No dejan de llegar recursos. Miles de millones no de pesos, sino de dólares, llegan todas las semanas para atender las necesidades de las familias mexicanas
No, no estamos hablando de los programas sociales ni de los inexistentes apoyos gubernamentales, sino de las remesas que con heroísmo envían millones de mexicanos desde Estados Unidos a sus familiares al sur del Río Bravo.
Si algo comprueba este hecho es que nuestros connacionales no han conocido de pandemia ni de cuarentena, sino de trabajo sin seguridad social ni prestaciones. Son ellas y ellos quienes mantuvieron encendida la economía estadounidense y hoy están jugando un papel central en el sostenimiento de millones de mexicanos que en territorio nacional no cuentan con empleo ni con fuentes de ingresos.
El Banco de México ha informado que estamos entre los primeros lugares de países que más reciben remesas, lo cual no es motivo de orgullo ni un logro del gobierno, sino la constatación de nuestra vulnerabilidad y dependencia hacia la economía estadounidense.
Entre enero y septiembre de este año suman 29 mil 964 millones de dólares, 10% más que en el mismo periodo de 2019.
En términos comparativos, el dinero que envían a sus familiares los mexicanos que trabajan en Estados Unidos superó en 10 mil millones de dólares el superávit comercial del país en los tres primeros trimestres de este año
Tan solo durante septiembre los envíos fueron de 3 mil 568.5 millones de dólares, la tercera cifra más alta del registro histórico y un nuevo récord, avanzando a una tasa anual de 15.1%.
El flujo de remesas de los últimos 12 meses, es decir, de septiembre de 2019 a septiembre de 2020 alcanza 39 mil 163.3 millones de dólares.
A escala global, la División de Población de las Naciones Unidas estimó que en 2019 había 11.8 millones de personas mexicanas que vivían en un país distinto a México, 97.4% de ellas residían en Estados Unidos.
Ante la complejidad económica que prevalece en México, la llegada de remesas resulta indispensable para miles de familias, pero para el gobierno mexicano debe ser motivo de preocupación y de atención, pues su población tiene que encontrar en el exterior el apoyo que al interior no existe.
No es un problema que haya surgido en los recientes años, pero sí es una deficiencia que se está profundizando y agravando, al tiempo que se recortan los escasos recursos públicos con que los consulados deben proteger y defender los derechos humanos de nuestros connacionales y se eliminan programas como 3*1 que promovían la inclusión exitosa de connacionales que retornaban a sus lugares de origen o partidas como el apoyo a la repatriación de cuerpos de connacionales fallecidos en la Unión Americana
Mientras nuestros connacionales no dejan de trabajar y envían millonarios recursos a la economía mexicana, acá les recortamos escasos programas de apoyo. ¿Incongruencia o ingratitud?
@jlcamachov