/ sábado 30 de abril de 2022

De la pluma de Miguel Reyes Razo | La “caballada flaca” del 76

Por Miguel Reyes Razo


Y fue el Ingeniero Don Rubén Figueroa Figueroa, guerrerense tenido por el temido cacique de Huitzuco quien, gobernador de su estado y cercanísimo al Presidente Luis Echeverría Álvarez, produjo en visperas de que ocurriera la gran revelación de quién podría ser el candidato del Partido Revolucionario Institucional -PRI- a la Presidencia de la República. Un lunes cualquiera el hombre que salió ileso de las manos de la guerrilla que estremecía a su terruño, soltó:

"Veo los nombres de los que aspiran y opino que esa "caballada" está muy flaca...

Se estremeció el país. Los políticos profesionales -miembros del gabinete presidencial- perdieron el habla. Carraspearon, incrédulos. Reflexionaron muy confundidos. Cavilaron sumidos en profundo silencio. ¿Por qué había dicho eso el Ingeniero Rubén Figueroa? ¿Por consigna del Presidente su muy amigo? ¿Para "calar" la paciencia o ambiciones de aspirantes? ¿A quién se atacaba con aquellas palabras?

Como fuere la sentencia "La caballada está muy flaca" entró a la historia de las frases inolvidables salidas del pecho de políticos y funcionarios de buen rango. "Esto no nos beneficia ni tampoco nos perjudica, sino todo lo contrario" fincó la celebridad de Don Manuel Bernardo Aguirre un gambusino y soldado que llegó a Senador de la República , Secretario de Agricultura y Ganadería y Gobernador de Chihuahua. Hombre muy sencillo cuyo libro de cabecera era "Tiberio". De Gregorio Marañón.

"Lo que diga mi dedito" descarriló la candidatura del veracruzano Carbonell de la Hoz que ya se relamía con la candidatura. "Yo no voté por él", dijo y completó -remachó- Don Jesús Reyes Heroles, tuxpeño brillantísimo y a la sazón Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. "Lo que diga mi dedito". Y Reyes Heroles hizo oscilar su dedo índice derecho y las ocho columnas de Excélsior hicieron el resto. "

"Es hora de nacionalizar los huevos a la mexicana y traer de Arabia camellos para recorrer los desiertos de México", propuso con toda seriedad Don Óscar Flores Tapia.Dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, el señor Flores Tapia quien llegó gobernar Coahuila se jactaba de ser "mejor escritor que Gabriel García Márquez". En su biografía conmovía el relato de su niñez.

"Iba descalzo a la escuela. Hacía frío y un clavo se me hundió en un pie. Dejé un rastro de sangre hasta mi escuela. Fue entonces cuando decidí que sería a gobernador de mi tierra.". Una intriga le causó problemas. Pero se conservan sus juicios y afirmaciones.

Mario Moya Palencia encabezó aquella lista. Abogado muy inteligente magníficamente preparado. Fundador con Pedro Ojeda Paullada, Miguel Alemán Velazco, Horacio Estavillo de la Plataforma de Profesionales Mexicanos. Jóvenes universitarios colegas del desalumbrante Porfirio Muñoz Ledo. "Plataformos", los rebautizó el habla popular que decidió poner sus talentos al servicio del PRI.Mario Moya Palencia ocupó la Dirección de Cinematografía hasta el día en que el Secretario de Gobernación se convirtió en candidato a la Presidencia de la República y apuntó como sucesor de Don Gustavo Díaz Ordaz. Desde octubre de 1969 Moya se desempeñó "Encargado del Despacho de la Secretaría de Gobernación.

El día 1 de Diciembre de 1970, Don Luis Echeverría lo nombró Secretario de Gobernación. "Moya Palencia es el futuro" soltaron los observadores. "Moya es el favorito. Tiene todo. Universitario, inteligente. Amigo de intelectuales. Escritor. Amiguisimo y compañero de aventuras periodísticas y cinematográficas. Que ni mandado a hacer".

Aquella "caballada flaca" exhibía al joven fogoso, combativo "echeverrista hasta los tuétanos" Porfirio Muñoz Ledo. Figurón. Orador culto. Político innovador: moderno. Conocedor del Seguro Social. Funcionario en la Secretaría de la Presidencia. Estudiante en universidades de Francia. Ducho en la información. Lector insaciable. A la enfermedad del Secretario de Trabajo Rafael Hernández Ochoa, Echeverría lo puso al frente de esa dependencia. Al lado de Don Fidel Velázquez, de Leonardo Rodríguez Alcaine, Joaquín Gamboa Pascoe y Joaquín Hernández Galicia y la camarilla petrolera, aliado de Carlos Jonguitud Barrios el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación -SNTE- Muñoz Ledo se daba tiempo para defender explicar, divulgar la "Carta de Derechos y Obligaciones de los Estados

Porfirio Muñoz Ledo campeón de torneos de oratoria. Todos se hacían lenguas de su prodigiosa memoria. Para su oficina de prensa en la Secretaría del Trabajo eligió al destacado reportero Leopoldo Mendivil y al Profesor de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la UNAM, Mario Vallejo Hinojosa.

Don Carlos Gálvez Betancourt formó en la famosa lista que descalificó -o halló anémica el Ingeniero Ruben Figueroa Figueroa. Michoacano. Estudioso. Funcionario en la Secretaría de Gobernación alcanzó la gubernatura.

Y ahí estuvo hasta que su amigo Luis Echeverría lo designó Director del Instituto Mexicano del Seguro Social. Sus simpatizantes elogiaban sus méritos. Capacidad, honradez, experiencia. "Hasta se parece al general Lázaro Cárdenas. Compare las facciones. Verá. ".


Brillante el Ingeniero Don Eugenio Méndez Docurro. Completó su formación profesional en el Emaiti -InstiTuto Tecnológico de Massachussetts- . Creo que hasta enseñó ahí. Dirigió el Instituto Politécnico Nacional. Creó el Canal Once del Poli. Veracruzano con vena poética. Escribió y grabó algunas canciones. Es muy buen funcionario...


José López Portillo -ya Secretario de Hacienda tras un breve paso en la Comisión Federal de Electricidad- abogado, profesor de Teoría del Estado en la UNAM, funcionario en las Juntas de Mejoras Materiales era -desde sus días de adolescencia. muy amigo de Luis Echeverría Álvarez.


En rigor con el ingeniero Jorge Díaz Serrano eran un trío de jóvenes estudiosos. Excursionista, buen andarín Don José la emprendía en caminatas y ascensiones con su reconcentrado amigo. Un día viajaron juntos a Chile y otros países sudamericanos. Aquella buena vida -saludable, exigente , disciplinada- le sería de gran utilidad hasta el fin de sus días. En sus días de Secretario de Hacienda -sustituyó ahí a Don Hugo B. Margain a quien se justificó "por la caída mientras montaba un caballo" su salida del importante puesto y el Presidente Echeverría exhibido al decir: "Las finanzas públicas se manejan desde Los Pinos"- , López Portillo y Pacheco dedicaba largas horas a la pintura y a la lectura. Historia de México. Derecho. Y William Shakespeare sus debilidades.

Así estaba aquella "Caballada Flaca",

De la que surgiría el nombre del sucesor de Don Luis Echeverría.


Por Miguel Reyes Razo


Y fue el Ingeniero Don Rubén Figueroa Figueroa, guerrerense tenido por el temido cacique de Huitzuco quien, gobernador de su estado y cercanísimo al Presidente Luis Echeverría Álvarez, produjo en visperas de que ocurriera la gran revelación de quién podría ser el candidato del Partido Revolucionario Institucional -PRI- a la Presidencia de la República. Un lunes cualquiera el hombre que salió ileso de las manos de la guerrilla que estremecía a su terruño, soltó:

"Veo los nombres de los que aspiran y opino que esa "caballada" está muy flaca...

Se estremeció el país. Los políticos profesionales -miembros del gabinete presidencial- perdieron el habla. Carraspearon, incrédulos. Reflexionaron muy confundidos. Cavilaron sumidos en profundo silencio. ¿Por qué había dicho eso el Ingeniero Rubén Figueroa? ¿Por consigna del Presidente su muy amigo? ¿Para "calar" la paciencia o ambiciones de aspirantes? ¿A quién se atacaba con aquellas palabras?

Como fuere la sentencia "La caballada está muy flaca" entró a la historia de las frases inolvidables salidas del pecho de políticos y funcionarios de buen rango. "Esto no nos beneficia ni tampoco nos perjudica, sino todo lo contrario" fincó la celebridad de Don Manuel Bernardo Aguirre un gambusino y soldado que llegó a Senador de la República , Secretario de Agricultura y Ganadería y Gobernador de Chihuahua. Hombre muy sencillo cuyo libro de cabecera era "Tiberio". De Gregorio Marañón.

"Lo que diga mi dedito" descarriló la candidatura del veracruzano Carbonell de la Hoz que ya se relamía con la candidatura. "Yo no voté por él", dijo y completó -remachó- Don Jesús Reyes Heroles, tuxpeño brillantísimo y a la sazón Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. "Lo que diga mi dedito". Y Reyes Heroles hizo oscilar su dedo índice derecho y las ocho columnas de Excélsior hicieron el resto. "

"Es hora de nacionalizar los huevos a la mexicana y traer de Arabia camellos para recorrer los desiertos de México", propuso con toda seriedad Don Óscar Flores Tapia.Dirigente de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, el señor Flores Tapia quien llegó gobernar Coahuila se jactaba de ser "mejor escritor que Gabriel García Márquez". En su biografía conmovía el relato de su niñez.

"Iba descalzo a la escuela. Hacía frío y un clavo se me hundió en un pie. Dejé un rastro de sangre hasta mi escuela. Fue entonces cuando decidí que sería a gobernador de mi tierra.". Una intriga le causó problemas. Pero se conservan sus juicios y afirmaciones.

Mario Moya Palencia encabezó aquella lista. Abogado muy inteligente magníficamente preparado. Fundador con Pedro Ojeda Paullada, Miguel Alemán Velazco, Horacio Estavillo de la Plataforma de Profesionales Mexicanos. Jóvenes universitarios colegas del desalumbrante Porfirio Muñoz Ledo. "Plataformos", los rebautizó el habla popular que decidió poner sus talentos al servicio del PRI.Mario Moya Palencia ocupó la Dirección de Cinematografía hasta el día en que el Secretario de Gobernación se convirtió en candidato a la Presidencia de la República y apuntó como sucesor de Don Gustavo Díaz Ordaz. Desde octubre de 1969 Moya se desempeñó "Encargado del Despacho de la Secretaría de Gobernación.

El día 1 de Diciembre de 1970, Don Luis Echeverría lo nombró Secretario de Gobernación. "Moya Palencia es el futuro" soltaron los observadores. "Moya es el favorito. Tiene todo. Universitario, inteligente. Amigo de intelectuales. Escritor. Amiguisimo y compañero de aventuras periodísticas y cinematográficas. Que ni mandado a hacer".

Aquella "caballada flaca" exhibía al joven fogoso, combativo "echeverrista hasta los tuétanos" Porfirio Muñoz Ledo. Figurón. Orador culto. Político innovador: moderno. Conocedor del Seguro Social. Funcionario en la Secretaría de la Presidencia. Estudiante en universidades de Francia. Ducho en la información. Lector insaciable. A la enfermedad del Secretario de Trabajo Rafael Hernández Ochoa, Echeverría lo puso al frente de esa dependencia. Al lado de Don Fidel Velázquez, de Leonardo Rodríguez Alcaine, Joaquín Gamboa Pascoe y Joaquín Hernández Galicia y la camarilla petrolera, aliado de Carlos Jonguitud Barrios el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación -SNTE- Muñoz Ledo se daba tiempo para defender explicar, divulgar la "Carta de Derechos y Obligaciones de los Estados

Porfirio Muñoz Ledo campeón de torneos de oratoria. Todos se hacían lenguas de su prodigiosa memoria. Para su oficina de prensa en la Secretaría del Trabajo eligió al destacado reportero Leopoldo Mendivil y al Profesor de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la UNAM, Mario Vallejo Hinojosa.

Don Carlos Gálvez Betancourt formó en la famosa lista que descalificó -o halló anémica el Ingeniero Ruben Figueroa Figueroa. Michoacano. Estudioso. Funcionario en la Secretaría de Gobernación alcanzó la gubernatura.

Y ahí estuvo hasta que su amigo Luis Echeverría lo designó Director del Instituto Mexicano del Seguro Social. Sus simpatizantes elogiaban sus méritos. Capacidad, honradez, experiencia. "Hasta se parece al general Lázaro Cárdenas. Compare las facciones. Verá. ".


Brillante el Ingeniero Don Eugenio Méndez Docurro. Completó su formación profesional en el Emaiti -InstiTuto Tecnológico de Massachussetts- . Creo que hasta enseñó ahí. Dirigió el Instituto Politécnico Nacional. Creó el Canal Once del Poli. Veracruzano con vena poética. Escribió y grabó algunas canciones. Es muy buen funcionario...


José López Portillo -ya Secretario de Hacienda tras un breve paso en la Comisión Federal de Electricidad- abogado, profesor de Teoría del Estado en la UNAM, funcionario en las Juntas de Mejoras Materiales era -desde sus días de adolescencia. muy amigo de Luis Echeverría Álvarez.


En rigor con el ingeniero Jorge Díaz Serrano eran un trío de jóvenes estudiosos. Excursionista, buen andarín Don José la emprendía en caminatas y ascensiones con su reconcentrado amigo. Un día viajaron juntos a Chile y otros países sudamericanos. Aquella buena vida -saludable, exigente , disciplinada- le sería de gran utilidad hasta el fin de sus días. En sus días de Secretario de Hacienda -sustituyó ahí a Don Hugo B. Margain a quien se justificó "por la caída mientras montaba un caballo" su salida del importante puesto y el Presidente Echeverría exhibido al decir: "Las finanzas públicas se manejan desde Los Pinos"- , López Portillo y Pacheco dedicaba largas horas a la pintura y a la lectura. Historia de México. Derecho. Y William Shakespeare sus debilidades.

Así estaba aquella "Caballada Flaca",

De la que surgiría el nombre del sucesor de Don Luis Echeverría.