/ jueves 26 de octubre de 2017

Mapa de riesgos para la CdMx

La semana pasada, investigadores de la UNAM y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) dieron a conocer el “Análisis de la Vulnerabilidad Física a la Subsidencia y al Fracturamiento en la Ciudad de México”, que en términos prácticos es un mapa digital en el cual se pueden identificar las delegaciones y colonias con hundimientos, fracturas o actividad sísmica de alta vulnerabilidad.

El mapa constituye una extraordinaria aportación tanto para los habitantes de la CdMx como para nuestras propias autoridades, por lo que es deseable que sirva de base para la toma de decisiones en materia de prevención y revisión a la normatividad en materia de construcciones. Este análisis de fallas y fracturas geológicas ya fue incorporado al “Atlas Nacional de Riesgos”.

No se puede pasar por alto que los expertos que participaron en el estudio reiteran lo que para todos ha sido conocido: el acelerado e irregular hundimiento de la ciudad. En algunas zonas, este problema registra 40 centímetros por año, mientras que en otras el ritmo es menor, 20 centímetros; sin embargo, dichos hundimientos -derivados en gran parte por la extracción de agua del subsuelo- provocan grietas o fracturas a profundidades hasta de 500 metros pero que llegan a la superficie. Durante un sismo, las consecuencias son mayores, pues todas esas fallas hacen crisis.

El mapa identifica 12 zonas con “deformación crítica”, las cuales se encuentran ubicadas en colonias que forman parte de las delegaciones Iztapalapa -considerada como una zona crítica-, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco. Precisamente, fue en varias de estas demarcaciones en donde tuvieron lugar la mayor parte de los desastres provocados por el sismo del pasado 19 de septiembre.

La investigación incorpora un factor importante, la “vulnerabilidad social”, que correlaciona variables como densidad de la población, limitaciones socioeconómicas, grado de escolaridad y ocupantes promedio en viviendas, esto con el propósito de identificar zonas con una condición socioeconómica “baja”. Para este caso, las delegaciones Xochimilco, Iztapalapa y la parte de alta de Álvaro Obregón se ubican en esa categoría. En estas áreas, las consecuencias pueden ser mayores debido a las altas concentraciones de población y calidad de los materiales de las viviendas.

En mi anterior colaboración, reiteraba respecto a la importancia de promover una “cultura de la prevención”que contribuya a reducir los riesgos; en este sentido, el Mapa no solo debería tener una mayor difusión entre la población, sino también podría ser el punto de partida para comenzar a reordenar el crecimiento urbano de la Ciudad de México.

Tanto la autoridad local como las delegacionales, deben tomar con responsabilidad esta valiosa aportación de la UNAM y el Cenapred; por una parte, para impedir nuevas construcciones en zonas de alta vulnerabilidad o bien iniciar un proceso de revisión a las ya existentes y, por la otra, para alertar a sus habitantes de la situación en que se encuentran y apoyarlos en las acciones que sea necesario emprender.

Por su parte, los ciudadanos deben informarse y consultar a detalle la información pública contenida en el Mapa, para saber que condición guarda la colonia en que viven.

Los sismos de septiembre exhibieron un cúmulo de omisiones, negligencia y corrupción; debemos empezar a actuar ya, para evitar tragedias mayores. Que la disputa político electoral no desplace a otros temas igualmente relevantes para la sociedad.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación, A.C.

La semana pasada, investigadores de la UNAM y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) dieron a conocer el “Análisis de la Vulnerabilidad Física a la Subsidencia y al Fracturamiento en la Ciudad de México”, que en términos prácticos es un mapa digital en el cual se pueden identificar las delegaciones y colonias con hundimientos, fracturas o actividad sísmica de alta vulnerabilidad.

El mapa constituye una extraordinaria aportación tanto para los habitantes de la CdMx como para nuestras propias autoridades, por lo que es deseable que sirva de base para la toma de decisiones en materia de prevención y revisión a la normatividad en materia de construcciones. Este análisis de fallas y fracturas geológicas ya fue incorporado al “Atlas Nacional de Riesgos”.

No se puede pasar por alto que los expertos que participaron en el estudio reiteran lo que para todos ha sido conocido: el acelerado e irregular hundimiento de la ciudad. En algunas zonas, este problema registra 40 centímetros por año, mientras que en otras el ritmo es menor, 20 centímetros; sin embargo, dichos hundimientos -derivados en gran parte por la extracción de agua del subsuelo- provocan grietas o fracturas a profundidades hasta de 500 metros pero que llegan a la superficie. Durante un sismo, las consecuencias son mayores, pues todas esas fallas hacen crisis.

El mapa identifica 12 zonas con “deformación crítica”, las cuales se encuentran ubicadas en colonias que forman parte de las delegaciones Iztapalapa -considerada como una zona crítica-, Iztacalco, Tláhuac, Cuauhtémoc, Benito Juárez y Xochimilco. Precisamente, fue en varias de estas demarcaciones en donde tuvieron lugar la mayor parte de los desastres provocados por el sismo del pasado 19 de septiembre.

La investigación incorpora un factor importante, la “vulnerabilidad social”, que correlaciona variables como densidad de la población, limitaciones socioeconómicas, grado de escolaridad y ocupantes promedio en viviendas, esto con el propósito de identificar zonas con una condición socioeconómica “baja”. Para este caso, las delegaciones Xochimilco, Iztapalapa y la parte de alta de Álvaro Obregón se ubican en esa categoría. En estas áreas, las consecuencias pueden ser mayores debido a las altas concentraciones de población y calidad de los materiales de las viviendas.

En mi anterior colaboración, reiteraba respecto a la importancia de promover una “cultura de la prevención”que contribuya a reducir los riesgos; en este sentido, el Mapa no solo debería tener una mayor difusión entre la población, sino también podría ser el punto de partida para comenzar a reordenar el crecimiento urbano de la Ciudad de México.

Tanto la autoridad local como las delegacionales, deben tomar con responsabilidad esta valiosa aportación de la UNAM y el Cenapred; por una parte, para impedir nuevas construcciones en zonas de alta vulnerabilidad o bien iniciar un proceso de revisión a las ya existentes y, por la otra, para alertar a sus habitantes de la situación en que se encuentran y apoyarlos en las acciones que sea necesario emprender.

Por su parte, los ciudadanos deben informarse y consultar a detalle la información pública contenida en el Mapa, para saber que condición guarda la colonia en que viven.

Los sismos de septiembre exhibieron un cúmulo de omisiones, negligencia y corrupción; debemos empezar a actuar ya, para evitar tragedias mayores. Que la disputa político electoral no desplace a otros temas igualmente relevantes para la sociedad.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación, A.C.