/ sábado 21 de octubre de 2017

Los recovecos de la ciudad capital

1.- Salvo en los etéreos caprichos de la astrología, eso de que los astros se alinean obedece más bien a hechos del hombre (y de la mujer, claro está), derivados de factores que dependen más de la voluntad, del talento y de una visión sobre todo, que de la magia y la casualidad, que también ayudan. Dado el alto riesgo de hacer predicciones, sobre todo del futuro, parece más constructivo jugar con piezas que ya están en el tablero y bajo la premisa igualmente válida de que en política todo puede suceder y sucederá. Es posible que pronto veamos pasar cosas que apenas hace unos meses nadie podía siquiera considerar con seriedad.

2.- La designación del exgobernador del estado de México al frente del PRI en la Ciudad de México quiere decir, entre todas las vertientes, que ese partido se acordó que prácticamente no existe en la capital desde que se tienen elecciones aquí, que ha ido y vuelto del poder federal y en la principal entidad federativa cuenta hoy en día con tres diputados y un senador al Congreso de la Unión, ocho representantes a la Asamblea local, y tres jefaturas delegacionales, cifras éstas que, si bien superiores a las logradas en legislaturas anteriores, no se corresponden al peso nacional del partido, ya en el poder, ya en la oposición.

3.- No es falta de cariño, solamente de interés y de respaldo, puesto que hasta candidatos con brío y entusiasmo ha tenido -sin decir nombres en obvio de conflicto de interés-. Sucede más bien que cuando despertó, el monstruo ya estaba ahí y le había comido el mandado, que un resentimiento, añejo tal vez desde 85 por la reacción de los gobiernos tras el sismo se vio alentado en Cuauhtémoc Cárdenas y se ha mantenido vivo a partir de entonces, con autoridades locales que han podido ser peores y que se han percatado, con pena, que para gestionar la urbe y además financiar campañas presidenciales, el dinero no fue nunca suficiente.

4.- Puede ser que los capitalinos ya no queramos laboratorios políticos sino menos bamboleos. El PRI local tiene bases sociales que por ese abandono no se han extendido a la par que las del PRD que hoy el caudillo le ha arrebatado, los priistas de la Ciudad de México tienen líderes de manzana, colonia y Delegación que ha faltado cultivar y promover, a modo que cumplan la función de ganar, no solo de contrapeso a un partido que nació aquí, primero fue advenedizo y luego se volvió formal y se ha venido disipando justo por los líderes que le dieron fuerza y se revelaron como simples pillos a costa de sus propias bases, caso en punto los esposos Bejarano y secuaces.

5.- Es poco dudable que la designación de Eruviel venga sin un cometido específico y ahí entra Monreal como figura destacada para ser jefe de gobierno, como se propuso aquí desde que el decidor lo echó de su secta. Pero la tarea más ingente del nuevo operador será movilizar a la base leal, multiplicarla y animarla para desfogar su inercia y alentar su fuerza para ganar la Ciudad, otra vez de la manzana, la colonia y la Delegación, ahí donde se ganan las elecciones. Con todo cuidado deberá escoger candidatos a delegados y diputados locales que puedan triunfar, que sean conocidos del rumbo y de las familias, les tengan aprecio y les merezcan confianza.

6.- Se requiere capacidad de organización, de fundirse con la ciudadanía y de operar con talento y hacen falta fuertes cantidades de recursos bien administrados y por la buena. Si le han confiado esa titánica tarea es porque la puede llevar a cabo y porque sabe aprovechar una buena racha que, por eliminación en este caso, puede darle a los capitalinos un aire renovado que muchas generaciones no han conocido.

camilo@kawage.com

1.- Salvo en los etéreos caprichos de la astrología, eso de que los astros se alinean obedece más bien a hechos del hombre (y de la mujer, claro está), derivados de factores que dependen más de la voluntad, del talento y de una visión sobre todo, que de la magia y la casualidad, que también ayudan. Dado el alto riesgo de hacer predicciones, sobre todo del futuro, parece más constructivo jugar con piezas que ya están en el tablero y bajo la premisa igualmente válida de que en política todo puede suceder y sucederá. Es posible que pronto veamos pasar cosas que apenas hace unos meses nadie podía siquiera considerar con seriedad.

2.- La designación del exgobernador del estado de México al frente del PRI en la Ciudad de México quiere decir, entre todas las vertientes, que ese partido se acordó que prácticamente no existe en la capital desde que se tienen elecciones aquí, que ha ido y vuelto del poder federal y en la principal entidad federativa cuenta hoy en día con tres diputados y un senador al Congreso de la Unión, ocho representantes a la Asamblea local, y tres jefaturas delegacionales, cifras éstas que, si bien superiores a las logradas en legislaturas anteriores, no se corresponden al peso nacional del partido, ya en el poder, ya en la oposición.

3.- No es falta de cariño, solamente de interés y de respaldo, puesto que hasta candidatos con brío y entusiasmo ha tenido -sin decir nombres en obvio de conflicto de interés-. Sucede más bien que cuando despertó, el monstruo ya estaba ahí y le había comido el mandado, que un resentimiento, añejo tal vez desde 85 por la reacción de los gobiernos tras el sismo se vio alentado en Cuauhtémoc Cárdenas y se ha mantenido vivo a partir de entonces, con autoridades locales que han podido ser peores y que se han percatado, con pena, que para gestionar la urbe y además financiar campañas presidenciales, el dinero no fue nunca suficiente.

4.- Puede ser que los capitalinos ya no queramos laboratorios políticos sino menos bamboleos. El PRI local tiene bases sociales que por ese abandono no se han extendido a la par que las del PRD que hoy el caudillo le ha arrebatado, los priistas de la Ciudad de México tienen líderes de manzana, colonia y Delegación que ha faltado cultivar y promover, a modo que cumplan la función de ganar, no solo de contrapeso a un partido que nació aquí, primero fue advenedizo y luego se volvió formal y se ha venido disipando justo por los líderes que le dieron fuerza y se revelaron como simples pillos a costa de sus propias bases, caso en punto los esposos Bejarano y secuaces.

5.- Es poco dudable que la designación de Eruviel venga sin un cometido específico y ahí entra Monreal como figura destacada para ser jefe de gobierno, como se propuso aquí desde que el decidor lo echó de su secta. Pero la tarea más ingente del nuevo operador será movilizar a la base leal, multiplicarla y animarla para desfogar su inercia y alentar su fuerza para ganar la Ciudad, otra vez de la manzana, la colonia y la Delegación, ahí donde se ganan las elecciones. Con todo cuidado deberá escoger candidatos a delegados y diputados locales que puedan triunfar, que sean conocidos del rumbo y de las familias, les tengan aprecio y les merezcan confianza.

6.- Se requiere capacidad de organización, de fundirse con la ciudadanía y de operar con talento y hacen falta fuertes cantidades de recursos bien administrados y por la buena. Si le han confiado esa titánica tarea es porque la puede llevar a cabo y porque sabe aprovechar una buena racha que, por eliminación en este caso, puede darle a los capitalinos un aire renovado que muchas generaciones no han conocido.

camilo@kawage.com

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