/ viernes 15 de diciembre de 2023

PISA exhibe el desastre educativo

La semana pasada se dieron a conocer los resultados de la última evaluación de la prueba PISA 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que mide las capacidades y los conocimientos adquiridos para aplicarlos en matemáticas, lectura y ciencias en jóvenes de 15 y 16 años de sus 37 países miembros, más otras naciones invitadas a participar en el proyecto dando un total de 81 en esta edición.

El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) se realiza cada tres años con el objetivo de valorar los cambios en el tiempo, la última prueba fue en 2018 y la de 2021 se pospuso para 2022 por la pandemia.

PISA busca conocer las competencias, habilidades y aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, manejar información y enfrentar situaciones que requerirán de tales destrezas. En esta ocasión, se enfatiza sobre la alfabetización matemática, reconociendo su importancia frente a las habilidades necesarias en el siglo XXI. Como lo comenté en un artículo anterior, los niños de ahora vivirán en la sociedad de la incertidumbre, con cambios constantes en sus vidas debido a alteraciones climáticas y al desarrollo de las IA. El pensamiento matemático es fundamental para el desarrollo de otras capacidades como el pensamiento creativo, crítico y sistémico, el uso de información y la habilidad de investigación, entre otras. Para enfrentar los nuevos estilos de vida que se avizoran en el futuro, las aptitudes matemáticas serán indispensables.

Los resultados de las pruebas PISA ofrecen información útil a los países participantes para adoptar decisiones y políticas públicas necesarias para mejorar sus niveles educativos. Proveen información sobre el contexto personal, familiar y escolar de los participantes, y describen el grado en el que se presentan las competencias estudiadas en cada país y en el contexto internacional.

Es muy importante señalar que PISA no está diseñado para evaluar el aprendizaje de los contenidos específicos fijados en los programas de estudios de cada país ni para evaluar el desempeño de los docentes. Esto quiere decir que cada país fija sus planes y programas de estudio de acuerdo con sus propios criterios. Sin embargo, la información de esta prueba es útil para que las naciones valoren la necesidad de ajustar sus programas y políticas educativas.

En esta última edición se dieron resultados a nivel mundial muy interesantes: la pandemia del COVID afecto fuertemente al sector educativo, los resultados promedio de 2022 fueron menores en comparación con los de 2018 en matemáticas y ciencias, y casi los mismos en lectura; las disminuciones fueron diferentes en cada país e incluso 26 naciones mejoraron o se mantuvieron igual que en el último examen; ya no son los países escandinavos los que obtienen los primeros lugares, ahora ese honor corresponde a Singapur, Corea del Sur y Japón; el nivel socioeconómico incide en los resultados, siendo generalmente mejores en los sectores más favorecidos.

Para México, las noticias son muy desalentadoras. El país mostró incrementos notorios de 2003 a 2009, de ese año al 2018 prácticamente se mantuvo igual, sin embargo, en esta última prueba los descensos fueron considerables, regresando el promedio a niveles de 2006.

Si fuera una tabla de posiciones, pudiéramos comparar a nuestro país en la liga de los Grandes, los miembros de la OCDE, donde de 31 países estamos en el penúltimo sitio, o bien, en la liga abierta donde están 81 países incluyendo a no miembros de la OCDE, en esta tabla ocupamos el lugar 56 muy abajo de la media. Un lugar muy alejado de la economía número 14 que es la mexicana a nivel mundial, no podemos estar conformes con estos resultados tan malos.

Por áreas de aprendizaje evaluadas, México perdió 14 puntos en matemáticas, 5 en lectura y 9 en ciencias con respecto a 2018. De otra forma, se revela que dos de tres estudiantes mexicanos no logran realizar operaciones matemáticas simples, mientras que el 50 % no comprende cuestiones básicas de lectura y se ubicó en el nivel más bajo de competencia en el rubro de las ciencias.

Ante este panorama devastador, el Presidente recurre a la mentira y la manipulación. Su reacción ante los resultados, fue como siempre, simplona. Al día siguiente declaró que “Nosotros no los tomamos en cuenta porque todos esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo… en donde lo que querían era… desaparecer la educación pública, degradándola”. AMLO es un embustero, él mismo declaró, el 3 de mayo de 2021 refiriéndose a la participación de México en la prueba, que “Todo lo que signifique mejorar la educación es apoyado, es respaldado, todas las pruebas y estamos nosotros participando”. Es un demagogo, ya que si algún gobierno ha castigado a la Educación Pública es el suyo. Según datos de El Economista, el gasto funcional en educación es el más bajo de los últimos 10 años. Y López oculta que su administración está impulsando una reforma educativa que se olvida de las matemáticas, las ciencias y la lectura.

El país ya iba tarde y lento en la educación de nuestros niños, con López vamos en retroceso acelerado y con los ojos cerrados.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación

La semana pasada se dieron a conocer los resultados de la última evaluación de la prueba PISA 2022 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que mide las capacidades y los conocimientos adquiridos para aplicarlos en matemáticas, lectura y ciencias en jóvenes de 15 y 16 años de sus 37 países miembros, más otras naciones invitadas a participar en el proyecto dando un total de 81 en esta edición.

El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés) se realiza cada tres años con el objetivo de valorar los cambios en el tiempo, la última prueba fue en 2018 y la de 2021 se pospuso para 2022 por la pandemia.

PISA busca conocer las competencias, habilidades y aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, manejar información y enfrentar situaciones que requerirán de tales destrezas. En esta ocasión, se enfatiza sobre la alfabetización matemática, reconociendo su importancia frente a las habilidades necesarias en el siglo XXI. Como lo comenté en un artículo anterior, los niños de ahora vivirán en la sociedad de la incertidumbre, con cambios constantes en sus vidas debido a alteraciones climáticas y al desarrollo de las IA. El pensamiento matemático es fundamental para el desarrollo de otras capacidades como el pensamiento creativo, crítico y sistémico, el uso de información y la habilidad de investigación, entre otras. Para enfrentar los nuevos estilos de vida que se avizoran en el futuro, las aptitudes matemáticas serán indispensables.

Los resultados de las pruebas PISA ofrecen información útil a los países participantes para adoptar decisiones y políticas públicas necesarias para mejorar sus niveles educativos. Proveen información sobre el contexto personal, familiar y escolar de los participantes, y describen el grado en el que se presentan las competencias estudiadas en cada país y en el contexto internacional.

Es muy importante señalar que PISA no está diseñado para evaluar el aprendizaje de los contenidos específicos fijados en los programas de estudios de cada país ni para evaluar el desempeño de los docentes. Esto quiere decir que cada país fija sus planes y programas de estudio de acuerdo con sus propios criterios. Sin embargo, la información de esta prueba es útil para que las naciones valoren la necesidad de ajustar sus programas y políticas educativas.

En esta última edición se dieron resultados a nivel mundial muy interesantes: la pandemia del COVID afecto fuertemente al sector educativo, los resultados promedio de 2022 fueron menores en comparación con los de 2018 en matemáticas y ciencias, y casi los mismos en lectura; las disminuciones fueron diferentes en cada país e incluso 26 naciones mejoraron o se mantuvieron igual que en el último examen; ya no son los países escandinavos los que obtienen los primeros lugares, ahora ese honor corresponde a Singapur, Corea del Sur y Japón; el nivel socioeconómico incide en los resultados, siendo generalmente mejores en los sectores más favorecidos.

Para México, las noticias son muy desalentadoras. El país mostró incrementos notorios de 2003 a 2009, de ese año al 2018 prácticamente se mantuvo igual, sin embargo, en esta última prueba los descensos fueron considerables, regresando el promedio a niveles de 2006.

Si fuera una tabla de posiciones, pudiéramos comparar a nuestro país en la liga de los Grandes, los miembros de la OCDE, donde de 31 países estamos en el penúltimo sitio, o bien, en la liga abierta donde están 81 países incluyendo a no miembros de la OCDE, en esta tabla ocupamos el lugar 56 muy abajo de la media. Un lugar muy alejado de la economía número 14 que es la mexicana a nivel mundial, no podemos estar conformes con estos resultados tan malos.

Por áreas de aprendizaje evaluadas, México perdió 14 puntos en matemáticas, 5 en lectura y 9 en ciencias con respecto a 2018. De otra forma, se revela que dos de tres estudiantes mexicanos no logran realizar operaciones matemáticas simples, mientras que el 50 % no comprende cuestiones básicas de lectura y se ubicó en el nivel más bajo de competencia en el rubro de las ciencias.

Ante este panorama devastador, el Presidente recurre a la mentira y la manipulación. Su reacción ante los resultados, fue como siempre, simplona. Al día siguiente declaró que “Nosotros no los tomamos en cuenta porque todos esos parámetros se crearon en la época del neoliberalismo… en donde lo que querían era… desaparecer la educación pública, degradándola”. AMLO es un embustero, él mismo declaró, el 3 de mayo de 2021 refiriéndose a la participación de México en la prueba, que “Todo lo que signifique mejorar la educación es apoyado, es respaldado, todas las pruebas y estamos nosotros participando”. Es un demagogo, ya que si algún gobierno ha castigado a la Educación Pública es el suyo. Según datos de El Economista, el gasto funcional en educación es el más bajo de los últimos 10 años. Y López oculta que su administración está impulsando una reforma educativa que se olvida de las matemáticas, las ciencias y la lectura.

El país ya iba tarde y lento en la educación de nuestros niños, con López vamos en retroceso acelerado y con los ojos cerrados.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación