregirlo a partir de una disminución de la cantidad, en lugar de en una elevación de la calidad. Esta no mejora con el cambio, pues en rigor aleja al representante popular de los votantes que deben elegirlo, ya que el número de personas representadas por cada parlamentario aumenta considerablemente. En los análisis comparativos efectuados en diversos medios entre los países europeos respecto de la relación entre la cantidad de habitantes y el tamaño de sus órganos legislativos, ni siquiera parece que Italia estuviera en un nivel de franca desproporción.

Este país cuenta con 630 diputados que, a partir de la elección de 2023 se reducirán a 400; y pasará de 315 senadores a 200. Considerando que tiene 60.6 millones de habitantes, la relación habitantes/diputado que hasta ahora es de 96 mil, a partir de la reducción será de 152 mil. El Reino Unido de la Gran Bretaña que tiene una población de 66 millones, es el país con más legisladores en Europa, con 1,426; 650 en la Cámara de los Comunes y 776 en la de los Lores. Su proporción con respecto a la cámara de representación popular es de 102 mil habitantes por miembro del Parlamento. Francia cuenta con 925 legisladores; 577 diputados a la Asamblea Nacional y 348 senadores, para 67 millones de habitantes lo que da 116 mil por diputado. Alemania, con 82 millones de habitantes, tiene 778 legisladores; 709 diputados y 69 senadores. La proporción es de 116 mil al igual que Francia. En España son 615 parlamentarios; 350 diputados y 265 senadores para casi 47 millones de pobladores; de modo que la relación entre habitantes por diputado es de 133 mil. En comparación con esas naciones México tiene un órgano legislativo relativamente reducido pues sus aproximadamente 120 millones de habitantes están representados por 500 diputados y 128 senadores. La proporción entre diputados y habitantes es de 240 mil. Si tomamos como referencia a Alemania que es el más poblado de los países mencionados, para contar con la misma proporción representativa México podría tener 900 diputados. Evidentemente no estoy pensando en que sea viable un incremento de representantes populares, dado que como hemos señalado el prestigio de los legisladores en todo el mundo se ha derrumbado y por eso en Italia la población compró fácilmente la idea de disminuir la cantidad de sus representantes, lo cual se aprobó en el referéndum con un porcentaje de 70% a favor, cifra que es muy representativa del rechazo generalizado a los políticos profesionales. Pero los ciudadanos no caen verdaderamente en la cuenta de que la medida tiene un alto contenido demagógico puesto que los arreglos entre los grupos parlamentarios siguen siendo altamente incongruentes. El gran promotor de la reducción del parlamento, el Movimiento 5 Estrellas, pese a su discurso en contra del establishment no ha dudado en aliarse con formaciones altamente conservadoras de derecha como la Liga del Norte, para luego cambiar a una coalición con los Demócratas de centro izquierda. Eso no habla en favor de una representación realmente vinculada a los intereses populares y, por otro lado, los promotores de la medida afirmaron que los recortes a aplicar podrían significar hasta mil millones de euros en 10 años, cuando en realidad solo representan un ahorro de 81 millones.



eduardoandrade1948@gmail.com