“LA MEJOR FORMA PARA RECIBIR INSULTOS ES SOMETIÉNDOSE A ELLOS…
…SI EL HOMBRE RESPETA, SERÁ RESPETADO.” Henry Hazlitt.
Un año atrás, la legisladora por el estado de Zacatecas, Bennelly Jocabeth Hernández Ruedas, presentó “su proyecto”, mismo que no fue considerado hasta ahora que finalmente logró que avanzara en la Comisión de Gobernación. Se propone cuadruplicar las sanciones -de cinco a 40 UMAS (Unidad de Medida y Actualización), considerando que cada UMA equivale a casi 104 pesos, la multa pasaría de alrededor de 520 a más de 4 mil 100 pesos-, esto tan solo por insultar al Presidente, a secretarios de Estado, a la jefa de Gobierno, al titular de la FGR y hasta a los gobernadores.
A su vez, la misma iniciativa, maneja un incremento de más de diez veces a las sanciones por injuriar a ministros de la Suprema Corte, jueces, legisladores y generales o coroneles.
Al respecto, ni tardo ni perezoso, horas después de que diputados de Morena votaran a favor de realizar modificaciones a la Ley sobre Delitos de Imprenta, el prejidente Andrés López señaló: “Me sorprendió ayer que autorizan en la Cámara que el que insulta al Presidente le van a aumentar el castigo, va a tener que pagar dos, tres veces más, yo no sé quién hizo eso… yo no lo necesito eso, yo no lo promoví… lo voy a vetar, ¿eso para qué? ¡No!, libertad de expresión…”
Todos, en algún momento, hemos manifestado y/o recibido expresiones injuriosas; hace mucho tiempo que la Presidencia de la República y su titular han dejado de ser la Institución de respeto y orgullo que para los mexicanos fue: sus mismos titulares lo han permitido por sus actos…
Quizá a la legisladora zacatecana Hernández Ruedas se le ocurrió “regalarle” al Presidente una reforma que lo proteja y le brinde calidez -que no calidad-, pero a la legisladora le salió mal la jugada, hasta al mismo Andrés López le pareció una tontería, y muy seguro de su amor propio -sabemos que le sobra-, aseguró que él no necesita que se apliquen este tipo de castigos y que mucho menos los promueve.
Horas después de la conferencia mañanera en que el prejidente se negó a aceptar esta iniciativa, el senador Ricardo Monreal advirtió igualmente que no se aprobaría ninguna iniciativa en este sentido; el presidente de la Junta de Coordinación Política respondió por los senadores de Morena: “No están de acuerdo con que esto transite en el Senado, aunque hay libertad, pero creo que no conviene; es una mala señal en una época donde la apertura democrática y el cambio de régimen deben apuntar al respeto y no a la represión, ni jurídica ni política. Acá no va a pasar…”.
Evidentemente se trataba de una ley cuyo único fin era quedar bien con el prejidente y sus congeneres, cuando en realidad, se podría aplicar fácilmente en su contra. Quizá faltó a la legisladora hacerle una modificación en el sentido de que se aplicaría en sentido opuesto, es decir, a los opositores y adversarios políticos, a quienes no pertenezcan a su "movimiento". En definitiva, se han olvidado u omiten recordar cuando eran ellos quienes organizaban marchas, plantones y demás desmanes en el entonces Distrito Federal: una vez que Andrés López llegó a la jefatura de gobierno, una de sus tar4eas fue "regular" legalmente las protestas; obvio, desde entonces no quería desmanes de sus opositores; no obstante, cuando la jefatura terminó y no obtuvo la presidencia, sus aliados derogaron lo anterior y hasta grupos afines trabajaban para sacar revoltosos recluidos...
Quizá no sea el momento de la iniciativa de la zacatecana, pero, de seguir bajando las preferencias por Morena, no dudemos que algún día procederá…
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