Doña Amparo Vargas Chacón, in memoriam.
La Ciudad de México se encuentra en plena efervescencia electoral, al tiempo que la autoridad capitalina debe hacer frente a una de las más graves situaciones en materia de seguridad pública.
El asesinato de jóvenes, robo a transeúntes y de automóviles, narcomenudeo y asalto al transporte público son duros golpes que azotan diariamente a la población, que en poco tiempo ha visto deteriorada las condiciones en vida en las dieciséis delegaciones y próximas alcaldías de la ciudad capital.
Y en esas condiciones es que la población escucha las propuestas de los candidatos a diversos cargos de elección popular y pone en tela de juicio su viabilidad y verdadera eficacia para mejorar las actuales condiciones de la ciudad.
En ese sentido, ha llamado la atención la osadía de uno de los candidatos al gobierno de la Ciudad de México no sólo por su frescura y franqueza, sino también por su carisma y perspicacia al momento de plantear diagnósticos y realidades.
Se trata de Mikel Arriola, hombre joven y jefe de familia que a base de constancia y sagacidad ha logrado escalar el iceberg de las preferencias electorales y se trata del candidato con mayor capacidad de crecimiento.
Debo decir que se debe en gran medida a las propuestas y críticas certeras que realiza a quienes han tenido la oportunidad de gobernar la Ciudad de México, pero también debido al desgaste que la propia población siente frente a quienes han abusado de su confianza y no le han rendido los resultados prometidos.
Con propuestas innovadoras, astucia para exponerlas y agudeza en las críticas, el responsable de haber dado viabilidad financiera al IMSS ha logrado llamar la atención de un electorado que ve en él a un ciudadano preocupado y ocupado en la seria problemática que pone en jaque el futuro de esta ciudad.
De ahí que el movimiento que encabeza esté llegando a zonas que anteriormente eran inalcanzables y sea capaz de escuchar y comunicarse con los jóvenes universitarios, trabajadores de la construcción, barrenderos, bomberos, amas de casa y servidores públicos, encontrando en ellos los mejores aliados para hacer el cambio en la Ciudad de México.
Mikel no la tiene fácil, pero a base de una estrategia bien definida y pasos decididos, ha hecho la diferencia.
Se trata de un hombre de bien, que quiere hacer el bien en una ciudad que necesita nuevos aires y nuevos bríos para salir adelante.
Como no sucedía hace mucho tiempo, hoy la configuración político-electoral de la capital del país crea condiciones inusitadas que permiten que una opción ciudadana crezca y se fortalezca cada día, creando los lazos ciudadanos que son los que hacen posibles los grandes cambios. A eso la apuesta ese joven llamado Mikel Arriola, la cara, sin duda, de una generación de mujeres y hombres preocupados por cambiar la realidad de su ciudad y su país.
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@jlcamachov
