/ viernes 22 de octubre de 2021

Corrupción a la 4T

El pasado el lunes 18 el Presidente López Obrador, agitó por enésima ocasión su pañuelo blanco, en señal del fin de la corrupción en su gobierno. El show del pañuelito, se da en el escenario donde se juntan la publicación del 15 de octubre pasado, del Índice de Estado de Derecho de World Justice Project, en el que se muestra a México como el quinto país más corrupto del mundo, habiendo descendido 9 lugares en un año y la visita que hará AMLO el próximo 9 de noviembre a la ONU, en donde ya anticipó hablará de corrupción.

López Obrador quiere ocultar lo que está sucediendo en materia de corrupción en el país, con efectos mediáticos o con discursos. Lo cierto es que no hay resultados mensurables o tangibles en el combate a la corrupción.

En la administración pública, la corrupción no solamente se refiere al robo de los recursos del Estado. También abarca en un sentido amplio, el abuso de poder para obtener beneficios económicos y políticos, ya sea de manera individual o de grupo. Aunque el Presidente lo niegue, existen muchas conductas corruptas en esta administración autodenominada de la 4T. Veamos algunas.

Sobornos. Aquí tenemos el presunto caso del hermano del Presidente, que en campaña, fue sorprendido recibiendo dinero de David León Romero, en ese entonces funcionario en el Gobierno de Chiapas y quien casualmente en la actual administración federal fue nombrado Coordinador Nacional de Protección Civil y posteriormente fugaz responsable de la Distribuidora de Medicamentos del Estado. Curiosamente en ambos cargos se manejan importantes cantidades de dinero.

Nepotismo y amiguísimo. En el actual Gobierno Federal se dan muchos ejemplos de esta violación, ahí está el caso del Director General de Pemex a quien le han descubierto por lo menos 10 parientes, entre primos y sobrinos, en la nómina con cargos de privilegio. Algo parecido sucede con el Director General del IMSS, Zoé Robledo, que ha entregado contratos de forma directa a sus familiares o los contratos en Pemex de la prima del Presidente, Felipa Obrador Olaf. Los amigos también han sido beneficiados en condiciones de ventaja, como el caso de los contratos en la refinería de Dos Bocas a cercanos de le Secretaria Rocío Nahle.

Prevaricación. El caso más relevante, es el del Fiscal General de la República, quien ha sido acusado de plagio ante el Sistema Nacional de Investigadores. En sus actuaciones se desprenden innumerables abusos de autoridad, como la solicitud de órdenes de aprehensión contra 31 científicos por supuestos malos manejos. La reacción de la comunidad académica del país ha sido de indignación y se acusa a la Fiscalía de un despropósito. En la FGR también están las actuaciones contra Ricardo Anaya, ex candidato a la presidencia, a quien se le persigue con singular encono con pruebas aportadas (se sospecha fabricadas) por el testigo “híper protegido” Emilio Lozoya. Y tal vez el caso más representativo de atropello, por la disparidad de poder, lo representa el encarcelamiento de su sobrina política Alejandra Cuevas, a quien sin pruebas y debido proceso mantiene en la cárcel desde hace un año.

Impunidad. Algo que ha caracterizado a esta administración es la impunidad. A pesar de muchas denuncias de la corrupción en el gobierno de Peña Nieto, no se han visto acciones reales para hacer justicia. La captura de Lozoya ha servido para señalar a personajes que le incomodan al gobierno pero no a los beneficiarios de los sobornos de Oberdrecht. Cada vez crece más la percepción de un pacto de impunidad ente Peña y López para que este último llegara a la presidencia con una holgada ventaja y mayorías en las cámaras legislativas. La estrategia de “abrazos, no balazos” es una confesada política de impunidad al crimen organizado. Ni se le persigue, ni se le castiga y cuando son aprehendidos, como el caso del Chapito, son liberados. Esto ocasiona que este sea el sexenio de más homicidios dolosos en la historia.

Existen muchas otras irregularidades, que fortalecen la percepción de corrupción en el gobierno del país; como son el hecho de otorgar la inmensa mayoría de los contratos del gobierno por asignación directa, dándose casos como la compra de ventiladores médicos con sobreprecio, al hijo de Manuel Bartlett en plena pandemia; la información de riqueza oculta en personajes clave de la administración, como los imperios inmobiliarios de Irma Eréndira Sandoval y Manuel Bartlett o bien la aparición en Pandora Peppers de patrimonios no declarados del Secretario de Comunicaciones Jorge Arnis, el ex consejero jurídico Julio Sherer o del Fiscal General Alejandro Gertz. Tampoco ayudan los OTROS DATOS del Presidente, diferentes a los oficiales, en los que siempre se tratan de maquillar cifras de la crisis sanitaria, la inseguridad o la economía.

Los índices internacionales que se publican sobre corrupción, en su mayoría, están basados en percepciones, por lo tanto subjetivas. Así que mientras no exista un combate decidido a las practicas violatorias de la Ley y persista el doble discurso: moralidad al pueblo y tolerancia y protección a los cercanos, México seguirá empeorando en el ranking internacional de corrupción.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación.

El pasado el lunes 18 el Presidente López Obrador, agitó por enésima ocasión su pañuelo blanco, en señal del fin de la corrupción en su gobierno. El show del pañuelito, se da en el escenario donde se juntan la publicación del 15 de octubre pasado, del Índice de Estado de Derecho de World Justice Project, en el que se muestra a México como el quinto país más corrupto del mundo, habiendo descendido 9 lugares en un año y la visita que hará AMLO el próximo 9 de noviembre a la ONU, en donde ya anticipó hablará de corrupción.

López Obrador quiere ocultar lo que está sucediendo en materia de corrupción en el país, con efectos mediáticos o con discursos. Lo cierto es que no hay resultados mensurables o tangibles en el combate a la corrupción.

En la administración pública, la corrupción no solamente se refiere al robo de los recursos del Estado. También abarca en un sentido amplio, el abuso de poder para obtener beneficios económicos y políticos, ya sea de manera individual o de grupo. Aunque el Presidente lo niegue, existen muchas conductas corruptas en esta administración autodenominada de la 4T. Veamos algunas.

Sobornos. Aquí tenemos el presunto caso del hermano del Presidente, que en campaña, fue sorprendido recibiendo dinero de David León Romero, en ese entonces funcionario en el Gobierno de Chiapas y quien casualmente en la actual administración federal fue nombrado Coordinador Nacional de Protección Civil y posteriormente fugaz responsable de la Distribuidora de Medicamentos del Estado. Curiosamente en ambos cargos se manejan importantes cantidades de dinero.

Nepotismo y amiguísimo. En el actual Gobierno Federal se dan muchos ejemplos de esta violación, ahí está el caso del Director General de Pemex a quien le han descubierto por lo menos 10 parientes, entre primos y sobrinos, en la nómina con cargos de privilegio. Algo parecido sucede con el Director General del IMSS, Zoé Robledo, que ha entregado contratos de forma directa a sus familiares o los contratos en Pemex de la prima del Presidente, Felipa Obrador Olaf. Los amigos también han sido beneficiados en condiciones de ventaja, como el caso de los contratos en la refinería de Dos Bocas a cercanos de le Secretaria Rocío Nahle.

Prevaricación. El caso más relevante, es el del Fiscal General de la República, quien ha sido acusado de plagio ante el Sistema Nacional de Investigadores. En sus actuaciones se desprenden innumerables abusos de autoridad, como la solicitud de órdenes de aprehensión contra 31 científicos por supuestos malos manejos. La reacción de la comunidad académica del país ha sido de indignación y se acusa a la Fiscalía de un despropósito. En la FGR también están las actuaciones contra Ricardo Anaya, ex candidato a la presidencia, a quien se le persigue con singular encono con pruebas aportadas (se sospecha fabricadas) por el testigo “híper protegido” Emilio Lozoya. Y tal vez el caso más representativo de atropello, por la disparidad de poder, lo representa el encarcelamiento de su sobrina política Alejandra Cuevas, a quien sin pruebas y debido proceso mantiene en la cárcel desde hace un año.

Impunidad. Algo que ha caracterizado a esta administración es la impunidad. A pesar de muchas denuncias de la corrupción en el gobierno de Peña Nieto, no se han visto acciones reales para hacer justicia. La captura de Lozoya ha servido para señalar a personajes que le incomodan al gobierno pero no a los beneficiarios de los sobornos de Oberdrecht. Cada vez crece más la percepción de un pacto de impunidad ente Peña y López para que este último llegara a la presidencia con una holgada ventaja y mayorías en las cámaras legislativas. La estrategia de “abrazos, no balazos” es una confesada política de impunidad al crimen organizado. Ni se le persigue, ni se le castiga y cuando son aprehendidos, como el caso del Chapito, son liberados. Esto ocasiona que este sea el sexenio de más homicidios dolosos en la historia.

Existen muchas otras irregularidades, que fortalecen la percepción de corrupción en el gobierno del país; como son el hecho de otorgar la inmensa mayoría de los contratos del gobierno por asignación directa, dándose casos como la compra de ventiladores médicos con sobreprecio, al hijo de Manuel Bartlett en plena pandemia; la información de riqueza oculta en personajes clave de la administración, como los imperios inmobiliarios de Irma Eréndira Sandoval y Manuel Bartlett o bien la aparición en Pandora Peppers de patrimonios no declarados del Secretario de Comunicaciones Jorge Arnis, el ex consejero jurídico Julio Sherer o del Fiscal General Alejandro Gertz. Tampoco ayudan los OTROS DATOS del Presidente, diferentes a los oficiales, en los que siempre se tratan de maquillar cifras de la crisis sanitaria, la inseguridad o la economía.

Los índices internacionales que se publican sobre corrupción, en su mayoría, están basados en percepciones, por lo tanto subjetivas. Así que mientras no exista un combate decidido a las practicas violatorias de la Ley y persista el doble discurso: moralidad al pueblo y tolerancia y protección a los cercanos, México seguirá empeorando en el ranking internacional de corrupción.

Presidente de la Academia Mexicana de Educación.