/ viernes 16 de octubre de 2020

La tercera encuesta

Hoy inicia la tercera encuesta que organiza el INE y que definirá quién ocupará la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Los aspirantes que participarán son Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado y a más tardar el 24 de octubre se difundirán los resultados. En el caso de la Secretaria General, ya hay una definición a favor de la senadora Citlalli Hernández.

Es importante señalar que la realización de esta nueva encuesta no es una decisión discrecional del INE, ni toma por sorpresa a los participantes. Desde los primeros lineamientos que el INE aprobó para acatar la sentencia del TEPJF por la que ordenó la realización de una encuesta abierta a militantes y simpatizantes de Morena para elegir a la Presidencia y Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional, esta tercera encuesta siempre estuvo contemplada.

Así, desde hace más de un mes, el INE había previsto en los lineamientos y convocatoria que en el procedimiento habría una encuesta de reconocimiento, una encuesta abierta y, si de la segunda resultara un empate en el primer lugar por existir un traslape en el intervalo de confianza de los contendientes, debía realizarse otra encuesta abierta solamente entre esas candidaturas.

Quienes decidieron participar en el procedimiento no pueden alegar desconocimiento sobre ésta, pues en el momento que se registraron como aspirantes firmaron una carta de aceptación a dichos lineamientos y de los resultados que emanaran de ellos.

Lo primero que hay que dejar en claro es que la encuesta de reconocimiento y la encuesta abierta no son iguales. Por tal razón, sus resultados no son comparables. La encuesta de reconocimiento tuvo como objetivo determinar quiénes eran las y los aspirantes más conocidos entre la población, pues el universo de personas registradas como aspirantes era bastante amplio. La pregunta principal fue: ¿Conoce o ha escuchado de NOMBRE DE CANDIDATO(A)?

Las y los candidatos más reconocidos pasaron a la encuesta abierta, que tuvo como objetivo estimar la preferencia de militantes y simpatizantes respecto de quién debía ocupar la Presidencia y Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. En esta encuesta la principal pregunta formulada para el cargo de Presidencia fue: ¿Cuál de los siguientes candidatos y candidatas elige usted para que sea el Presidente o la Presidenta de MORENA a nivel nacional?

Como puede apreciarse, las dos encuestas son ejercicios estadísticos con metodologías y fines distintos. De ahí que cualquier alegato relacionado con que dichas encuestas deberían arrojar resultados similares es incorrecto.

Por otra parte, es importante señalar que sus resultados, como cualquier ejercicio estadístico, arrojan preferencias a partir de un muestreo que se realiza de un determinado número de participantes. Dicho en otras palabras, las encuestas no son elecciones y mucho menos son un mecanismo para contar votos.

Por ello, no puede argumentarse que obtener un porcentaje aparentemente mayor de preferencias signifique en automático el triunfo de alguno de los participantes. Por tratarse de un ejercicio en el que participa solo una parte de la población (muestra) todos los cálculos implican un margen de error; es decir, el resultado se ubica entre dos valores que se conocen como “intervalo”. Si los valores de quien aparece en un aparente primer lugar se cruzan con quien aparece en el segundo, no se puede afirmar, con certeza, quién es efectivamente la persona ganadora. Para poder hacerlo, es necesario que entre los porcentajes de preferencia de los primeros lugares no haya lo que se conoce como “traslape”, tal y como ocurrió en los resultados de la encuesta abierta.

La encuesta arrojó de entre 5 participantes (3 mujeres y 2 hombres) un empate entre los dos primeros lugares. Porfirio Muñoz Ledo obtuvo un porcentaje de preferencias de entre 23.48 y 27.19, mientras que Mario Delgado obtuvo entre 23.56 y 27.03. Así, sus porcentajes de preferencia se cruzaban y no hay forma de determinar que existe un ganador. De ahí la necesidad de hacer una nueva encuesta abierta.

Hoy el INE sigue actuando para dar cumplimiento a la determinación jurisdiccional. Debe quedar muy claro que se está en acatamiento; es decir, el INE está realizando estos ejercicios por orden del Tribunal Electoral pero ésta no es una atribución que esté prevista en la Ley.

Desde 2017, aún antes de ganar la Presidencia, Morena ha navegado sin una dirigencia formal y reconocida por la totalidad de sus militantes y simpatizantes. Fue la imposibilidad de elegir a sus dirigentes mediante un proceso interno y regulado por ellos mismos, lo que obligó la intervención de las autoridades electorales. La tercera encuesta debería ser vista como una oportunidad para resolver su conflicto interno y transitar hacia la institucionalidad que, hasta el momento, no ha sido posible generar desde sus propias filas.

*Jefe de oficina de la Presidencia del Consejo General del INE.

Hoy inicia la tercera encuesta que organiza el INE y que definirá quién ocupará la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Los aspirantes que participarán son Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado y a más tardar el 24 de octubre se difundirán los resultados. En el caso de la Secretaria General, ya hay una definición a favor de la senadora Citlalli Hernández.

Es importante señalar que la realización de esta nueva encuesta no es una decisión discrecional del INE, ni toma por sorpresa a los participantes. Desde los primeros lineamientos que el INE aprobó para acatar la sentencia del TEPJF por la que ordenó la realización de una encuesta abierta a militantes y simpatizantes de Morena para elegir a la Presidencia y Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional, esta tercera encuesta siempre estuvo contemplada.

Así, desde hace más de un mes, el INE había previsto en los lineamientos y convocatoria que en el procedimiento habría una encuesta de reconocimiento, una encuesta abierta y, si de la segunda resultara un empate en el primer lugar por existir un traslape en el intervalo de confianza de los contendientes, debía realizarse otra encuesta abierta solamente entre esas candidaturas.

Quienes decidieron participar en el procedimiento no pueden alegar desconocimiento sobre ésta, pues en el momento que se registraron como aspirantes firmaron una carta de aceptación a dichos lineamientos y de los resultados que emanaran de ellos.

Lo primero que hay que dejar en claro es que la encuesta de reconocimiento y la encuesta abierta no son iguales. Por tal razón, sus resultados no son comparables. La encuesta de reconocimiento tuvo como objetivo determinar quiénes eran las y los aspirantes más conocidos entre la población, pues el universo de personas registradas como aspirantes era bastante amplio. La pregunta principal fue: ¿Conoce o ha escuchado de NOMBRE DE CANDIDATO(A)?

Las y los candidatos más reconocidos pasaron a la encuesta abierta, que tuvo como objetivo estimar la preferencia de militantes y simpatizantes respecto de quién debía ocupar la Presidencia y Secretaría General del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. En esta encuesta la principal pregunta formulada para el cargo de Presidencia fue: ¿Cuál de los siguientes candidatos y candidatas elige usted para que sea el Presidente o la Presidenta de MORENA a nivel nacional?

Como puede apreciarse, las dos encuestas son ejercicios estadísticos con metodologías y fines distintos. De ahí que cualquier alegato relacionado con que dichas encuestas deberían arrojar resultados similares es incorrecto.

Por otra parte, es importante señalar que sus resultados, como cualquier ejercicio estadístico, arrojan preferencias a partir de un muestreo que se realiza de un determinado número de participantes. Dicho en otras palabras, las encuestas no son elecciones y mucho menos son un mecanismo para contar votos.

Por ello, no puede argumentarse que obtener un porcentaje aparentemente mayor de preferencias signifique en automático el triunfo de alguno de los participantes. Por tratarse de un ejercicio en el que participa solo una parte de la población (muestra) todos los cálculos implican un margen de error; es decir, el resultado se ubica entre dos valores que se conocen como “intervalo”. Si los valores de quien aparece en un aparente primer lugar se cruzan con quien aparece en el segundo, no se puede afirmar, con certeza, quién es efectivamente la persona ganadora. Para poder hacerlo, es necesario que entre los porcentajes de preferencia de los primeros lugares no haya lo que se conoce como “traslape”, tal y como ocurrió en los resultados de la encuesta abierta.

La encuesta arrojó de entre 5 participantes (3 mujeres y 2 hombres) un empate entre los dos primeros lugares. Porfirio Muñoz Ledo obtuvo un porcentaje de preferencias de entre 23.48 y 27.19, mientras que Mario Delgado obtuvo entre 23.56 y 27.03. Así, sus porcentajes de preferencia se cruzaban y no hay forma de determinar que existe un ganador. De ahí la necesidad de hacer una nueva encuesta abierta.

Hoy el INE sigue actuando para dar cumplimiento a la determinación jurisdiccional. Debe quedar muy claro que se está en acatamiento; es decir, el INE está realizando estos ejercicios por orden del Tribunal Electoral pero ésta no es una atribución que esté prevista en la Ley.

Desde 2017, aún antes de ganar la Presidencia, Morena ha navegado sin una dirigencia formal y reconocida por la totalidad de sus militantes y simpatizantes. Fue la imposibilidad de elegir a sus dirigentes mediante un proceso interno y regulado por ellos mismos, lo que obligó la intervención de las autoridades electorales. La tercera encuesta debería ser vista como una oportunidad para resolver su conflicto interno y transitar hacia la institucionalidad que, hasta el momento, no ha sido posible generar desde sus propias filas.

*Jefe de oficina de la Presidencia del Consejo General del INE.