La crisis de seguridad que prevalece en el país lastima severamente no solo el sano desarrollo de las familias mexicanas, sino también su economía, salud y educación.
El Instituto para la Economía y la Paz presentó el Índice de Paz en México, en el que analiza el impacto de la actividad delictiva en el desarrollo económico tanto a nivel nacional como en las familias mexicanas.
Se destaca que la violencia tuvo un impacto de 4.57 billones de pesos, lo que representa 21.3% del PIB. El delito más frecuente es el homicidio, siendo la principal causa de muerte en personas de entre 15 y 44 años de edad. Aumentó 86% en los recientes cinco años y la tasa es de 28 homicidios por cada 100 mil habitantes.
La violencia costó ocho veces más que el gasto destinado a la salud y seis veces más que el presupuesto para educación.
A cada mexicano le costó 36 mil 129 pesos la violencia durante 2019.
Como usted ya habrá percibido amable lector, la violencia se refleja en el cierre de pequeños negocios por presencia de grupos delictivos, incremento de robo en todas sus modalidades, extorsión, secuestros e incluso homicidios, los cuales afectan las actividades comerciales, turísticas, empresariales y sociales.
Ésa es la magnitud del grave problema que debe y puede ser atendido con eficacia por cada uno de los tres órdenes de gobierno, para tratar de cambiar el grave curso de la delincuencia en el país.
El 4 de octubre de 2019 la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, nombró al frente de la Secretaría de Seguridad Ciudadana al joven y experimentado servidor público Omar García Harfush, quien a escasos ocho meses de labor al frente del cuerpo policial más numeroso de América Latina, ha marcado una diferencia en la preocupante inercia que la capital de la República había mostrado.
Gran parte de la trayectoria de García Harfush en la procuración de justicia se ha centrado en labores de investigación e inteligencia, lo cual le ha permitido asestar golpes estratégicos y quirúrgicos a los diversos grupos delincuenciales que operan en la gran urbe mexicana.
La reacción inmediata por parte de la policía capitalina ante los primeros casos de robo y saqueo a tiendas de conveniencia envió un mensaje claro y contundente a los infractores: no habría impunidad ni tolerancia. Y ello permitió desactivar esa conducta antisocial.
Los operativos que se han realizado en diversos puntos de la capital se han traducido en la disminución de delitos como homicidios (-17%), secuestro (-65%) y robo a casa habitación (-31%), transporte (-49%), transeunte (-39%) y negocios (-26%). Se trata de un primer avance que debe ser consolidado y aumentado con base en la confianza que se cree entre la sociedad capitalina hacia los policías y agentes ministeriales.
Se dice fácil, pero se trata de un problema crónico que pareciera que Omar García Harfush está decidido a resolver con base en el ejemplo, en la transparencia y en la rendición de cuentas.
Policías capacitados, bien adiestrados, bien pagados y respaldados por las autoridades son las consignas bajo las que ha demostrado operar el mando capitalino.
Omar García Harfush encabeza una policía actuante, atenta y con capacidad de respuesta. La ciudadanía debe respaldarla.
@jlcamachov